Título: El pantano de las mariposas
Autor: Federico Axat
Publicación: Destino (Áncora y Delfin), junio de 2013
Páginas: 484
Las desapariciones de personas en confusos
episodios se suceden año tras año en Carnival Falls. Pero donde algunos ven
tragedias sin conexión, otros aseguran que existe un patrón común, y que detrás
de ellas hay algo más oscuro que simples accidentes.
En 1985, Sam y Billy tienen doce años y se preparan
para lo que suponen será un verano grandioso: excursiones por el bosque, largos
paseos en bicicleta y la postergada construcción de la casa del árbol. Sin
embargo, la llegada a la ciudad de una niña de clase alta llamada Miranda, cuya
belleza no les dejará indiferentes, lo trastocará todo. Juntos transitarán ese
intrincado paso de la niñez a la adolescencia, un camino de aprendizaje y
revelaciones, y se embarcarán, casi sin proponérselo, en una aventura que
podría llevarlos a conocer la verdad detrás de las desapariciones.
Un pacto de amistad los guiará en un verano
imborrable, un tiempo de metamorfosis que marcará el inicio de muchas cosas, y
también el final de su infancia. Novela de crecimiento y suspense con
sugerentes incursiones en lo fabuloso, El pantano de las mariposas sumerge al
lector en una rara fascinación para conducirlo con hábil pulso hasta un
sorprendente giro final.
Mi experiencia con la novela
Hay libros en
cuya última página el autor suelta un pequeño párrafo y la historia cambia de
forma inesperada de modo que ese inciso da la vuelta a todo lo leído con
anterioridad dejando al lector perplejo. En El
pantano de las mariposas sucede algo parecido pero no exactamente igual.
Aunque no es habitual en mí, comienzo comentando su final porque a pesar de que
hace un par de días que he terminado su lectura sigo dándole la vuelta al párrafo
que pone el broche final y que me cogió totalmente desprevenida. Federico Axat,
autor de la misma, aprovecha ese pequeño espacio final para descubrir un
pequeño detalle que yo había obviado durante la lectura de la novela –y que él
seguro que lo ha esquivado de forma magistral- y que aunque no cambia el
sentido de ninguno de los hechos que sucede en la novela da una vuelta de
tuerca en torno a uno de los personajes.
Además de
sorprenderme este final me ha hecho reflexionar en las veces que nos dejamos
llevar por las apariencias y atribuimos cualidades o damos por hecho aspectos
que pueden no ser exactamente como los hemos concebido. No siempre las cosas
son lo que parecen.
La historia
transcurre durante el verano de 1985, cuando Sam tiene doce años y su mundo
gira en torno a las excursiones en bicicleta junto a su amigo Bill y la secreta
construcción de una casa en un árbol. Pero cuando Miranda, una niña de su edad,
se muda junto a su familia a un gran mansión que hasta ese momento estaba
abandona en Carnival Falls, la vida de ambos cambiará de forma definitiva.
En Carnival
Falls, una pequeña ciudad estadounidense, se producen demasiadas desapariciones
lo que ha dado lugar a que circulen numerosas leyendas y conjeturas sobre el
paradero de estas personas. Hay quien piensa que existen algunas presencias que
las propician e incluso se ha marcado un cordón alrededor del bosque que sus
habitantes no deben sobrepasar por seguridad.
Durante ese
verano entre los tres amigos se produce una fuerte alianza salvaguarda por la
amistad y quizás por sentimientos más poderosos porque juntos darán el paso
definitivo que les llevará a abandonar definitivamente la infancia y comenzar
otra etapa en su vida. Además se verán involucrados en una oscura trama
relacionada con las desapariciones.
Sam vive en una
granja de acogida junto a otros doce niños huérfanos, entre los que tiene algún
peligroso enemigo, donde los Carroll les proporcionan algo parecido a un hogar
con unas disciplinadas normas de obligado cumplimiento y cobijado en la fe de
Dios. Sam perdió a su madre cuando sólo
tenía un año y el coche en que viajaban se estrelló en la carretera. Del incidente
guarda sólo guarda algún recuerdo inconexo. Nunca llegaron a encontrar el
cuerpo de la madre y existen diversas teorías sobre cual pudo ser su paradero.
Unos piensan que despareció arrastrado por las aguas del río y otros que alguien
pudo apropiarse del cuerpo con un morboso fin.
