jueves, 19 de octubre de 2017

El gigante de Glotolandia - Ellie Woollard



Título: El gigante de Glotolandia
Texto: Elli Woollard
Ilsutracion: Benji Davies
Publicación: Picarona, septiembre de 2017
Páginas: 32
Edad: +3 años

«¡Fee, Fi, Fo, Fum!», gruñó el gigante.

¡Cuidado, niños, el gigante de Glotolandia es un tipo muy gruñón y tragón que va en busca de un buen aperitivo! Y el bocado que más le atrae es un muchachito llamado Jack. Pero este niño y sus amigos no ven en él a un gigante horrible, sino a un mago enorme que les ayuda a recuperar balones perdidos y a rescatar gatos de los árboles. Es muy posible que ese gigante glotón sea más blando de lo que parece…

Unas rimas increíbles y un final inesperado y tierno, una versión de un clásico infantil, la obra de la extraordinaria escritora y poeta Elli Woollard y del galardonado ilustrador Benji Davies.
El gigante de Glotolandia incluye, además, un importante mensaje dirigido a todo el mundo: ¡no comáis niños, comed pasteles!

Mis impresiones

De Elli Woollard, la autora, ya habíamos leído en casa El dragón y el caballero apetitoso, un libro que en casa nos gustó mucho y que daba una vuelta de tuerca a las clásicas historias de caballeros medievales y dragones. Hoy os presento su último trabajo que ha publicado el sello Picarona durante el pasado mes de septiembre.

En esta vuelve a inspirarse en un clásico -Jack y las habichuelas mágicas- para construir una novela con otro tono diferente de modo que nos ofrece una versión renovada de la original.

El gigante de Glotolandia era una viejo gruñón y cascarrabias que estaba todo el día quejándose. Si tenía hambre suspiraba desesperadamente por comerse a algún niño, ya que eran muy sabrosos mientras decía «¡Fee, Fi, Fo, Fum!».

Como el hambre agudiza los sentidos comenzó a pensar en el cuento de Jack y las habichuelas mágicas que su hermano le había relatado tiempo atrás. Así que se decidió a ir a buscar a ese niño llamado Jack que seguro que resultaría un bocado muy apetitoso. Se puso en marcha y atravesó bosques, pantanos y campos hasta llegar a los jardines donde los niños jugaban. Pero cuando llegó allí a los niños no les infundía nada de terror ¿Qué hará el gigante ahora? ¿Se los comerá?

Aquí tenemos una historia cargada de sentido del humor, fresca y divertida que Elli Woollard nos la narra a golpe de rima y con un lenguaje desenfado y actual en el que abundan las muletillas y expresiones hechas. La historia comienza con un gigante que podría atemorizar a cualquiera, pero poco a poco veremos la transformación del personaje.

na transformación que tiene varios mensajes que ofrecer. Y es que las apariencias no lo son todo y no hay que dejarse llevar por ellas. Como hacen los niños de esta historia que no temen al gigante por muy grande y gruñón que sea. Y por otro lado la historia nos indica que las buenas acciones tienen recompensa. No es que haya que hacer buenas obras buscando algo a cambio sino que la idea es que los demás nos devuelven lo bueno que damos de nosotros mismos. Es algo inherente al ser humano.

Las ilustraciones se caracterizan por ser muy alegres, con colores llamativos y muy vistosos. Los personajes son muy expresivos y las situaciones llegan a ser muy divertidas.