martes, 30 de octubre de 2012

I love Islam - Patricia Finucci Gallo




¿Qué es lo que ocurre cuando tu mejor amiga se casa con un musulmán y deja de acudir al aperitivo de los jueves?
 

Las otras, todas solteras y con una rica vida social, la imaginan encerrada en casa, sometida, infeliz y con un velo negro en la cabeza. Pero descubrirán que la realidad es muy diferente: Rita está contenta y con su nueva situación se siente más serena. Así entre depilaciones con miel, pintalabios hechos en casa a base de zumo de frutas, vestidos fashion islámicamente correctos, juegos de seducción y perfumes de jazmín, las chicas conocerán el rostro más intrigante del mundo islámico.

A través de la mirada de las protagonistas y de las cuatro amigas, entraremos en el islam so chic: el de las lentejuelas y el rigor, de las revoluciones con las uñas pintadas, de las prohibiciones de alcohol y vodka escondidos en un bolso, de la virginidad solicitada a las esposas y de la reconstrucción oficiosa del “sello divino”. Descubriremos cómo el islam revoluciona a Occidente, conquista consensos y lanza nuevas modas.


Mi experiencia con la novela

Cuando una lee la contraportada de esta novela lo primero que le viene a la mente es un género: el Chick-lit. Pensé que este libro iba a ser una historia ligera, protagonizada por varias mujeres que nos iba a narrar una experiencia concreta en relación al mundo musulmán y que tendría un toque divertido.

Pero lo que esconde esta novela es bien distinto porque en la misma existe muy poca ficción y mucha realidad. Se trata de una especie de estudio o ensayo sobre el estado del Islamismo en el momento actual enfocándolo desde el lado femenino y explorando diversos ámbitos en su mundo. La moda, la literatura, el mundo laboral y su incursión en la política son algunos de ellos. Pero también trata otros temas tan delicados como su visión acerca del mundo del sexo, la homosexualidad y el cambio de sexo.

Lo que nos vamos a encontrar en esta novela es en qué punto se encuentran actualmente las mujeres que viven bajo esta religión, cuáles son sus intereses, qué piensan, y cuál es su estilo de vida y añadiendo el enfoque de las mujeres que se han convertido, esas féminas que normalmente por amor han cruzado una barrera que cambia su vida.

En los países musulmanes el estado está íntimamente ligado a la doctrina religiosa y es la razón que determina su forma de vida, costumbres, prohibiciones, etc, de forma que les quedan muy pocas opciones. En España la religión la vivimos de forma muy distinta, pues cada uno de nosotros puede involucrarse con la Iglesia del modo en que desee. Uno puede acercarse a ella y vivir bajo su doctrina o puede hacerlo de forma independiente sin que marque su día a día.

La idea de esta novela surge cuando la mejor amiga de la autora le confiesa que se va a casar con un argelino. La simple idea la pone en alerta inmediatamente pero que le suscita muchas cuestiones sobre cómo viven las mujeres conversas esta nueva vida a la vez que siente curiosidad por saber donde reside el atractivo de esta doctrina.

Dispuesta a formarse una idea clara la autora decide realizar un estudio. A través de un grupo de amigas, de búsquedas en Internet, de conversaciones con distintas mujeres e incluso de diferentes viajes irá desentrañando todos los entresijos de la vida de las musulmanas. No solo de aquellas que juegan un papel importante en la sociedad sino también de aquellas que viven a la sombra o aquellas que simplemente y a través de un blog quieren hacerse oír. Sus obligaciones, sus metas, las prohibiciones con las que viven pero también su lucha por emanciparse, su particular guerra para conseguir los mimos derechos que poseen los hombres y ser libres son las cuestiones que la autora intentará conocer a fondo.

Una lucha que puede comenzar con algo tan insustancial como puede resultar para nosotras el hecho de llevar pintadas las uñas. Cada 8 de marzo viene siendo habitual que en Argelia las mujeres se manifiesten andando por la calles sin velo y maquilladas, es su forma de protesta contra las imposiciones masculinas. El Frente Islámico de Salvación es una organización argelina de carácter político que se ha dedicado a perseguir a la mujer emancipada. Ha asesinado a muchas mujeres que se dedicaban al campo de la estética y luchado contra cualquier actividad liberadora de la mujer.

