lunes, 16 de diciembre de 2013

Legado en los huesos - Dolores Redondo



Título: Legado en los huesos
Autora: Dolores Redondo
Publicación: Destino, noviembre de 2013
Páginas: 549

El juicio contra el padrastro de la joven Johana Márquez está a punto de comenzar. A él asiste una embarazada Amaia Salazar, la inspectora de la Policía Foral que un año atrás había resuelto los crímenes del llamado basajaun, que sembraron de terror el valle del Baztán. Amaia también había reunido las pruebas inculpatorias contra Jasón Medina, que imitando el modus operandi del basajaun había asesinado, violado y mutilado a Johana, la adolescente hija de su mujer. De pronto, el juez anuncia que el juicio debe cancelarse: el acusado acaba de suicidarse en los baños del juzgado. Ante la expectación y el enfado que la noticia provoca entre los asistentes, Amaia es reclamada por la policía: el acusado ha dejado una nota suicida dirigida a la inspectora, una nota que contiene un escueto e inquietante mensaje: «Tarttalo». Esa sola palabra que remite al personaje fabuloso del imaginario popular vasco destapará una trama terrorífica que envuelve a la inspectora hasta un trepidante final.

Mi experiencia con la novela

A principios de este año el nombre de Dolores Redondo comenzó no sólo a sonar con fuerza entre las novedades literarias publicando a la vez en diversos países sino que se coló inmediatamente en las listas de los más vendidos. Fuimos muchos los que nos vimos sorprendidos por El guardián invisible, primer título de la trilogía del Batzán cuya segunda entrega ha sido recientemente publicada. Aunque en la anterior el caso terminó resuelto y cerrado yo os recomiendo que empecéis por el principio porque resultará más fácil comprender algunos aspectos de la segunda.

En mi opinión Legado en los huesos no sólo se encuentra a la altura de su predecesora sino que me ha resultado una lectura emocionante, original y totalmente adictiva de la que prácticamente no me he podido separar. La historia conserva intacta la frescura de la anterior aderezada con varias subtramas que generan auténtica intriga, con una protagonista diferente y una ambientación muy especial, casi mágica.

La historia arranca unos minutos antes de comenzar el juicio contra Jasón Medina el cual ha sido acusado de violar, asesinar y mutilar a su hijastra Johana Márquez intentando emular las características del crimen del Basajaun. La inspectora Amaia Salazar, a punto de dar a luz su primer hijo, lo espera con gran expectación ya que ella misma ha contribuido a demostrar la culpabilidad del detenido. Finalmente el juez se ve obligado a cancelar el juicio. El reo acaba de suicidarse en los aseos del juzgado dejando una nota dirigida a la inspectora. Esta contiene sólo una  misteriosa e inquietante palabra: : «Tarttalo», que nadie parece comprender.

Este supone el comienzo de una turbadora investigación en la que Amaia se verá involucrada tanto profesional como personalmente.

Si en la anterior entrega la inspectora de la Policía Foral de Navarra Amaia Salazar se vio obligada a volver a su pueblo natal, Eliozondo situado en el valle del Batzán, para resolver un caso (el del Basajaun) en esta ocasión tendrá que volver al mismo escenario. Aunque algo ha cambiado en su interior. La vez anterior no sólo se enfrentó a la persecución de un psicópata sino que se vio obligada a luchar contra los fantasmas personales y los traumas infantiles de los que siempre había huido. Ahora, ya reconciliada con su pasado y sus miedos controlados ha encontrado un lugar donde reencontrarse cómoda y tranquilamente con su familia cada fin de semana.

La investigación dará lugar a una trama muy oscura en que diversos elementos se van combinando creando intriga y complicando una investigación especialmente delicada y siniestra en la que Amaia tendrá que enlazar diversos elementos como la profanación de una iglesia, cuerpos mutilados, huesos de neonatos, violencia machista, suicidios…

Como ya sucedió en El guardián invisible existe otra subtrama paralela a la de la investigación criminal capaz de captar toda nuestra atención al instante y engancharnos definitivamente a su historia. En esta ocasión es complicado establecer una línea divisoria clara entre lo que representa el caso en sí mismo y la que ocupa la parte personal de la protagonista ya que llega un momento en que llegan a fusionarse. 
En Legado en los huesos además se nos  irá revelando más datos acerca del pasado de Amaia Salazar. La conocimos como una mujer atormentada por la figura de su madre, quien desarrolló una perniciosa obsesión por su hija y le procuró una complicada infancia plagada de miedos y terrores.

