Esperanza Alice Gorst es una joven huérfana que viaja desde París hasta Londres para trabajar como doncella de una mujer de la alta sociedad, lady Tansor en la mansión de Evenwood. Aparentemente todo es normal pero Esperanza tiene una gran misión en esa casa, la cual no le ha sido desvelada, su única directriz es conseguir hacerse con la plena confianza de señora, una mujer caprichosa y exigente.
Poco a poco se incorporará a la vida normal de la casa, conocerá a sus inquilinos, explorará la mansión siempre atenta y pendiente de cualquier hecho que se salga de lo normal anotando en un cuaderno todas aquellas personas y hechos que va encontrándose en la casa. A medida que su estancia en la casa se prolonga conocerá los secretos de todos sus inquilinos y Esperanza se verá implicada en una complicada trama de traición, asesinato, misterio que al final descubrirá que tiene mucho que ver con ella.
Personajes
Esperanza Alice Gorst, es la protagonista de la historia. En una joven huérfana de 19 años, sus padres murieron cuando ella era muy pequeña (su madre al poco tiempo de nacer ella y su padre algo después, por tanto ni siquiera tiene un vago recuerdo) y las únicas referencias que tiene de ellos son dos viejas lápidas que de vez en cuando le lleva a visitar su tutora.
Esperanza era una chica inteligente y apasionada por la lectura, siempre estaba dispuesta a aprender y absorber todos los conocimientos que su predecesor le brindaba. Su niñez había sido un poco dura, porque a pesar del cariño que le brindaban sus tutores, se sentía sola y aislada en la mansión l`Orme, su mayor compañía eran los libros. A veces se mostraba tímida y sumisa y otras veces en cambio era desobediente y traviesa como todos los niños.
Su veladora, madame l´Orme se encargó de cuidar de ella, educarla y custodiar su futuro a la muerte de su padre. Le dio una buena educación de manos del señor Thornhaugh, su predecesor quien la enseñó sobre todos los aspectos de la vida, cultivó su gusto por la lectura y fomentó su inteligencia. A esta persona, Esperanza profesa un profundo respeto y un gran afecto.
La baronesa Tansor o Emily Carderet que fue su nombre de soltera, es una mujer de 52 años exigente, caprichosa y egoísta. Se podría decir que lo tiene todo es bella, rica y con un rancio titulo de baronesa.
Aunque en realidad a sus espaldas cuenta con un trágico pasado que la ha marcado profundamente, su padre fue asaltado para robarle y asesinado, su prometido había muerto un mes antes de la fecha prevista de celebración de la boda y actualmente era la viuda del coronel Zaluski.
Lady Tansor no podía aceptar la muerte de su prometido, a quien adoraba, y continúo su vida siempre con el recuerdo de este fantasma acechando. Su marido tuvo que aceptar que el recuerdo de este hombre estaba muy presente en su mente y su corazón.
La baronesa había tenido dos hijos, Perseus y Randolph. Estos dos jóvenes eran muy distintos entre sí, también la educación de su madre hacía ellos había resultado muy diferente. Mientras Perseus, el mayor, era un joven retraído, orgulloso e inaccesible que le gustaba la literatura y la tranquilidad, el benjamín era sociable, sencillo y franco, cuyo principal interés era la caza y el campo.
También se relacionará con otros personajes como la señora Battersby que esconde gran secreto o el señor Armitage Vyse que no permitirán que su camino sea fácil. Aunque podrá contar con la ayuda de grandes aliados como el señor Wraxal.
La novela
La novela tiene 700 páginas, y se estructura en cinco actos. Cada uno de ellos dividido en un número variable de capítulos que a su vez se dividen también en distintas partes cada una con su correspondiente título.
La acción se sitúa en Inglaterra en el año 1876, más concretamente en Evenwood, una villa idílica cerca de la ciudad. Una se puede imaginar ya con este dato perfectamente la ambientación de la novela. Mujeres con grandes vestidos hasta el suelo muy elaborados con sombreros y túnicas, carros de caballos conducidos por hombres, grandes viajes en barco, iluminación con velas… un estilo de vida muy diferente al que conocemos, pero en la novela nos situamos perfectamente por la descripción del autor. También hay secuencias que se desarrollan en el mismo Londres y cuando la protagonista recorre la ciudad nos podemos imaginar un lugar oscuro y algo tétrico.