Junto al
indiscutible protagonista de la historia encontramos a Billy, un muchacho
creativo, inteligente e ingenioso que siempre tiene algún plan rondando en la
cabeza y Miranda, hija de un hombre de negocios que ha regresado a la ciudad
después de que despareciera de forma repentina y misteriosa diez décadas atrás.
Una muchacha rica pero desdichada muy diferente a Sam y Billy que recién que llegada
no tiene ningún amigo en la ciudad. A ambos amigos les deslumbra con su belleza
y trastocará el mundo que conocen hasta ese momento.
Estos tres personajes
están muy bien conseguidos mostrándonos una maravillosa y especial relación
entre ellos. Sam y Billy se quedan prendados inmediatamente de Miranda y
deciden aceptarla y formar un trío en que la amistad, la lealtad, las confidencias
e incluso el amor son una sólida base en la que apoyarse.
Otros personajes
indispensables en la historia, aunque esto se descubre a su debido tiempo son
el matrimonio Meyer, una pareja de ancianos a quien Sam tiene muchísimo afecto,
Orson, un matón que también vive en la granja de los Carroll, Preston Matheson,
padre de Miranda, un hombre rico que no
se lleva muy bien con su mujer y tras diez años desaparecido regresa con una
familia de la que nadie había oído hablar o Philip Banks, un maniático
obsesionando con la existencia de los ovnis que defiende a capa y espada que se
encuentran entre nosotros.
El pantano de las mariposas es una novela que reúne de forma magistral diversos
géneros con un resultado fantástico. Podría ser una novela de aventuras, de
suspense y con un toque romántico. A
medida que la trama avanza encontramos que la intriga va en aumento planteando
una serie de incógnitas que invitan a leer y descubrir que pasa en la ciudad
pero todo este suspense se va dosificando de forma muy acertada porque algunos
puntos se resuelven antes de llegar a su final dejando otros en el aire. ¿Qué
ocurrió en el accidente en que desapareció la madre de Sam? ¿Dónde está su
cuerpo? ¿Qué oculta Preston Matheson?
Entre todo este
suspense la vida de tres niños, una infancia de recuerdos, anécdotas
entrañables, el despertar de la adolescencia, el primer amor pero también los
primeros conflictos y los primeros desengaños. Ese punto en el que todos
dejamos de ser niños y descubrimos que unos nuevos sentimientos que a veces no
comprendemos aparecen en nuestro interior. El sabor de los años ochenta queda
impregnado en cada una de sus páginas con una ambientación maravillosa. Cuando
el mundo parecía girar de otra manera y la infancia se disfrutaba entre amigos,
excursiones, bicicletas y aventuras diarias.
Además en la
novela hay un cierto toque de fantasía que complementa toda la historia y
genera intriga pero no temáis porque no hay nada paranormal en ella. Es cierto
que toca el tema de los ovnis pero sin ser un elemento principal y lo hace con
el concepto clásico que se tenía en aquella época de este fenómeno.
Aunque el
desarrollo de la trama sucede de forma lineal, su autor también introduce
algunos saltos en el tiempo que nos cuentan por un lado, sucesos pasados y por
otro nos da información sobre el futuro. El libro comienza con un sorprendente
y emotivo prólogo fechado en 1974 cuando se produce el accidente para contarnos
lo que sucedió esa noche. Después comienza a narrar en 1985, año en el que se
desarrolla la historia propiamente dicha cuando los protagonistas tienen 12
años. Y un nuevo viaje al año 2010 nos asoma al futuro para conocer como se ha
desarrollado la vida de los personajes 25 años después y su percepción de lo
que ocurrió en el pasado desde un punto de vista adulto y con la distancia de
por medio.
Federico Axat
nos sorprende con una prosa increíblemente fluida que se adapta al lector sin
problemas pero cuidada y dotada de mucho atractivo a través de la cual podemos
visualizar perfectamente cada escenario y construir los personajes en nuestra
cabeza. A pesar de la facilidad y agilidad con que la historia se lee la estructura
me parece no exenta de cierta complejidad porque es capaz de hilvanar distintos
acontecimientos, mezclar diversos personajes y muchas subtramas con gran habilidad
de forma que al final todo encaja de forma coherente.
Conclusión
Sin duda, os
recomiendo El pantano de las mariposas,
una historia que me ha sorprendido muchísimo y que mezcla la intriga con las
emociones de forma magistral. Es un homenaje a la infancia, la amistad y el
amor.