Título: Tonto
de remate
Autor: Richard
Russo
Publicación:
Navona, octubre de 2016
Páginas: 494
Richard Russo, en
la cima de su maestría, regresa a North Bath, en el norte del estado de Nueva
York, y a los personajes que convirtieron Ni un pelo de tonto (1993) en «una
novela
todavía más
urgentes…, pero también está Carl Roebuck, que se ha pasado la vida haciendo
las cosas mal para ascender, pero puede que esta vez el método no le funcione. Grandiosa,
revoltosa, con resonancias interminables y una esperanza humana irrefenable», tal
como lo dijo The Boston Globe.
El irresistible
Sully, en cuyas manos ha caído una fortuna inesperada, se enfrenta a un
diagnóstico del médico de la Asociación de veteranos, según el cual le queda
entre uno y dos años de vida, y le cuesta mucho esconder la noticia a las
personas más importantes de su vida: Ruth, la mujer casada con la que mantiene
una relación desde hace años; Rub Squeers, el súper gafe, tan preocupado de
asegurar que Sully siga siendo su mejor amigo; su hijo y su nieto, de cuyas vidas
se ausentó antaño (y ahora lo lamenta). También disfrutamos de la compañía de
Doug Raymer, el jefe de la policía local, obsesionado con averiguar la
identidad del hombre con el que estaba a punto de huir su mujer si no llega a
padecer, justo antes, un extrañísimo accidente mortal. Y de la del alcalde de
Bath, Gus Moynihan, excatedrático, cuya esposa plantea problemas
Mis impresiones
No hace mucho
que os hablé en el blog de Ni un pelo de
tonto, la novela que en teoría (digo en teoría porque su lectura puede ser
completamente independiente) es el volumen que antecede a la historia de Tonto de remate y que ha visto la luz
este mismo año, trece después de que se publicara su primera parte. Navona ha
publicado la segunda y casi al mismo tiempo reeditó la primera. Ya os dije
entonces que tenía proyectado leer Tonto
de remate y espero poder hablar de ella sin hacer demasiadas alusiones o
revelaciones importantes a la anterior.
Tal y como
sucedió en Ni un pelo de tonto, en
esta ocasión también nos vamos a situar en el mismo y pequeño pueblo de Norteamérica
llamado North Bath. Ha transcurrido algún tiempo desde entonces, algo así con
una década. Sin embargo, mientras el pueblo se enfrenta a la misma decadencia
que lleva arrastrando los últimos años, la vida de algunos de sus vecinos (que
ya conocimos) ha cambiado sustancialmente. Algunos han tenido una racha de
suerte, otros han desaprovechado oportunidades aunque algunos de estos se han
aferrado a lo que ya tenían sin perder nada.
En esta
ocasión nos volvemos a encontrar una novela que sigue la misma línea que la
anterior con una historia que es una montaña rusa de emociones. Seguimos conociendo
la vida de los habitantes de North Bath, con sus alegrías y sus miserias, con
sus momentos más lamentables y los más esplendorosos. Todo ello marcado por su
sentido del humor e ironía que hacen que muchas de estas situaciones nos diviertan
mientras que en otras ocasiones nos resulten más emocionantes o incluso patéticas
en alguna que otra ocasión.
Tonto de remate es también una novela prácticamente coral donde
hay muchos personajes que nos presentan sus peripecias y las situaciones que
van viviendo. Sin embargo, hay un cambio bastante evidente con la anterior. Si en
Ni un pelo de tonto el personaje
estrella y en quien Russo focalizaba la acción era Sully (un sesentón lisiado y
con mala suerte que como ya os comenté me pareció un personaje magnifico al que
el lector iba queriendo poco a poco) ahora es Douglas Raymer, el jefe de la policía
local, quien ocupa su puesto y a quien le vimos en un papel muy limitado en la
anterior. Otro personaje al que el autor pone en la cuerda floja en muchas
ocasiones. Es cierto que en algunos momentos he echado de menos que Sully (no
esperaba que Russo lo dejara tanto de lado) tuviera un peso mayor en la novela
pero también tengo que reconocer que Raymer es un sustituto de altura. Otro personaje
complejo, quizás incluso más, que tiene una construcción poliédrica y que da
mucho al lector. Raymer es viudo desde hace un año y lo único que quiere es
averiguar con quien le engañaba su mujer antes de fallecer. La clave está en un
simple mando a distancia de un garaje que por supuesto no sabe que puerta
acciona.
Pero Sully,
que anda más o menos por los setenta años, no ha desaparecido por completo y la
mala suerte aún le persigue. Ahora que ha logrado hacerse con un buen pellizco
de dinero, que le evita arrastrar su maltrecha rodilla en trabajos apestosos y
mal pagados, y que solucionó una parte de los problemas que tenía con su hijo, un
diagnostico le ha revelado que no le queda mucho tiempo de vida. Rub, Carl y
algunos otros siguen al pie del cañón mientras que de otros personajes no hemos
tenido más remedio que despedirnos. Y los que están ahí siguen con sus
problemas de dinero, sus relaciones familiares más o menos turbulentas, sus
sueños, miserias o ambiciones. Y en sus vidas parece no ocurrir nada
excepcional pero no obstante siempre están dadas al cambio.
Y como no,
también como otro personaje más dentro de la novela y circunscrito en su
historia está North Bath, un pequeño pueblo donde todo el mundo se conoce y es
inevitable que unos interactúen, de forma accidental o no, con otros. Un pueblo
sembrado por la desesperanza que le produce los intentos infructuosos de salir
hacia adelante. Eso y el olor fétido que lo
inunda cuando sube la temperatura.
Tonto de remate no es una de esas novelas para leer con prisas. A
pesar de que su autor narra con fluidez, con diálogos muy ingeniosos, a golpe
de enredos y situaciones caóticas que hacen que sea muy amena en ocasiones es
una novela que hay que digerir. A veces parece que Russo cuenta por contar pero
luego te das cuenta de que todo lo que explica, alude o sucede a sus personajes
nos muestra algo de la sociedad o de la naturaleza del ser humano. A veces
imprime un marcado carente de comedia para poco después sorprendernos con algún
momento más tierno, con incluso alguna maldad que deja caer sobre sus
personajes.
Y por último y
como en la reseña de Ni un pelo de tonto
algunos hicisteis referencia a que la portada que os parecía demasiado sencilla
os aclaro que la que aparece en la cabecera de la reseña es solo la
sobrecubierta. Así que también os dejo la portada.
Conclusión
Tonto de remate es una novela de humor, irónica, sarcástica y
divertida que no obstante te deja algunos momentos amargos aunque muy buen
sabor de boca al terminarla.
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