El ambiente está muy bien logrado en la novela, me he imaginado perfectamente la mansión, sus alrededores así como el estilo de vida de la familia. Una estirpe acomodada a finales del siglo XIX, con sus ideas, con sus prioridades y sus intereses.
Respecto al estilo narrativo me ha resultado demasiado solemne y distante de forma que al ir avanzando en la lectura me he sentido demasiado ajena a los hechos, como si fuera una mera espectadora. Bueno en realidad es lo que soy pero hay otros libros que te sumergen tanto en los acontecimientos que lees que pareces formar parte del relato. A lo largo de la narración te encuentras bastantes descripciones del entorno que no llegan a aburrir y reflexiones de la protagonista que aunque a veces se explaya tampoco suponen largas divagaciones. Esto hace que la lectura resulte algo lenta. Se nota que el vocabulario y el estilo de la novela esta cuidado y no se ha dejado demasiado lugar a la espontaneidad a la hora de plasmarla. No es que utilice un lenguaje demasiado selecto y palabras imposibles de entender pero no utiliza precisamente un lenguaje colquial.
Con “El legado del tiempo” me he quedado un poco a medias. El argumento en líneas generales me parece muy interesante pero al empezar la novela la acción transcurre muy lentamente, por lo cual hay que esperar muchas páginas para que pase algo que realmente capte tu atención y te enganche al libro. Reconozco que algunas veces me ha costado prestar atención. Esto sumado a lo que ya he comentado antes, el lenguaje y forma narrativa tan enfática en ocasiones me ha hecho sentir fuera del relato, muy alejada de la historia sobre todo al principio.
El libro avanza de forma muy lineal de forma que los hechos van descubriéndose en lo que parece un orden establecido. Tenemos en el libro la trama principal que tiene relación con otras secundarias, las cuales va resolviendo y aclarando individualmente y por turnos. Me hubiese gustado algo más desordenado y natural. Que el autor te fuera dejando con el gusanillo de otros misterios.
Está narrado en primera persona, de forma que es Esperanza quien nos va contando todos sus pensamientos, acciones y sentimientos. Solo conocemos lo que ella vive de primera mano.
Los personajes aunque están bien construidos y trazados dentro de la novela en general, pero la protagonista tiene bastantes carencias. En realidad Esperanza no me ha caído ni bien ni mal, me ha resultado indiferente, no llegamos tampoco a conocerla demasiado bien. Más bien es la narradora del relato y a veces da la sensación de que ella es ajena a todo. Le falta ese punto que tienen algunos personajes que te hace empatizar con ellos, es un personaje muy frio al que le falta fuerza y coraje.
La historia está llena de secretos que vamos descubriendo poco a poco a la vez que la protagonista avanza en sus investigaciones. No solo descubriremos lo que tienen que ocultar los miembros de la familia, sino que también ahondaremos en la vida se la protagonista, sabremos de su pasado. En este novela, como en toda historia de misterio que se precie, hay buenos y malos, personajes que actúan bien y otros que lo hacen con malas intenciones.
También en la novela hay un pequeño hueco para el amor, no tratado de forma demasiado romántica pero ahí está. No toma demasiado protagonismo pero complementa la trama.
Es una historia interesante aunque quizá haya demasiadas subtramas a su alrededor y le sobren algunas páginas, no en vano son 700 páginas que no se leen en un ratillo.
A pesar de todo esta novela me ha gustado y me ha resultado entretenida. La recomiendo para todos los curiosos a quienes les gusten las historias sobre secretos familiares que indagan en el pasado de sus miembros y que poco a poco van saliendo a la luz.
No he querido revelar nada de la trama porque creo que esta novela hay que ir descubriéndola uno mismo porque si descubro los secretos, se le quita bastante la gracia.