Afortunadamente a día de hoy, esta organización ha sido declarada ilegal y las argelinas tienen ciertas libertades. Pueden ir solas a los bares y pueden disfrutar de las sesiones en salones de belleza. En Argelia la tradición convive con la modernidad de forma más o menos tranquila pero hay muchos otros países donde la mujer apenas ha conseguido avances.

El Islamismo no es igual de radical en todos los países. En algunos de ellos el sector femenino ha conseguido grandes logros, aunque en otros aún queda mucho camino por andar para obtener sus objetivos. En aquellos en que se presenta de forma más extrema la realidad es que el papel de la mujer islámica en la sociedad sigue siendo bastante pobre. Nacidas y educadas para casarse y tener hijos. Estar calladas y simplemente obedecer órdenes de los hombres que giran a su alrededor.

Muchas costumbres siguen ancladas en la antigüedad. Muchas bodas siguen siendo arregladas por las familias de los novios. El noviazgo empieza después de una entrevista y sin que los futuros contrayentes han sentido ninguna química o atractivo. Hombres y mujeres siguen sin poder salir juntos a la calle o ni siquiera pueden comprar alcohol.

Pero hay otro Islamismo, el que convive con nuestra sociedad y el que aunque conserva su esencia no puede evitar verse influenciado por las tendencias europeas. En muchos países las mujeres son capaces de dirigir su propia empresa, conducir, dedicarse a lo que les apetezca o incluso ocupar puestos en el ámbito de la política. Pero claro, estas son las menos y aún así tienen unas normas de obligado cumplimiento en cuanto a vestimenta se refiere. Claro está que en estos países la tasa de divorcio se ha disparado. En Egipto incluso hay una iniciativa con la que ayudar y asesorar a las mujeres que quieren dar este paso. Se trata de una cadena de radio donde las mujeres pueden preguntar sus dudas e intentar resolverlas a la vez que se desahogan.

Pero las mujeres encuentran su vía de escape, una manera encubierta de tomarse ciertas libertades. Las jóvenes musulmanas encuentran la manera de hacer su guerra particular. Su forma es incumplir las normas pero siempre a escondidas. Muchas de ellas incluso han renunciado a mantener su virginidad hasta el matrimonio y tienen escarceos amorosos con amantes ocasionales y para evitar el castigo recurren a la himenoplastia, una operación que soluciona uno de sus grandes problemas.

Muchas de ellas han renunciado a llevar el velo y otras se ven obligadas a taparse con el burka. Lo esencial se resume en una frase muy acertada en mi opinión:

“El velo, en sí mismo, tiene poca importancia. Lo importante es que una mujer sea dueña de ponérselo o no" (Pagina 73)

Porque a pesar de todo estas mujeres debajo de lo que está a simple vista, de su cerrada indumentaria les gusta arreglarse y disfrutar de la moda. Los cosméticos les vuelven locas, aunque ellas mismas se los fabrican a base de productos naturales.

El Muslim Style, que vendría a ser algo así como la moda musulmana o aquellos productos que tienen permitido usar las mujeres pertenecientes al islamismo también ha creado tendencias en el resto del mundo. No sabía por ejemplo, que la iniciativa de llevar mayas debajo de los vestidos procediera de esa fuente.

Las mujeres y diseñadoras musulmanas intentan modernizar sus prendas pero siempre cumpliendo los preceptos del Corán. Para ellas la ropa debe ser cómoda y ligera pero adaptada a cada ocasión. Así nació le burquini una prenda que permite el baño pero que solo deja ver la cara y las manos de estas mujeres.

Los dirigentes religiosos intentan frenar de cualquier manera todas las iniciativas que otorguen a la mujer cualquier grado de libertad o cualquier posibilidad de elección. Temen el peligro que conlleva la sexualidad de las mujeres. Los hombres se sienten atraídos por su sensualidad, por la ropa, el maquillaje pero les gusta disfrutarlo en la intimidad y que sus mujeres estén libres de la vista de otros hombres.

Conclusión


“I love Islam” es una novela muy didáctica si uno quiere acercarse al papel que juega la mujer musulmana en la actualidad. Es un testigo claro de su lucha y sus esfuerzos y de las pequeñas metas que van trazando y consiguiendo.

Destacaría el estilo desenfado y ligero con el que la autora toca distintos puntos, y aunque algunos capítulos me han parecido más interesantes que otros es un libro recomendable.