Titulo: Mi
rinoceronte también come crepes
Autoras: Anna Kemp
y Sara Ogilvie
Publicación: Blume,
noviembre de 2014
Páginas: 32
Tamaño: 26 x 26 cm
Dalia está desayunando cuando un enorme
rinoceronte morado entra en la cocina, ¡como si nada! Y entonces da un mordisco
a su crepe, ¡como si nada!
Dalia intenta explicárselo a su mamá y a su
papá, pero ellos están demasiado ocupados para escucharla. Siempre están
demasiado ocupados.
Así pues, Dalia empieza a hablar con el
rinoceronte…
Una divertida y conmovedora historia para
reflexionar sobre el tiempo de calidad que precisan los más pequeños.
Mis impresiones
No hace mucho que
conocí la existencia de Blume, una
editorial comprometida con la calidad de sus publicaciones, el cuidado de sus
contenidos, la innovación y el respeto por el medio ambiente. Todos estos
aspectos se notan en el mimo y cuidado
que han puesto en la edición de Mi
rinoceronte también come crepes, la obra infantil que hoy llega al blog.
Mi rinoceronte también come crepes nos presenta a Dalia, una niña a quien sus
padres nunca escuchaban, dijese lo que dijese. Lo mismo ocurrió la mañana en
que un enorme rinoceronte de color morado aparece en la cocina de su casa
mientras ella desayuna y para su sorpresa se come uno de los crepes.
A pesar de que
intentó con todas sus fuerzas explicárselo a sus padres estos estaban demasiado
ocupados para hacerla caso. El rinoceronte se instaló en casa y la pequeña
comenzó a hablar con él hasta que se convirtieron en buenos amigos. Compartían
juegos, risas, canciones… mientras los padres seguían sin darse cuenta de nada.
Pero un día desaparecieron
todos los crepes que había para desayunar y entonces….
¿Queréis saber cómo
termina esta historia?
La edición está
cuidada al máximo y es realmente bonita. El libro es cuadrado y presenta un
buen tamaño con pastas duras, manejable pero de forma que resulta muy visual.
El texto, a un tamaño y tipografía que facilita la lectura de los más pequeños,
representa una historia sencilla, escrita de forma amena, con vocabulario muy
asequible, que ellos podrán comprender a la perfección pero que esconde un
mensaje para que los adultos nos detengamos un momento a reflexionar.
Llevamos un estilo
de vida muy agitado y a veces olvidamos que los más pequeños de la casa
necesitan también sentirse valorados, que les escuchemos y nos comuniquemos con
ellos. A veces les colmamos de juguetes y posesiones y lo único que necesitan
es un poco de nuestro tiempo. También nos transmite el mensaje de que debemos
respetar a los animales, que lejos de ser objetos con los que los humanos
podamos disfrutar, cada especie tiene un entorno que resulta adecuado para
ella.
Las ilustraciones
que complementan la historia las iremos encontrando en cada página compartiendo
el espacio con el texto que representan. Tienen mucho colorido en tonos mates y
difuminados por lo que son alegres y resultan muy divertidas.
Sus dos autoras ya
han colaborado juntas en otros proyectos infantiles. Anna Kemp, profesora de literatura contemporánea en la Universidad
de Oxford, ha redactado el texto y las ilustraciones corren a cargo de Sara
Ogilvie, dedicada profesionalmente al diseño y la publicidad.
En conclusión, Mi rinoceronte también come crepes contiene
una historia sencilla, divertida y bonita en una edición preciosa que gustará
mucho tanto a esos primeros lectores que viven sus primeras aventuras con los
libros como a los adultos que prefieran disfrutarlos con ellos. Una perfecta
alternativa a las típicas historias infantiles. A mi hija, desde luego, le ha
encantado y desde que lo tenemos ha sido la lectura de todas las noches antes
de irse a dormir.