A Shari Lapena la
conocí con la que creo que hasta ahora es su novela más emblemática: La pareja
de al lado. Un thriller psicológico impactante que me resultó adictivo y me
tuvo malamente enganchada desde el principio hasta el final. Fue una
novela que disfruté muchísimo y por la cual leí posterior me Un invitado
inesperado y Un extraño en casa que siguen con el estilo de las anteriores. Como
también sigue la misma estela Alguien a quien conoces, su último trabajo.
Todo transcurre en
un tranquilo barrio residencial de la pequeña ciudad de Aylesford, en Nueva
York. Un lugar tranquilo, con cierto encanto donde sus habitantes disfrutan de
la belleza del paisaje natural que les rodea.
Sin embargo esa
tranquilidad se rompe cuando Amanda Pierce desaparece sin dejar rastro. Su
marido Robert pasó un fin de semana tranquilo pensando que su esposa estaba en
Nueva York de compras junto a una amiga, como había hecho otras veces. Pero el
domingo al no verla de vuelta comenzó a alarmarse y dio parte a la policía. ¿Dónde
estaría Amanda?
Dos semanas más
tarde en el mismo barrio la cosa también se complica para la familia Sharpe.
Olivia acaba de descubrir que su hijo ha estado realizando una serie de
actividades delictivas a sus espaldas. El joven es un menor y se ha dedicado a
entrar en casas ajenas a hurtadillas y cotillear en los ordeñaderos de la
gente.
Estas son las dos
premisas de las que parte Lapena para crear una de esas novelas que te
enganchan desde el principio hasta el fin. De nuevo volvemos a situarnos en un
escenario muy habitual en sus novelas. Un barrio residencial donde cada vecino
hace su vida e intenta guardar celosamente sus secretos. Pero siempre hay ojos
que están observando y que pueden revelar sin querer cosas de importancia
vital.
En este barrio
desaparece una mujer sin dejar rastro. Comienzan los rumores. Los vecinos
comienzan a hablar de ella y empezamos a descubrir relaciones secretas que solo
sus protagonistas conocían. A medida que todo va saliendo a la luz nosotros,
los lectores y a la vez espectadores, comenzamos como la policía, a dudar de
todo el mundo. Los interrogatorios no dejarán inmunes a nadie mientras la
novela se balancea hacia a un lado y al otro.
Pero no solo
tenemos este punto de intriga que es la desaparición sino que viviremos el
infierno de una mujer: Olivia. Acaba de descubrir que su hijo es un
delincuente. Raleigh, que así es como se
llama, dice que no ha hecho nada malo, que su afán era solo curiosear un poco
pero ¿Dice la verdad? ¿Descubrirá alguien los delitos cometidos por su hijo? ¿Y
qué debe hacer ella? Que no haría una madre para proteger a su hijo…
Desde el principio
intuimos que ambas líneas argumentales tienen alguna relación, pero tardaremos
en descubrir que les une.
He disfrutado mucho
de la lectura de la novela. De nuevo Lapena construye un “domestic noir” que
pone en jaque a personajes que podrían ser cualquiera de las personas que
conocemos. Gente normal y corriente que se ve involucrada en una historia llena
de mentiras y secretos. Poco a poco van saliendo a la luz y con ellos el lector
va fijando sus sospechas en unos y en otros. He de decir que he cambiado de
opinión bastantes veces y que no he ganado la quiniela.
En este tipo de
libros creo que ya todos somos conscientes de que no vamos a encontrar una altísima
calidad literaria. Sin embargo son opciones ideales para disfrutar, desconectar
y entretenerse ¿Que más se puede pedir?
Además la autora
cuenta con un estilo narrativo directo, funcional e incisivo gracias al cual mantiene la
tensión y ritmo in crescendo desde el principio hasta el final. Además la
construcción de sus personajes es correcta. Conectamos con algunos, otros nos chirrían,
otros nos levantan suspicacias hasta que descubrimos que al final el culpable
es del mayordomo (permitidme esta broma tan habitual del género).
¿Que más os puedo decir? Tan solo, leedla.