sábado, 24 de diciembre de 2011

El bolígrafo de gel verde - Eloy Moreno


La contraportada nos dice:

Superficies de vida

Casa: 89 m2
Ascensor: 3 m2
Garaje: 8 m2
Empresa: la sala, unos 80 m2
Restaurante: 50 m2
Cafetería: 30 m2
Casa de los padres de Rebe: 90 m2
Casa de mis padres: 95 m2


Total: 445 m2


¿Puede alguien vivir en 445 m2 durante el resto de su vida?



La historia gira entorno a la vida de nuestro protagonista, un hombre cuyo nombre no llegaremos a conocer. Su vida se ha anclado en la más absoluta rutina. Cada día es igual al anterior, se levanta, acude a su puesto de trabajo durante más de ocho horas y regresa a casa con el tiempo justo para darle un beso a su hijo antes de acostarse.

Apenas ve a su familia y su existencia se reduce a un mundo muy pequeño, su casa, la oficina, el restaurante donde come a diario, las calles transitadas que le llevan a estos lugares son como una especie de burbuja de la que no puede salir porque no dispone de tiempo para nada mas.

Día a día la presión aumenta y se siente más y mas atrapado, su espacio vital se reduce hasta el día en que compra un bolígrafo de gel verde y su vida comienza a cambiar. Un objeto aparentemente insignificante pero que logra mover los cimientos de su existencia.

Personajes

El protagonista no tiene un nombre concreto pero podría tener tantos... Todos aquellas personas que se encuentran en situaciones similares; podría ser un familiar, un vecino, un amigo o cualquier persona que nos rodea. En cambio si conocemos el nombre de su mujer e hijo, Rebeca  y Carlitos, y del resto de sus compañeros de trabajo. Cada uno de ellos con una circunstancia bien distinta y una personalidad diferente, el que siempre llega tarde, la habladora, el pelota de turno, el jefe enchufado, etc. Son las mismas figuras normales y cotidianas que cada uno de nosotros podría encontrar en su lugar de trabajo.

¿Se puede conocer a las personas a través de sus bolígrafos? Hasta ahora nunca había pensado en esto pero si nos fijamos un poco podemos ver las diferencias, está el que lo chupa y lo mordisquea nerviosamente, el que lo cuida y mantiene pulcramente, el que usa bolígrafos de propaganda, el que prefiere los de marca, el que siempre los pierde, el que coge los de los demás y el que siempre utiliza un color bien distinto.

El personaje central es un hombre que roza la cuarentena, tiene una mujer y un hijo pero no puede disfrutar de ellos porque no tiene tiempo puesto que su jornada laboral ocupa la mayor parte de su vida. La rutina diaria le ha hecho abandonarse físicamente, ya que ha dejado crecer su barriga y su aspecto es descuidado,  y emocionalmente tampoco es capaz de mantener la relación con su familia.

Su matrimonio no pasa por sus mejores momentos porque no puede dedicarle el tiempo suficiente, se va conformando con ver a su mujer en momentos espaciados, a besarse sin ganas, a no hablar, a resignarse a vivir cada día lo mismo y a sentirse más lejos el uno del otro. Siente que los lazos que los unían fuertemente se van destensando y la pasión ha quedado en un segundo lugar. Tienen un hijo al que tampoco ve y que debe dejar al cuidado de otras personas cuando va a trabajar. Son sus padres en realidad quienes están criándole y educándole.

Sus sueños están muy lejos de lo que la vida le ofrece, sueña con disfrutar de familia, con vivir experiencias y gozar del presente.  Poco a poco vamos viendo como esta rutina diaria va asfixiándole y atrapándole, desquiciándole poco a poco y anulando sus esperanzas.
Acostumbrado a perder constantemente los bolígrafos, el día en que compra un bolígrafo distinto al del resto de sus compañeros su vida cambia, es un bolígrafo de gel verde, un pequeño objeto que hace que comience a ver las cosas distintas y replantearse las cosas.

Cuando desaparece, al igual que los demás, comenzará a obsesionarse con ese objeto, a buscarlo a indagar, prácticamente deja de importarle todo lo demás porque el centro de su existencia pasa a ser el bolígrafo. Y a través de esta búsqueda conocerá realmente a sus compañeros, todos esos secretos que guardan, todas esas cosas invisibles a los demás.

Y así a la vez que va perdiendo todo contacto con su familia y con la realidad va construyendo un mundo de obsesiones, obsesión por huir de su realidad, obsesión por encontrar algo distinto que le dé la oportunidad de ser feliz.


Estilo

La novela tiene 317 páginas divididas en capítulos a modo de diario, donde se nos van indicando las fechas en las que transcurre la acción. Más o menos el tiempo equivalente a dos meses en los que la vida del protagonista se va precipitando a la locura.

Esta narrada en primera persona con un lenguaje directo y sencillo pero cuidado. Abundan los juegos de palabras donde el orden de las mismas da distintos significados a las frases, con frecuentes comparaciones.

