Título: La lista de los nombres
olvidados
Autora: Kristin Harmel
Publicación: MR, abril de 2013
Páginas: 416
París, 1942. Rose Picard y Jacob Levy, dos
jóvenes judíos, se enamoran apasionadamente en los días previos a la ocupación
de la ciudad por los nazis.
Cape Cod. En la actualidad. La nieta de Rose, Hope, deberá encontrar a las personas que su abuela le ha escrito en una lista de nombres que desconoce. Tendrá que viajar a París para reconstruir el pasado de su abuela, una historia que cambiará su vida para siempre.
Mi experiencia con la novela
Con una portada tremendamente
evocadora (el cielo de una noche de París) La
lista de los nombres olvidados me llamó inmediatamente la atención entre
las novedades de este mes. Y no me he equivocado en absoluto porque es una
novela con la que he disfrutado mucho pero que sobre todo que ha conseguido emocionarme.
Se trata de una novela cálida y acogedora en la que no me costó nada entrar y
que sus personajes consiguieron conquistarme desde la primera página.
Hope, la protagonista, es
propietaria de la pastelería Estrella Polar situada en el pequeño pueblo de
Cabo Cod (Massachusetts). Un negocio familiar que ha funcionado durante más de
setenta años. A la protagonista, los últimos años la suerte parece haberle dado
la espalda y es que está pasando por una etapa muy complicada en la que se le
han juntado demasiados problemas a la vez. Su madre murió de cáncer hace un par
de años, ha tenido que ingresar a su abuela en una residencia porque el
Alzheimer cada vez le va ganando más terreno, su marido la abandonó no hace
mucho y desde su divorcio la relación con su hija adolescente va de mal en
peor. Para colmo la panadería está pasando por apuros económicos, ya que los
beneficios no pueden cubrir todos los créditos que tiene pendientes de pagar.
Ante todo esto el día a día de Hope se presenta como un problema más, mientras
cocina los pasteles no puede evitar que su mente viaje por todas estas
situaciones.
Rose, la abuela de Hope, es
consciente de que su memoria se va degradando poco a poco y ante el miedo de
que sus recuerdos se entierren para siempre con ella escribe en un momento de
lucidez una carta junto a una nota que contiene una lista de siete nombres que
pertenecen a su pasado.
Cuando le pide a Hope que viaje a
Paris para averiguar que ha sido de ellos a esta le parece una locura. Sin pretenderlo
Hope iniciará un viaje que le llevará a construir los primeros años de la vida
de su abuela y por fin, comprenderá mejor la mujer que ella ha conocido durante
su vida.
Así
descubriremos la historia de Rose, que tuvo que huir de Francia cuando
la Alemania nazi comenzó a apresar a los judíos dejando allí toda su vida y sus
seres queridos.
Uno de los grandes aciertos de esta
novela es la construcción de personajes que la autora consigue definir al
detalle y que inmediatamente se adentran en el corazón del lector. Resultan de una humanidad que se hace muy
tangible y que a veces traspasa el papel. Uno de
los personajes que más me ha llamado la atención es Rose, la abuela de Hope. Una mujer que a ojos de su familia ha vivido
sin pasado pero que en su interior guarda secretos tan dolorosos que le han
impedido prodigarse en amor con su familia. En la última etapa de su vida, con
el Alzheimer haciendo mella en sus recuerdos, la etapa que vivió en París antes
de escapar se hace mucho más presente en su realidad. Los recuerdos acuden a
ella con demasiada asiduidad hasta el punto de confundirla. Su figura resulta
tan conmovedora que es imposible no enternecerse con ella.
Hope, su nieta, tiene 35 años y es una mujer con una existencia penosa. Una
niña que nunca se sintió querida, no llegó a conocer a su padre y que no ha
logrado cumplir ninguno de sus sueños. Con multitud de problemas a su alrededor está
perdiendo el último apoyo que le queda en su vida, su abuela, a quien
cariñosamente llama Mamie. Con su hija Annie la relación cada vez va peor. Es
una adolescente malhumorada y egoísta que la culpa del divorcio con su marido,
un hombre del que nunca ha estado enamorada.
La panadería que ha pertenecido
desde hace más de setenta años a su familia, fundada cuando Rose llegó a
América hace más de setenta años, está a
punto de quebrar. Hope nunca quiso dedicarse a ello pero las circunstancias le
obligaron a encargarse de su mantenimiento. Sus sueños de ser abogada se
truncaron muy pronto. Poco a poco Hope irá desengranando todos los secretos que
componen el pasado de su abuela y que ella desconoce.
Otros personajes que aparecen en la
novela son Gavin, un hombre amable y siempre dispuesto a ayudar, Matt, un ex de
Hope con un carácter bastante ambiguo, Josephine y Ted, la madre y abuelo de
Hope que aunque no aparecen directamente en la novela resultan esenciales en la
historia y su sombra está muy presente durante todo el relato.
En cuanto al estilo la novela se
caracteriza por una prosa cálida y acogedora que te envuelve desde sus primeras
páginas. A pesar de ello es accesible al lector, fluida y con muchos diálogos
que agilizan la lectura. La autora
utiliza dos hilos narrativos, con un carácter marcadamente emotivo y en primera
persona nos acercarnos a la vida de Rose, su problemas, sentimientos, sus
pensamientos y la reflexión sobre su existencia pero además nos hará participes
tanto de sus pesquisas para averiguar el pasado de su abuela como los
descubrimientos en torno a los siete nombres que aparecen en la lista.
El segundo hilo narrativo bastante
más conciso y en tercera persona se centra en Rose y en que se convierte su
existencia ensombrecida por la enfermedad que le hace olvidar su identidad pero
que de vez en cuanto le depara los suficientes momentos de lucidez para
reflexionar sobre sus errores. Además aprovecha esta parte para desvelar
algunas situaciones o hechos que ocurrieron en ese pasado doloroso.
La novela se estructura en treinta y
tres capítulos de los cuales los que están dedicados a Rose comienzan con una
de las recetas de los pasteles que han estado toda la vida en la familia. Y lo hace de forma que cualquiera podría
meterse en la cocina a probar estos suculentos dulces.
La novela se desarrolla en
diferentes escenarios desde Cabo Cob en Massachusetts, donde Hope regenta la
panadería hasta lugares como Paris donde Rose nació y vivió los primeros años
de su vida. Este último escenario nos lleva a conocer un episodio concreto que
sucedió en 1942, enmarcado dentro de la Segunda Guerra Mundial, en el Velódromo
de invierno, donde se produjo el primer encierro de los judíos por parte de los
nazis en Paris. Fue un primer destino antes de trasladarlos a los diversos
campos de concentración que existieron.
Conclusión
Quizás esta novela no descubra nada
nuevo, pero os recomiendo su lectura. Es un relato conmovedor, emotivo que nos
habla de la búsqueda de las raíces y la lucha de una mujer por encontrarse a sí
misma.
Con una prosa cálida, unos
personajes inolvidables nos habla de pasado y presente, del dolor, de amor, de
amistad de forma que nos deparará muchísimas emociones.