Título: Nadie
muere en Zanzíbar
Autor: Fernando
García Calderón
Publicación: Algaida,
2016
Páginas: 548
Cuando Fernando García Calderón se tropezó con los
diarios africanos de Juan ángel Santacruz de Colle, ocultos durante años en un
arca de filigrana, no sólo halló la autografía de un hombre increíble a fuer de
excepcional, sino también una prodigiosa aventura para todos los lectores.
Nacido en la Sevilla de 1900, experto en libros
antiguos y fundador de la logia de los Calígrafos, Santacruz llegó hasta el
sultanato de Zanzíbar perseguido por espías nazis, tras participar en
innumerables estafas y encontrarse fugazmente con Walter Benjamin. Allí aprendió
un nuevo concepto de civilización, adoptó dos personalidades opuestas- el
gibraltareño John Cross y el árabe Jamshid A. bin Said- y se convirtió en un
altruista de ideas estrafalarias que
causaba admiración por donde pasaba. Su vida se debatió entre dos territorios y
dos mujeres: la intrépida Anna Wyatt y la abnegada Aisha. Colaborador en la
sombra de Julius Nyerere, fue apreciado tanto por los brujos isleños como por
los intelectuales de la nueva Tanganica. Suyo fue el plan que revolucionó la
historia de Zanzíbar.
Nadie muere en Zanzíbar es una novelas de
aventuras personales y colectivas, un relato sobre la epifanía salvadora de un
europeo descorazonado y las ansias de libertad de los pueblos de África. Una
historia de segundas oportunidades, donde la pasión, la dignidad y la justicia
cobran toda la ambigüedad de la que es capaz el ser humano.
Mis impresiones
De Fernando
García Calderón leí hace tiempo Yo
también fui Jack el Destripador una novela que me sorprendió muchísimo. Me
encantó y percibí todo ese trabajo que había detrás de una historia compleja,
con multitud de matices y muy trabajada por el autor. Nadie muere en Zanzíbar es la séptima novela del autor y es un
trabajo que sigue un camino muy diferente.
“Dicen
que la vida nos depara sorpresas. No es verdad. Nosotros construimos nuestro
camino. Somos picapedreros, topógrafos e ingenieros de nuestro tránsito. Lo más
que hace esa vida, tan rica como caprichosa, es arrendarnos el terreno. Uno
llano o escarpado, de suelo duro o blando, con un nubarrón o un sol de
justicia. Según le venga en gana.”
Juan Ángel
Santacruz de Colle
Esta cita
aparece en una de las primeras páginas del libro y es la que yo creo que define
a la perfección la vida de la persona que la pronunció. Nadie muere en Zanzíbar es la historia de un hombre polifacético, camaleónico,
atrevido y aventurero, un buscavidas que también se propuso mejorar la vida de
mucha gente. Esta es la historia de Juan Ángel Santacruz de Colle. Como una brevísima
nota biográfica se puede decir que nació a principios del siglo XX en Sevilla,
fue un experto en libros antiguos y perseguido por el régimen de Hitler por
media Europa hasta que llegó a Zanzíbar. Allí cambió completamente de vida, adoptó
diferentes identidades y se implicó con la problemática del pueblo africano.
Conoció mucha gente, estableció grandes alianzas y también amó a dos mujeres. No
tiene mucho sentido ahondar más ella ni contar más episodios que transcurren
porque son tantos que sería difícil elegir.
Nadie muere en Zanzíbar es una especie de biografía novelada en la que
sobre todo vamos a encontrar muchísimas aventuras con un fondo histórico muy
interesante. Fernando García Calderón ha partido de los cuadernos de Santacruz
(que guardó Mei, un africano que se convirtió en su mano derecha, y que entregó
en su momento a la tía del autor) para elaborar la base de la historia y la ha
complementado con una gran investigación que ha realizado incluso in situ, viajando a Zanzíbar varias
veces. Tal y como nos cuenta en la novela conoció a Santacruz a través de una
tía abuela que le encargó que escribiera su vida.
Todo este
trabajo que hay detrás se nota en los muchos detalles que contiene esta novela
y en la recreación de la historia africana en un periodo de revolución y lucha.
Y Fernando García Calderón nos muestra
la bella Zanzíbar en todo su esplendor pero también haciéndose eco de sus
sombras. La diversidad cultural, el choque entre las razas y creencias, la
lucha de los africanos contra el régimen ingles que dominaba la colonia para
mejorar sus derechos y condiciones de vida. Y aquí tuvo mucho que ver Juan
Ángel Santacruz porque compró una plantación en Pemba (a la que llamó Triana) y
a través de ella consiguió mejorar las condiciones de vida de mucha gente. No
solo ofreciendo unas condiciones de trabajo que él mismo creía más justas sino
también procurando una educación a las familias. Aunque el proyecto no terminó
como esperaba exactamente.
La vida de
Santacruz es interesantísima casi desde el momento en que nace siendo un hombre
que vivirá una existencia llena de aventuras y de acontecimientos especiales.
Un hombre camaleónico y muy inteligente que emprende una huida del régimen nazi
por toda Europa y termina en África. Allí adopta dos identidades simultáneamente
(la de un inglés y la de un árabe), consigue sacar a flote diversos negocios, moviéndose
en una avioneta que él mismo pilota y colaborando en la mejora de aquellos que
le rodean y que tienen la suerte de trabajar con él. Aunque sus intenciones
nunca fueron a ser tan loables como en esa parte de su vida porque este experto
en incunables y otros libros antiguos también estafó y engañó a mucha gente
falsificando documentos. Santacruz quería ser famoso y tener dinero. Es por
ello que esta novela nos habla de las segundas oportunidades, de la redención
de los pecados. Fue en África donde se produce un camino en el personaje.
Como personaje
literario Juan Ángel Santacruz es genial. Tanto su figura como su propia vida
son apasionantes y se nota que esta
figura está muy trabajada. Pero sin embargo a mi hubiese gustado ver un poquito
más la parte humana del personaje que en mi opinión se ha quedado un poco
corta. Aunque quizás al autor no le interesaba mostrarnos eso.
La historia está
narrada por el propio escritor dando de lado sus propias vivencias y centrándose
en las del personaje que la protagoniza por lo que la mayor parte de la novela está
narrada en tercera persona aunque existen algunos momentos puntuales en que
cambia a la primera y que nos da la visión propia del autor. En la novela suceden
muchísimas cosas y hay algunas partes dan la sensación de mucho movimiento. El
estilo narrativo del autor es refinado, culto y muy elaborado que en mi opinión
exige una lectura medida y tranquila. Al principio me costó un poco entrar en
la historia porque hay una parte quizás más densa o introductoria que recaba
datos pero finalmente la historia ha terminado gustándome mucho.
Conclusión
Nadie muere en Zanzíbar es la historia de un hombre fascinante. Un hombre
con muchas caras y facetas que vivió muchísimas aventuras y viajó a muchos
lugares del mundo. Una novela ambiciosa que se nota el gran trabajo que lleva
detrás.