No es una novela de acción pero su ritmo es vertiginoso, tanto que al leer me daba una sensación increíble de tensión que aumentaba poco a poco.
El autor

Poco sabemos de la vida privada de este escritor novel cuya constancia y tesón han hecho posible que pueda cumplir su sueño y ver publicada su novela porque esta nace del sueño de contar una historia.

Comenzó a escribirla en 2006 con mucha ilusión y la idea de crear una historia cercana que llegase a todo el mundo y que fuera recordada. La trató con mimo, cuidando cada detalle y con la intención de elaborar algo distinto e inolvidable.

Años más tarde, después de todo el tiempo invertido, de imaginar, crear y construir, comenzaba un largo periplo hasta que consiguiera ver su novela publicada y a la venta junto a la de otros autores.

Así decidió auto publicarla y dotarle de toda su armadura y esencia. Pero entonces quedaba el trabajo más duro, el de la distribución. Se puso manos a la obra recorriendo todas las librerías que estaban a su alcance a pesar de que a veces ni siquiera lo recibían, con los libros a cuestas en su maleta, repartiendo marca-páginas a pie de calle y explicando cientos de veces su argumento. Incluso su madre llevaba un ejemplar en el bolso.

El comienzo fue duro pero poco a poco sus esfuerzos empezaron a dar frutos y la novela fue haciéndose conocida. El boca a boca, su incursión en las redes sociales y demás medios comenzaron a consolidar su proyecto, a hacer real su libro, y las buenas opiniones y críticas comenzaron a llover.  

Poco después consiguió ponerla a la venta en La casa del libro y que la editorial Espasa se interesara en su publicación.

Al final y gracias a su empeño ha logrado que esta historia llegue a muchos lectores y se haga un hueco en las librerías españolas.


Mi opinión

Tenía muchas ganas de leer esta novela y la verdad es que no me ha decepcionado en absoluto. La he devorado en tan solo un par de días porque la historia me incitaba a leer y leer, a consumir una página tras otras.

La novela comienza con recuerdos de la infancia del protagonista. Como pasaban los veranos en un pequeño pueblo y como a través de un acontecimiento trágico que sucedió cuando tenia doce años, abandonó definitivamente su infancia para convertirse en adulto. Con los recuerdos del protagonista renacían los mismos propios, la libertad de las vacaciones en un pueblo, la sensación de libertad en verano y el bocadillo de nocilla por las tardes,

Más tarde se va introduciendo en una historia distinta y original, esta es una de pocas novelas,  que te puede llegar a sorprender porque nunca has leído nada igual y su argumento no es, en absoluto, predecible.

El autor logra crear alrededor del protagonista una vida confusa y tediosa, cuenta con gran destreza a la hora de manifestarnos y recrearnos sensaciones y sentimientos haciéndonos participes de ello. Paulatinamente se percibe la atmosfera asfixiante que oprime, que angustia, que apenas deja respirar generando esta sensación con una claridad extrema en el lector. Incluso llega un momento en que la tensión es tan grande que parece que el protagonista está perdiendo toda cordura.


Pero “El bolígrafo de gel verde” no es un libro cualquiera, sino un libro que te hace reflexionar sobre la vida, pero sobre todo sobre la sociedad en que vivimos. Esta sociedad donde prima el trabajo, donde no podemos criar a nuestros hijos, donde no vemos a nuestra pareja y carecemos del tiempo necesario para cuidar de esa relación. Una vida que prácticamente se nos escapa de las manos sumidos en cierta sensación de soledad al estar lejos de nuestros seres queridos. Una vida repetitiva en cada día hacemos lo mismo, vemos a la misma gente e incluso repetimos las mismas conversaciones.

En varias situaciones me he visto identificada con las sensaciones de la novela, sobre todo una época que trabajaba demasiado, estar anclado todo el día a un trabajo que necesitas para poder pagar una casa que no estas disfrutando. Sin tiempo para nada, sin ver a nadie y con la sensación de que estas desaprovechando los días que se escapan sin que puedas hacer nada.

¿Puede un objeto tan cotidiano como un bolígrafo, un objeto que cuesta tan solo un euro y medio, cambiar nuestra vida? Un bolígrafo que es distinto a todos los que usan sus compañeros y por ello cambia su percepción de la realidad. Este elemento actúa como diferenciador, sus compañeros siguen usando los mismos bolis, es decir, siguen anclados en la rutina diaria, su bolígrafo, en cambio es verde, y es a partir de entonces cuando comienza su aventura.

También nos presenta un mensaje esperanzador, es que somos los dueños de nuestra propia vida y como tal podemos cambiarla y hacer realidad nuestros sueños. Aunque esto suene como una utopía tal vez este en nuestro poder.

En conclusión

“El bolígrafo de gel verde” es una novela distinta y original. Una novela capaz de cambiar tu estado de ánimo, de hacerte reflexionar y plantearte que cosas importan en tu vida, cuál es tu camino a seguir.

Escrita de forma amena y fresca supone un nuevo aporte al panorama del momento en que se repiten las mismas fórmulas una y otra vez.

Una frase…

“Llegó un momento es el que futuro y pasado dejaron de ser distinguibles: mañana fue igual que ayer, ayer será igual que mañana”


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