miércoles, 9 de octubre de 2019

Las hijas de la tierra- Alaitz Leceaga


El nombre de Alaitz Leceaga entró con muchísima fuerza el año pasado en el panorama literario con una primera novela, El bosque sabe tu nombre, más que apetecible pero que encima cumplió a la perfección mis expectativas. La disfruté muchísimo, me encantó y aún a día de hoy la tengo muy presente, cosa que no me ocurre con todas las novelas. Por todo ello no es de extrañar que Las hijas de la tierra, su segundo trabajo publicado, fuera una de las novedades que más ansiaba por leer. La sinopsis y portada de Ediciones B igualmente seductoras. Pero me quedaba la duda de si estaría a la altura de la primera. Si esta fue un golpe de suerte o talento.

La historia nos lleva a La Rioja en al año 1889. La finca de las Urracas ha conocido tiempos mejores. Sus vides hace años que no dan fruto y la mansión familiar ha ido en declive hasta prácticamente estar en la ruina como la economía familiar de la familia Veltrán-Belasco.

En este contexto situamos a Gloria, la segunda de cuatro hermanos, que vive con un padre prácticamente ausente e incapaz de tomar las riendas del negocio, un tía intransigente y autoritaria y un hermano mayor que la tiene sometida. Para colmo tanto ella como sus hermanas pequeñas tienen que lidiar con los rumores y las supersticiones de la gente. Todo el mundo piensa que las mujeres de cabello rojo de la familia están malditas. Ocurrió con su madre, que murió al dar a luz a su hermana pequeña, y les ocurre a las tres, a ella, Teresa y Verónica, a quien todo el mundo culpa de la improductividad de las cepas.

Os puedo asegurar que Las hijas de la tierra no solo ha cubierto mis expectativas sino que las ha superado con creces. Una novela redonda a la que no dudo en poner cinco estrellas. Perfecta a nivel tanto de trama, como de personajes, como de ambientación. He disfrutado muchísimo con ella y ya solo puedo deciros que tienes que leerla. Pocas veces soy tan rotunda pero esta es una de mis mejores lecturas del año, si no la mejor (porque aún quedan tres meses). Es la novela perfecta para mí.

Como os decía la trama me ha gustado muchísimo. Para mi gusto en la sinopsis de la contracubierta se cuenta demasiado (si no me equivoco también pensé lo mismo de su novela anterior). Partimos de una mansión, tres jóvenes hermanas a quien todo el mundo señala y a quien todo el mundo oprime. Es una historia en la que los secretos abundan y con ellos hay que tener cuidado porque cuando vuelven nunca traen nada bueno. En realidad, esta novela es una saga familiar. Todo gira alrededor de una familia, de su pasado y su presente. Amor, odio, venganza, celos, ambición, etc. A parte de estos temas, que más o menos, son mundanos, hay otros bastante más delicados como los abusos sexuales, la homosexualidad, el maltrato físico y psicológico o la enfermedad y discapacidad.

Me encanta que la autora juegue con ese toque místico-sobrenatural. No os penséis que es una novela de fantasía, sino que tiene ese punto muy equilibrado que siembra una duda razonable ¿superstición? ¿creencias? ¿o realmente hay algo más oscuro?

Además tiene unos personajes que brillan en la novela. Todos o la gran mayoría tienen caracteres muy bien definidos, atractivos, rotundos. Algunos muy humanos y otros muy deshumanizados. Hay personajes que me han conquistado de forma inmediata, que me han causado ternura y lo he cogido cariño mientras que otros los he aborrecido.

No quiero contar demasiado de la trama y a nada que me despiste puedo caer en ello. Pero la ambientación me ha parecido excelente aparte de atractiva. Finales del siglo XIX y una gran finca en La Rioja que tendría que vivir del vino pero cuyas vides están secas. Me ha gustado ese choque cultural entre la superstición de quienes piensan que las viñas no producen por que unas mujeres causan la desgracia y los que intuyen que una tierra, un cultivo tienen ciertas necesidades físicas que se pueden solucionar con cuidados. Y luego la supervivencia y lucha de tres mujeres, las tres hermanas en un mundo de hombres.

No sé si lo he dicho alguna vez pero estuve a punto de completar mis estudios con un segundo ciclo de enología por tanto, os podéis imaginar que el tema me ha encantado.

La forma de narrar de la autora es otro argumento que os doy a favor de la novela. Leceaga tiene una forma exquisita de narrar, elegante, depurada, plagada de detalles muy significativos y simbólicos. Creo que transmite muy bien las emociones de sus personajes, aporta una información muy precisa sobre el contexto, escenarios y personajes. Y a pesar de ser predominantemente narrativa no aburre ni llega a decaer en ningún momento.

En definitiva, Las hijas de la tierra ha sido una gran lectura que tardaré mucho tiempo en olvidar. Una novela redonda en cuanto a trama, personajes, emociones y la forma en que toca ciertos temas. Espero con ansias otra novela de la autora.

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