Un aspecto que valoro muy positivamente en la novela es el tratamiento que Dolores Redondo otorga a sus personajes a quienes llegamos a conocerlos muy bien gracias a que los perfila detalladamente y los hace muy reales. Como ya comenté en la reseña de El guardián invisible me parece un gran acierto la construcción del personaje principal, Amaia Salazar, a quien dota de gran complejidad psicológica y gran cantidad de matices. Es una mujer fuerte, inteligente, recta y muy profesional en su trabajo. En su interior sigue viviendo la niña atemorizada y falta de cariño que un día fue. Cuando la conocimos se sentía frustrada por el hecho de no lograr quedarse embaraza pero ahora a punto de dar a luz comprenderá todas las dificultades que comprende ser madre. Más aún cuando tiene que dividirse entre los cuidados que necesita un bebé y la resolución de un siniestro caso.  En muchas ocasiones la veremos desbordada, dudando incluso de sus propias capacidades y al límite de la extenuación.

Alrededor de ella se encuentra su familia, un apoyo con el que siempre podrá contar. Su marido James, es un hombre compresivo y dedicado en cuerpo y alma a la familia pero al que quizás Amaia descuida demasiado o su tía Engrasi, uno de sus mayores sustentos emocionales. En esta ocasión y sin querer desvelar nada nos acercaremos más a la figura materna de Amaia, la mujer que llena sus noches de pesadillas. En otro plano se encuentran sus compañeros de trabajo con quienes mantendrá diversas relaciones definidas en menor medida.

De nuevo Dolores Redondo ha logrado una ambientación inigualable. Resulta increíblemente fácil imaginar el valle del Batzán a través de las precisas y jugosas descripciones que se nos ofrece. Los bosques verdes, húmedos y frondosos, sus riachuelos de aguas cristalinas, el frío, la lluvia suponen un marco inigualable que aporta especial atractivo a la novela. Sobre todo porque su autora es capaz de trasladarnos allí y ver lo que sus protagonistas tienen delante.

Una de las cosas que más disfruté en El guardián invisible fue la introducción de aspectos de la cultura, costumbres y la mitología vasco-navarra. Si anteriormente conocimos al mitológico Basajaun, guardián del bosque y la naturaleza o Mari, la diosa de la fertilidad, en esta ocasión nos habla del Tarttalo, un ciclope gigante que vivía en cuevas situadas en las montañas y se alimentaba de animales y personas. Fue un ser muy agresivo que controlaba a sus presas mediante un anillo mágico que respondía a su voz delatando su situación.

También nos sirve para conocer un poco de historia ya que nos habla de los agotes, un grupo étnico ya desparecido que vivía en la zona del Batzán y se dedicaba a la artesanía de piedra y madera. Durante casi ocho siglos fueron discriminados y apartados del resto de la sociedad.

El estilo narrativo de Dolores Redondo es fluido, sencillo, directo y claro. Aunque la voz narrativa es una tercera persona omnisciente normalmente queda sujeta a la percepción y vivencias de la propia protagonista enfocando y centralizando casi toda la acción en ella. La linealidad de la narración se rompe con algunos capítulos que se remontan a los inicios de los años ochenta cuando Amaia estaba a punto de venir al mundo y nos hacen conocer más el entorno en que nació y la figura de su madre. Además utiliza de forma muy interesante un elemento onírico para hablarnos de la naturaleza y el alcance de sus traumas. Pero también tiene un toque mágico con cierta ambigüedad de forma que su autora no se aventura a desvelar que hay de real y que de imaginado en muchas de las situaciones que Amaia protagoniza.

Su estructura en cuarenta y un capítulos no muy extensos junto a un ritmo generoso que no decae en ningún momento y se acusa en el tramo final hacen de esta una novela que se lee con cierta agilidad.  Su final resulta sobrecogedor.

Conclusión

Legado en los huesos ha supuesto una lectura fascinante, que atrapa desde la primera hasta la última página. Inquietante, adictiva, oscura con muchísima intriga, emociones desbordadas, un entorno insuperable y una atmosfera muy especial.