Título: Las chicas
del coro
Autora: Jennifer
Ryan
Publicación: Maeva,2018
Páginas: 392
A principios de 1940, los estragos de la guerra
se hacen notar incluso en la pequeña población de Chilbury, en el condado de
Kent. Con la mayoría de los hombres en el frente, el vicario decide cancelar
los ensayos del coro, pero la directora, Primrose Trent, se opone a esta
decisión y convierte el tradicional coro mixto en un coro formado solo por
mujeres. Bajo su firme batuta, las chicas del coro siguen adelante, superan los
desafíos propios del tiempo que les ha tocado vivir y hasta participan en un
concurso del condado.
A través de la narración de cuatro mujeres del
coro, que se alternan a lo largo de la novela, el lector sigue las idas y
venidas de los habitantes de Chilbury. A pesar de las duras circunstancias
propias de la guerra —racionamiento, cortes de luz, toques de queda,
bombardeos—, habrá lugar para el amor, traiciones, disputas familiares y se revelarán
secretos. Las protagonistas comprobarán hasta qué punto las creencias más
arraigadas pueden ser puestas a prueba en tiempos difíciles.
Mis impresiones
Las chicas del coro es la primera novela de Jennifer Ryan quien se
ha dedicado durante gran parte de su vida a editar libros de no ficción. Para
escribirla se ha inspirado en las historias que le contaba su abuela desde niña
y en una posterior labor de documentación que ha realizado sobre las mujeres en
la guerra. En concreto se ha centrado en una recomendación que puso en marcha
una organización conocida como Mass
Observation, que animaba a las personas a escribir diarios y memorias y
enviarlos luego a los cuartales. Muchos de ellos fueron publicados en un boletín.
“El
primer funeral de la guerra y no había forma de que nuestro pequeño coro de
pueblo cantase sin desafinar. El Santo, santo, santo nos salía renqueante, como
si fuéramos un estruendoso grupo de gorriones trinando. Pero se debía la guerra,
ni a que ese joven sinvergüenza de Edmund Winthrop hubiera muerto reventado por
una torpedo en un submarino, ni siquiera a la pésima dirección del vicario. No,
se debía a que esta era la última actuación del Coro de Chilbury. Era nuestro
canto de cisne.”
No encontramos a
principios de 1940 en un pequeño pueblo de Kent llamado Chilbury. Los hombres
se han marchado a la guerra y las mujeres colaboran como pueden a través de
otras labores. El párroco de la iglesia ha decidido cerrar el coro ante la
ausencia de voces masculinas. Sin embargo la directora, Primrose Trent, decide
que el coro seguirá hacia adelante convertido en uno formado exclusivamente por
voces femeninas.
Son muy diferentes
mujeres las que forman parte de él en cuanto a edades, caracteres y situaciones.
Cada una se enfrenta de una forma a las terribles circunstancias que les ha
tocado vivir. Ya sea a la muerte de un ser querido, a su ausencia, a la
preocupación por lo que ocurre en Europa u otras cuestiones.
Aunque pueda
parecer que el coro será el tema principal de la novela por esta introducción
que he hecho es más bien el nexo que une a las mujeres de una pequeña
comunidad. No es más que la excusa para narrarnos como viven y como se
relacionan entre ellas. En particular de cuatro de ellas en concreto que a
través de sus diarios o cartas nos darán una imagen del contexto en el que
viven a parte de sus circunstancias personales.
La señora Tilling
es una enfermera viuda. Ha visto los horrores de la guerra. Cuerpos mutilados,
muerte y devastación. Ahora se enfrenta a la incertidumbre de la marcha a la
guerra de su hijo David, que en pocos días ha de partir. Venetia y Kitty
Winthrop pertenecen a una familia de buena posición económica y ambas acaban de
perder a su hermano en la guerra. Pudiera parecer que las muchachas estén
tristes y decaídas por la terrible noticia pero sin embargo no le tenían
demasiado aprecio porque era un muchacho que no se hizo querer. Incluso para su
propio padre la noticia es un desastre porque se ha quedado sin ningún heredero
varón.
Venetia es la
mayor. Tiene dieciocho años y se ha enamorado de un pintor de vida bohemia que
no parece hacerle demasiado caso. Sabe que en casa no lo van a aceptar pero
ella está decidida a conquistarle y llegar al límite. Mientras su hermana Kitty
tiene trece años y vive la guerra también con cierta despreocupación. Hasta ahora
el pueblo ha vivido un poco al margen. También está enamorada pero en su caso
de uno de los mejores partidos de la zona. Justo el hombre con quien sus padres
desean casar a Venetia.
El último personaje
que voy a destacar es la señora Paltry. Una comadrona ambiciosa, descarada y
sin escrúpulos que piensa que puede hacer negocio con la situación de los
Winthrop. La señora Winthrop está embarazada pero nadie puede asegurar que sea
un varón. Hay otros personajes que completan las subtramas aunque no voy a
dedicar más espacio a ellos.
A través de estos
personajes viviremos historias de amor y desamor, pasiones, ambición, codicia, secretos,
argucias, conflictos familiares y errores dentro de una situación social que se
agrava con las cartillas de racionamiento, con los cortes de luz y con las
bombas que al final llegan y lo devastan todo. A estas mujeres el coro les
ayuda a distraerse, a olvidarse por unos momentos de lo terrible que están
viviendo.
Las chicas del coro me ha parecido una lectura agradable y entretenida
por la cantidad de subramas que tiene. Una novela que nos demuestra que en los
momentos más duros o complicado puede salir lo mejor o lo peor de cada uno de
nosotros. Así, en consecuencia, actuarán sus personajes y dentro de ellas
algunas me han gustado más que otras al igual que sus historias personales han
tenido para mí diferente interés. Aunque en general creo que es una novela que merece
la pena leer y la he disfrutado.
Como os he dicho
antes la novela está narrada a través de los diarios de dos personajes y las
cartas de otros dos. Me ha gustado que la autora a pesar de la dificultad que
genera esta estructura recrea un buen contexto sin alargar descripciones ni
aportar datos innecesarios. No se centra en el conflicto y si en lo que sus
personajes están viviendo. Todos ellos quedan muy bien retratados y su cambio
de voces y perspectivas la hacen muy dinámica que junto al estilo fluido y
directo con el que se narra resulta una lectura muy amena.
Conclusión
Las chicas del coro es una lectura agradable, amena y entretenida
que me ha gustado leer. Un buen dibujo de como algo tan sencillo como un coro
puede hacer olvidar a un grupo de mujer las terribles circunstancias en las que
viven y el horror que les rodea.