El libro es el único formato que ha permanecido inmutable durante siglos
mientras el mundo de la música, la imágenes o los videos se han ido
transformando paulatinamente y varias veces dando lugar a distintos formatos a
los cuales nos hemos tenido que acostumbrar.
Pero ¿Cuál es el futuro de la industria editorial? ¿Llegarán a desaparecer
los libros en favor de los eBooks?
Hasta hace
unos meses no me había planteado la posibilidad de realizar mis lecturas a
través de un libro electrónico. Siempre he sido muy reticente a abandonar el
formato papel. Me encanta tener los libros en la mano, acariciarlos, olerlos y
ordenarlos en las estanterías. Me gusta mucho cogerlos de vez en cuando y,
sobre todo de aquellos que me hicieron disfrutar, leer de vez en cuando algún
fragmento.
El tema del
lector no me acababa de convencer. Me parecía un sistema demasiado frío y ajeno
al lector. Pero fueron dos cosas fundamentales las que me hicieron plantearme
su adquisición. Una es que estoy empezando a tener un serio problema de espacio
en casa en cuanto al almacenamiento de libros que ya empiezan a ocupar los
lugares más insospechados y en segundo lugar, la cantidad de libros
electrónicos que ya pululan por la red.
Después de
probar el lector he podido comprobar que es un sistema muy cómodo para leer. En
tan solo 190 gramos puedes almacenar cientos de libros. No importa la longitud
del libro en cuestión lo puedes llevar a cualquier sitio en el bolso. Hay
lugares donde debes esperar y es de agradecer tener un entretenimiento a mano.
Con el formato papel esto se hace más difícil. El cargar con un libro de
seiscientas páginas en tapa dura no es una tarea fácil ni agradable.
También es
mucho más accesible su lectura en multitud de posiciones. Si te gusta leer
tumbado o dejar el libro sobre las piernas es un formato muy adecuado. No
tienes que sujetar el libro con la mano, que cuando tienen peso y llevas un
rato la mano se agarrota y hay que cambiar la posición.
El ahorro de
papel supone un punto muy positivo para contribuir a la conservación del medio
ambiente y evitar la tala de árboles. Aunque actualmente muchas editoriales
utilizan papel reciclado estos necesitan un tratamiento para que se obtenga el
resultado final.
En la red hay
multitud de obras gratis disponibles para descargar y no me refiero a las
descargas ilegales, que eso es otro tema. Muchas webs ofrecen libros sin ningún
coste. Claro está que no podremos acceder a los últimos títulos y novedades
editoriales pero sí que podemos obtener clásicos u otras obras determinadas. También
hay otros muchos títulos cuyo precio es muy asequible. Su precio es menor de
tres euros.
Otra ventaja
es que podemos adquirir los ejemplares en cualquier momento y sin desplazarnos
de casa.
Para autores
desconocidos se abre un filón porque pueden publicar sus obras a un precio
mucho más bajo y sin pasar por las manos de un editor. A la vez no es necesario
asumir el coste de distribución. Claro que en ocasiones esto disminuye la
calidad del resultado final porque al no hacerse una buena corrección muchas
erratas pasan por alto.
Entre los
inconvenientes que yo le veo principalmente es que actualmente hay poca
disponibilidad de títulos en el mercado digital. No todos los libros que se
publican salen a la venta en ambos formatos. Y si hablamos de libros que
tengan, por ejemplo, dos o tres años, es imposible encontrarlos (me refiero a
descargas legales).
Y sobre el
precio de los mismos es un tema que me parece bastante discutible. El invierno
del mundo, la última novela de Ken Follet en formato papel cuesta 24,90 euros y
su homólogo digital tiene un precio de 14,24 euros. ¿Realmente merece la pena
para los amantes del libro? Yo no encuentro un equilibrio justo entre lo que
pagas por un libro físico y por una copia digital, que al final ellos tienen un
gasto mínimo en cuanto al soporte.
Otro
inconveniente es que uno no puede compartir libros. El DRM es el sistema de
protección que algunos los libros digitales para evitar que se puedan copiar.
Tú compras el libro y tienes una única copia del mismo. No se lo puedes prestar
a nadie y nadie puede hacerlo contigo, a menos que entregues el lector.
Pero a pesar
de todo no se puede comparar con la sensación de pasar las páginas, el olor que
desprende un libro, la sensación que te transmite su cubierta por lo que yo
siempre me quedaría con el papel.
Y vosotros ¿Digital
o papel?