Título: 21 maneras
de hervir una rana
Autor: Rafa Moya
Publicación:
Autopublicado, noviembre de 2017
Páginas: 232
Si ponemos una rana en una olla con agua
hirviendo, inmediatamente intenta salir, pero si la ponemos en agua a
temperatura ambiente, y no la asustamos, se queda tranquila y a medida que la
temperatura aumenta, la rana está cada vez más aturdida y aunque nada se lo
impide, se queda ahí y hierve. Reaccionamos a los cambios bruscos, al dolor
repentino, pero no a los cambios progresivos que pueden llevarnos a una
situación insoportable.
21 Maneras de hervir una rana de Rafa Moya
contiene veintiún relatos inquietantes que hierven lentamente en la olla de la
empresa hasta provocar una ebullición de los aspectos más relevantes de este
mundo: la competitividad, la motivación, el liderazgo, el poder, la envidia, el
lenguaje empresarial, la estupidez, el aburrimiento, la burocracia, el machismo
y todo aquello que hacen de la empresa (y de la vida) un lugar idóneo para
hervir ranas sin ninguna compasión. Todo ello narrado a través del humor negro,
el sarcasmo, la ironía y una sutil perspectiva crítica con el fin de que el
lector pueda mirar a su alrededor y saltar de la olla antes de que hierve.
Mis impresiones
A Rafa Moya le
conocí hace un par de años con Hormigas en la playa, una novela que una sorpresa muy agradable y
que disfruté bastante. Si anteriormente nos dejaba una historia de suspense
psicológico ahora opta por una colección de relatos con un toque muy peculiar.
21 maneras de hervir una rana es una compilación de relatos que va a
representar diferentes situaciones y circunstancias que pueden darse o vivirse
en el mundo laboral actual. Nos encontramos en un momento en que es difícil
encontrar un trabajo pero también en el que es complicado mantenerlo. La
competitividad, los extenuantes horarios laborales, el afán de liderazgo, las
tensiones, los enormes objetivos a cumplir hacen que muchas personas se sientan
estresadas y abrumadas por ello. Cuesta mucho hacerse un hueco y hay que mantenerlo
como sea. Y a quien no le ocurra todo esto puede considerarse afortunado.
Rafa Moya toca el
tema desde un punto de vista muy crítico pero utilizando un sentido del humor
muy negro e histriónico. Así en estos relatos encontraremos paradojas, obsesiones,
frustraciones que llevarán a sus personajes a traspasar ciertos límites.
Algunos de estos personajes se sienten atrapados en enormes empresas para las
que no son más que objetos de producción, no existen las concesiones y cada uno
escapa como puede.
Así por ejemplo en El clip conoceremos a Armando, un
cuarentón soltero que comienza por llevarse a casa un clip de la empresa. Un
objeto tan simple y cotidiano en su día a día. Pero no es uno de los pequeños
sino uno de esos grandes, fuertes y elegantes. Al principio tiene la intención
de devolverlo pero con el tiempo la sustracción se convertirá en un vicio que
acabará de forma desmesuradamente trágica.
En Un día laborable un trabajador normal y
corriente recibe un correo de su jefe en el que hecha la bronca a todos sus
empleados por un proyecto que no ha salido como debería. Muy molesto e incluso enfadado comienza a
enviar correos maleducados haciéndose pasar por sus compañeros.
En La decisión de Víctor nos encontramos a
un hombre hastiado y cansado que está a punto de abandonar a su familia. Una decisión
que a su mujer no le gusta nada y que va a pagar muy caro.
En Kamilah un programador con mucha experiencia
laboral se enfrenta a una nueva aplicación que en principio tiene muy buen
aspecto. El manejo es fácil y se siente a gusto. Tanto le gusta Kamilah que se
encariña demasiado con ella.
En Tres por planta nos encontramos a una
mujer que trabaja en la limpieza de un edificio y por fin ha puesto fin a uno
de los mayores problemas que ha tenido durante el año que lleva en plantilla. Y
es que uno de los empleados se meaba siempre fuera. Y la forma que ha tenido de
hacerlo no ha sido nada convencional.
No todos estos
cuentos tienen la misma extensión. En general no son extensos algunos de ellos
ocupan solo una página. Y como suele suceder en las compilaciones siempre hay
algunos que te gustan más que otros y aunque también me ha sucedido eso en
general no hay ninguno que se me hiciera tedioso. Algunos presentan situaciones violentas, otros
extravagantes, algunas desmesuradas, otros te dejan un final sorprendente y en
todos ellos está presente el sarcasmo y en algunos un sentido del humor muy
negro que a mí particularmente me ha gustado.
El estilo de Rafa
Moya es muy directo, cercano y natural. No se pierde en elementos innecesarios
y va al grano. Es un libro que he ido leyendo poco a poco en diferentes
momentos y días que es como suelo leer los relatos pero también porque creo que
al tratar un único tema, con personajes en situaciones parecidas se disfruta
más en pequeños sorbos. Quizás de una sentada se me hubiese hecho algo
repetitivo. Pero vamos que ya esto va en gustos particulares y de entrada no
era uno de los temas que más disfruto. O quizás sea que tampoco me veo
reflejada en ese ambiente laboral tan tenso y tan oprimente que viven sus
personajes.
Conclusión
21 maneras de hervir una rana es un conjunto de relatos que
ambientados en el mundo laboral nos deja diferentes vivencias y situaciones de
unos personajes que van traspasando los límites convencionales de enfrentarse a
las cosas. Un libro en conjunto entretenido, que tiene algunos relatos muy
originales y que he disfrutado.