Título: La flor de Surinam
Autor: Linda Belago
Publicación: Espasa, marzo de 2015
Páginas: 744 páginas
Surinam, 1876.
Julie y Jean Rozenberg son un matrimonio feliz que, a base
de esfuerzo y trabajo, sacan adelante su plantación de caña de azúcar.
Acaban de tener una hija que les llena de alegría. Pero nubes de
tormenta se ciernen sobre la familia y traerán
inesperadas complicaciones.
Recién abolida la esclavitud, Jean contrata a trabajadores indios para ayudar en la plantación, pero algunas de sus costumbres chocan frontalmente con la moral de los Rozenberg. Cuando la joven Inika, de solo catorce años, es obligada a casarse con un hombre treinta años mayor y que la maltrata sistemáticamente, Julie y Jean se verán obligados a intervenir.
En una tierra remota donde todo está cambiando, solo la fuerza de los sentimientos permite salir adelante.
Mis impresiones
Hace dos años leí El
reino del azahar, una novela que disfruté ampliamente y de la que aún
conservo buenos recuerdos porque fue de esas primeras novelas de paisaje que
leí y que me engancharon al género que ya sabéis de sobra que actualmente es
uno de mis géneros favoritos. No esperaba una continuación de la misma y por
ello me sorprendió gratamente encontrar entre las novedades de marzo La flor de Surinam, la cual de inmediato
sabía que tenía que leer.
A pesar de que en esta novela retoma la historia que
comenzó en la anterior tan solo unos años después de que concluyera ambas se
pueden leer de forma independiente. Durante el primer tramo de la novela la
autora nos sitúa, nos pone en situación y nos refresca brevemente que sucedió
en el volumen que la precede. Aunque yo os recomiendo leer El reino del Azahar porque merece la pena. Intentaré en esta reseña
desvelar la mínima información posible aunque al ser una continuación son
inevitables las referencias a la anterior.
La historia comienza en Surinam durante el año 1876, el
lugar donde Julie y Jean regentan la plantación de caña de azúcar Rozenberg.
Después de superar muchas dificultades al fin han conseguido un respiro y
disfrutan de un matrimonio feliz y de una vida sencilla en sus tierras.
Pero en Surinam la esclavitud fue abolida hace algunos
años ya y las consecuencias no se han hecho esperar. La mano de obra escasea y
es necesaria para que el trabajo en la plantación se realice. Para solventar
este problema la pareja ha decidido contratar trabajadores que viajan desde La
india buscando nuevas oportunidades tratando de encontrar la prosperidad y huir de las
condiciones precarias de su país de origen. Es esta la forma en que Inika, una
pequeña de doce años, llega al país junto a su familia.
La flor de Surinam no representa ninguna novedad con respecto a su predecesora y en ella encontraremos
más o menos las mismas características y temáticas pero con diferentes
subtramas que resultan muy entretenidas y ofrecen dinamismo. Amor, desamor,
aventura, venganzas y con una amplia galería de personajes de diversa índole que
nos deparan distintas sensaciones. Se trata de una novela perfecta para
desconectar y evadirse.
Podríamos decir
que es una novela coral donde se
entrecruzan las vidas de un amplio y variopinto número de personajes. A
diferencia de otras novelas del estilo que suponen una continuación o segunda
parte en esta los personajes que conocimos en la anterior no desaparecen por
completo siguiendo en el centro de la trama. Así continuaremos conociendo las dificultades
a las que tiene que enfrentarse Julie, la protagonista del El reino del azahar, que perdió repentinamente a sus padres y fue
obligada por su tío a casarse con un colono afincado en Surinam. Esta fue la
primera de muchas desgracias en su vida que ahora pretende dejar atrás. Pero el
pasado no se puede borrar y el destino
es caprichoso. Y aunque ella quiere desprenderse de todo lo ocurrido regresarán
a su vida personas indeseables. A su
alrededor siguen Jean, que se ha convertido en su marido, o Karini, que ha
perdido su condición de esclava aunque sigue siendo leal a quien un día fue su
ama.
Junto a estos
personajes que ya conocimos en la novela anterior nos encontramos con la segunda
generación. Son los hijos que ya ha crecido y protagonizan sus propias
historias. Además aparecen otras figuras que aportaran nuevas subtramas como
Sarini e Inika, dos mujeres indias que llegan al país buscando fortuna, Wim, el
primo de Julie que se traslada desde Ámsterdam o Thijs que pretende recuperar
una plantación abandonada por sus antepasados en Surinam.
La novela se
desarrolla en el último cuarto del siglo XIX principalmente en escenarios de Surinam
como la ciudad de Paramaibo o la plantación Rozenberg entre otros enclaves aunque
también hay partes situadas en Ámsterdam. Un país cuyo estilo de vida estaba
determinado por el clima con una época muy seca en que el calor se hacía
insoportable y una de constantes lluvias que dejaban nubes de mosquitos. Linda
Belago se hace eco de un momento clave en su historia. La esclavitud fue
abolida en 1963 y su consecuencia inmediata fue la desaparición y abandono de plantaciones
por parte de colonos que debido a la falta de mano de obra y las nuevas exigencias (como disponer de un sueldo) de los
trabajadores dejaron de ser rentables. A pesar de que estos habían perdido su condición
de esclavos, muchos blancos seguían proporcionándoles un trato vejatorio y considerándoles
seres inferiores. Aunque legalmente eran hombres libres la sociedad no
terminaba de aceptarles como tal y no llegaban a encajar en ningún sitio. Con la importación de mano de obra se intentó
atajar el problema pero la llegada de los trabajadores de la India solo causó
un mayor número de problemas. Sus costumbres contrastaban con la forma de vida
establecida hasta el momento en Surinam y los conflictos se hicieron patentes
desde el principio.
De nuevo la
novela está narrada con sencillez, una prosa funcional y muchos diálogos de
forma que su lectura resulta muy ágil a pesar de su extensión y del hecho de
que predomine la narración. Las descripciones son precisas y nos ayudan a
imaginar y situar tanto los escenarios como a sus personajes. La voz en tercera
persona omnisciente permite al narrador moverse entre los distintos personajes
con total libertad y enfocar la acción según interese. Con respecto a su final
y aunque algunas tramas se cierran en esta todo indica que habrá una tercera
parte.
Conclusión
La flor de Surinam me ha resultado una novela muy entretenida en la que encontraremos muchas
subtramas que hacen de ella una lectura ágil y dinámica. Con un elenco variado
de personajes de diferentes características cuyas vidas se entremezclan con la
situación que se vive en Suriman en el último cuarto del siglo XIX.