Título: Respirar por la herida
Autor: Víctor del Árbol
Publicación: Alrevés, enero de 2013
Páginas: 522
Quizás Dios juega a los dados con nuestro destino, desperdigando las piezas de un rompecabezas que siempre vuelve a unirse de un modo u otro. Acaso sea el azar el que nos arrebata aquello que más amamos, pero puede que todo lo que nos ocurre sea simplemente el resultado de nuestros propios actos.
Estas son las preguntas que atormentan a Eduardo, un pintor para quien nada tiene sentido tras la muerte de su mujer y su hija, hasta que una famosa violoncelista, Gloria Tagger, le encarga el mayor reto de su vida: pintar el retrato de Arthur, un empresario de pasado incierto. Aceptar ese encargo desencadena una espiral de emociones y acontecimientos trágicos que succiona inevitablemente a cuantas personas le rodean. Con cada pincelada, Eduardo va abriendo puertas que habría sido mejor mantener cerradas, pero que, una vez abiertas, nada ni nadie podrá volver a cerrar.
Con una trama perfectamente urdida y una intensidad descarnada de dolor y culpa, pero también el ansia de vivir, Respirar por la herida desborda los límites de sus protagonistas con una precisión y una psicología digna del maestro en que se ha convertido ya su autor, Víctor del Árbol.
Mi experiencia con la novela
Varias veces había tenido este libro en la mano antes de su lectura y aunque había visto excelentes reseñas en la red sobre el mismo su portada me llevaba a dejarlo una y otra vez donde lo había cogido. En la misma se nos presenta una obra del pintor británico Lucian Freud, una imagen que inquieta pero que no me resultaba muy atractiva. A pesar de ello creo que refleja bien su contenido. Ahora que le ha tocado el turno de lectura no puedo concluir de otra manera que, independiente de su estética es un buen libro. No. Corrijo. Es muy buen libro.
Respirar por la herida es un obra compleja, de esas que al terminar de leerlas no dejan indiferente a nadie. Se trata de una historia dura, descarnada donde sus personajes se enfrentan al dolor de la muerte, la culpa, los remordimientos y actúan en consecuencia a ello. Mentiras, odio, venganzas, traiciones y muertes se entretejen entre ellos de forma que ya sea por azar o por diversas causas se verán íntimamente relacionados con un pasado estremecedor en común.
Eduardo Quintana es un pintor que malvive marcado por la pérdida de su mujer e hija desde que estas murieran en un accidente de tráfico hace catorce años. Él también estuvo involucrado en el mismo y aunque le han quedado secuelas físicas sin duda son las interiores las que más desasosiego y agonía le causan. El dolor que siente es tan intenso que ha abandonado su excelente carrera como pintor para dedicarse a trabajos de baja categoría, a vivir con lo puesto y la desesperación a un peligroso consumo de alcohol, la única cosa en el mundo que parece aliviar su soledad.
Pero un inesperado y sorprendente encargo va a causar un cambio de rumbo en su vida. Olga, su marchante de arte, le pone en contacto con Gloria A. Tagger, una famosa violinista que también sufrió la pérdida de un hijo en un accidente de tráfico. El nuevo trabajo que debe acometer es la elaboración de un retrato, pero no será del hijo perdido sino de la persona que acabó con su vida, Arthur Fernández, un importante hombre de negocios que está a punto de salir de la cárcel. Pero en aquel accidente murió otra persona y alguien ha jurado vengar su muerte.
Es a partir de este punto cuando una complicada trama comienza a desarrollarse en la que las vidas de diversos personajes se entrecruzan en una desesperada carrera por paliar sus traumas y aferrarse a la vida. Varias vidas que han fracasado estrepitosamente tras vivir situaciones al límite.
“En ocasiones el dolor solo puede llorarse por dentro” (Página 13)
La novela tiene un fuerte carácter reflexivo sobre las emociones negativas que habitan en seres que sufren. Uno de los temas más presentes es el desconsuelo que causa la muerte de los seres queridos, sobre todo orientado a mostrarnos el dolor que supone la pérdida de un hijo debido a causas fortuitas y las diferentes reacciones y formas de hacerle frente. Una situación que sólo se comprende si uno la ha vivido aunque intentemos ponernos en ellugar.
“Quería a mi hijo por encima de cualquier circunstancia, por encima de todo. Pero hay algo que me horroriza. Empiezo a olvidar cómo era de verdad, a qué olía, cómo era su tacto, su voz. Es eso el olvido, ¿verdad? Esa es la verdadera muerte” (Página 103)
Respirar por la herida podría considerarse una historia coral donde cada uno de los personajes ocupa un lugar imprescindible en la historia. Víctor del Árbol nos los presenta poco a poco, como figuras independientes que parecen no tener nada en común. Pero a pesar de sus diferentes situaciones o personalidades cada uno de estos personajes está marcado por una serie de experiencias muy dramáticas que condicionan su vida de forma determinante y que planean sobre sus consciencias de forma siniestra. Ya sea Eduardo, Gloria, Graciela, Arthur, Olga o Ibrahim se encuentran muy lejos de vivir la vida soñada, o por lo menos apacible, porque en algún momento todo se ha torcido y su existencia se ha convertido en un tormento insoportable y constante. La pluma de su autor los define con exactitud de forma que al lector no le cuesta comprender demasiado como se han abierto sus heridas y porque no son capaces de cerrarlas. No son personajes con los que empatizar ni que despertarán nuestra simpatía por muy bien que llegues a comprenderlos, porque todos ellos son seres deformados cuyos sentimientos nacen del lado más oscuro y cruel del ser humano.
La novela está escrita de forma impecable. Cuidando su prosa, su forma, su contenido pero sin prescindir de cierta naturalidad y sencillez. Repleta de frases sugerentes y evocadoras en las que uno se queda prendado incapaz de avanzar viéndose obligado a detenerse en las reflexiones que sugieren. Será a través de un narrador en tercera persona omnisciente como llegaremos a conocer la historia que esconde este libro. Este mismo irá dosificando la información para ir tirando del hilo en momentos muy concretos de su desarrollo. A pesar de que la prosa es muy detallista no lo aprovecha para marcar los escenarios madrileños en los que transcurre la historia sino que profundiza en crear una ambientación donde la tensión se percibe con asombrosa claridad.
Como os he dicho me parece muy buen libro, una percepción que se tiene tras finalizar su lectura, pero he de confesar que su desarrollo inicial, demasiado lento me hizo desorientarme y no ser capaz de adivinar hasta bien entrada la novela hacia el camino al que nos quería llevar su autor. En Respirar por la herida hay un evidente desequilibro entre su comienzo y su final en cuanto a ritmo sin llegar en ningún momento a contar con una acción trepidante.
No es hasta la segunda mitad de la novela cuando comenzamos a vislumbrar esa fuerte conexión que existe entre todos sus personajes, a veces a causa del azar otras por sus propias actuaciones pero sin poder llegar ni siquiera a imaginar el increíble y absolutamente fascinante desenlace que nos depara esta novela y que es mi opinión es el aspecto que realmente deslumbrará al lector. Construido con coherencia, con pulso firme y diversos giros argumentales que dejarán sin palabras al lector.
Conclusión
Respirar por la herida es una obra con aspectos muy interesantes tal como una trama sólida, personajes rotundos o un desenlace absolutamente apasionante aunque hay que tener un poco de paciencia para que la acción comience. Una historia dura en la que sus personajes vivirán marcados por el dolor, el deseo de venganza, la soledad o el desconsuelo