lunes, 21 de septiembre de 2020

La mujer de la falda violeta - Natsuko Imamura


Creo que no hay que ser demasiado observador para darse cuenta de que en nuestra rutina, cuando nos movemos por nuestro barrio o en las calles que nos conducen a los sitios que solemos frecuentar es más que probable que sean siempre las mismas personas las que se cruzan en nuestro camino. Igual no conocemos su nombre pero nos resultan familiares. Y suele haber alguien, que por cualquier causa, casualidad  o característica, llama nuestra atención de forma especial. 

Y quizás algo de especial también tenga la mujer que protagoniza este libro para llamar la atención de todos los vecinos del barrio. Todos la tratan con honores, todos la respetan. Una mujer que obsesiona a la narradora de esta historia. No tiene apenas datos de ella. Pero es tanta la curiosidad que le despierta que vive obsesionada con su existencia. En el tiempo que ha dedicado a seguirla, observarla e incluso a tratar de orquestar un encuentro algo más cercano con ella ha descubierto pocas cosas. No sabe su edad y cree que vive sola. Pero lo que sabe es que es esquiva, que nunca se relaciona con nadie y que solo tiene empleos temporales. Hasta que la narradora tiene la oportunidad de encontrarse con ella ¿Podrá desvelar quien es la mujer de la falda violeta?

La literatura japonesa es muy diferente a la occidental. Ese gusto por lo místico, por los pequeños detalles y lo intangible que la hacen que sus historias siempre sean diferentes. En la sinopsis oficial nos indican que es una novela relatada con sentido del humor y aquí, tengo que reconocer, que hay que ser muy despierta para verlo y que si no estás muy acostumbrada a este tipo de libros te puede costar. Sea como fuere tampoco es un sentido del humor que haga que borbotee la risa en nuestros labios. En cierto modo, en algunos momentos he sentido tristeza. 

Mi lectura ha sido una experiencia agradable aunque también algo extraña, lo cual no quiere decir exactamente que sea algo negativo. Es una novela llena de sutilezas, insinuaciones y espacios en blanco que el lector debe llenar. Pese a esa tranquilidad narrativa la novela tiene su dosis de intriga (no al estilo del thriller) pero constantemente hace que te preguntes cosas y que quieras avanzar en la lectura para descubrir que les espera a sus personajes. 

Sí, son dos personajes femeninos los que nos encontramos en el centro de esta historia. Y sin embargo, ambos son anónimos. La autora no les pone nombre y dejará que seamos nosotros quienes juguemos a imaginarnos muchos detalles. Paradójicamente, y aunque he dicho antes que la protagonista es esa desconocida, es la narradora el personaje que más entidad tiene en la novela. Todo lo que sucede en la novela es relato a través de sus ojos, de sus percepciones y conclusiones a las que incorpora sus propias conclusiones, que pueden ser ciertas o no, algo que también aporta incertidumbre a la novela. 

En definitiva, esta es la historia de una obsesión y de personajes que buscan su sitio en el mundo. Una novela agradable, sencilla llena de sutilezas y diferente, que a día de hoy es algo que valoro bastante.