martes, 5 de mayo de 2015

La flor de Surinam - Linda Belago



Título: La flor de Surinam
Autor: Linda Belago
Publicación: Espasa, marzo de 2015
Páginas: 744 páginas

Surinam, 1876. Julie y Jean Rozenberg son un matrimonio feliz que, a base de esfuerzo y trabajo, sacan adelante su plantación de caña de azúcar. Acaban de tener una hija que les llena de alegría. Pero nubes de tormenta se ciernen sobre la familia y traerán inesperadas complicaciones. 

Recién abolida la esclavitud, Jean contrata a trabajadores indios para ayudar en la plantación, pero algunas de sus costumbres chocan frontalmente con la moral de los Rozenberg. Cuando la joven Inika, de solo catorce años, es obligada a casarse con un hombre treinta años mayor y que la maltrata sistemáticamente, Julie y Jean se verán obligados a intervenir.

En una tierra remota donde todo está cambiando, solo la fuerza de los sentimientos permite salir adelante.

Mis impresiones

Hace dos años leí El reino del azahar, una novela que disfruté ampliamente y de la que aún conservo buenos recuerdos porque fue de esas primeras novelas de paisaje que leí y que me engancharon al género que ya sabéis de sobra que actualmente es uno de mis géneros favoritos. No esperaba una continuación de la misma y por ello me sorprendió gratamente encontrar entre las novedades de marzo La flor de Surinam, la cual de inmediato sabía que tenía que leer.

A pesar de que en esta novela retoma la historia que comenzó en la anterior tan solo unos años después de que concluyera ambas se pueden leer de forma independiente. Durante el primer tramo de la novela la autora nos sitúa, nos pone en situación y nos refresca brevemente que sucedió en el volumen que la precede. Aunque yo os recomiendo leer El reino del Azahar porque merece la pena. Intentaré en esta reseña desvelar la mínima información posible aunque al ser una continuación son inevitables las referencias a la anterior.

La historia comienza en Surinam durante el año 1876, el lugar donde Julie y Jean regentan la plantación de caña de azúcar Rozenberg. Después de superar muchas dificultades al fin han conseguido un respiro y disfrutan de un matrimonio feliz y de una vida sencilla en sus tierras.

Pero en Surinam la esclavitud fue abolida hace algunos años ya y las consecuencias no se han hecho esperar. La mano de obra escasea y es necesaria para que el trabajo en la plantación se realice. Para solventar este problema la pareja ha decidido contratar trabajadores que viajan desde La india buscando nuevas oportunidades tratando de  encontrar la prosperidad y huir de las condiciones precarias de su país de origen. Es esta la forma en que Inika, una pequeña de doce años, llega al país junto a su familia.

La flor de Surinam no representa ninguna novedad con respecto a su predecesora y en ella encontraremos más o menos las mismas características y temáticas pero con diferentes subtramas que resultan muy entretenidas y ofrecen dinamismo. Amor, desamor, aventura, venganzas y con una amplia galería de personajes de diversa índole que nos deparan distintas sensaciones. Se trata de una novela perfecta para desconectar y evadirse.

Podríamos decir que  es una novela coral donde se entrecruzan las vidas de un amplio y variopinto número de personajes. A diferencia de otras novelas del estilo que suponen una continuación o segunda parte en esta los personajes que conocimos en la anterior no desaparecen por completo siguiendo en el centro de la trama. Así continuaremos conociendo las dificultades a las que tiene que enfrentarse Julie, la protagonista del El reino del azahar, que perdió repentinamente a sus padres y fue obligada por su tío a casarse con un colono afincado en Surinam. Esta fue la primera de muchas desgracias en su vida que ahora pretende dejar atrás. Pero el pasado no se puede borrar y  el destino es caprichoso. Y aunque ella quiere desprenderse de todo lo ocurrido regresarán a su vida personas indeseables.  A su alrededor siguen Jean, que se ha convertido en su marido, o Karini, que ha perdido su condición de esclava aunque sigue siendo leal a quien un día fue su ama.

Junto a estos personajes que ya conocimos en la novela anterior nos encontramos con la segunda generación. Son los hijos que ya ha crecido y protagonizan sus propias historias. Además aparecen otras figuras que aportaran nuevas subtramas como Sarini e Inika, dos mujeres indias que llegan al país buscando fortuna, Wim, el primo de Julie que se traslada desde Ámsterdam o Thijs que pretende recuperar una plantación abandonada por sus antepasados en Surinam.

La novela se desarrolla en el último cuarto del siglo XIX principalmente en escenarios de Surinam como la ciudad de Paramaibo o la plantación Rozenberg entre otros enclaves aunque también hay partes situadas en Ámsterdam. Un país cuyo estilo de vida estaba determinado por el clima con una época muy seca en que el calor se hacía insoportable y una de constantes lluvias que dejaban nubes de mosquitos. Linda Belago se hace eco de un momento clave en su historia. La esclavitud fue abolida en 1963 y su consecuencia inmediata fue la desaparición y abandono de plantaciones por parte de colonos que debido a la falta de mano de obra  y las nuevas  exigencias (como disponer de un sueldo) de los trabajadores dejaron de ser rentables. A pesar de que estos habían perdido su condición de esclavos, muchos blancos seguían proporcionándoles un trato vejatorio y considerándoles seres inferiores. Aunque legalmente eran hombres libres la sociedad no terminaba de aceptarles como tal y no llegaban a encajar en ningún sitio.  Con la importación de mano de obra se intentó atajar el problema pero la llegada de los trabajadores de la India solo causó un mayor número de problemas. Sus costumbres contrastaban con la forma de vida establecida hasta el momento en Surinam y los conflictos se hicieron patentes desde el principio.

De nuevo la novela está narrada con sencillez, una prosa funcional y muchos diálogos de forma que su lectura resulta muy ágil a pesar de su extensión y del hecho de que predomine la narración. Las descripciones son precisas y nos ayudan a imaginar y situar tanto los escenarios como a sus personajes. La voz en tercera persona omnisciente permite al narrador moverse entre los distintos personajes con total libertad y enfocar la acción según interese. Con respecto a su final y aunque algunas tramas se cierran en esta todo indica que habrá una tercera parte.

Conclusión

La flor de Surinam me ha resultado una novela muy entretenida en la que encontraremos muchas subtramas que hacen de ella una lectura ágil y dinámica. Con un elenco variado de personajes de diferentes características cuyas vidas se entremezclan con la situación que se vive en Suriman en el último cuarto del siglo XIX.