miércoles, 3 de diciembre de 2014

Invierno en París - Imogen Robertson



Título: Invierno en París
Autora: Imogen Robertson
Publicación: Alianza editorial, octubre de 2014
Páginas: 480

París, en el duro invierno de 1910. Maud Heighton sueña con ser pintora. Estudia en la selecta Academia Lafond, pero mientras que los que la rodean disfrutan de los placeres de la Belle Époque, Maud ve cómo su situación económica se deteriora, el patrimonio heredado no le llega para pagar las clases y poder sobrevivir. Consigue un trabajo bien remunerado: acompañar e iniciar en la pintura a Sylvie Morel una inglesa de situación acomodada que vive con su hermano Christian. Aunque descubre algunos de sus secretos inconfesables, la vida parece que empieza a sonreírle a Maud: mientras se va adentrando en el selecto y deslumbrante mundo de los Morel, el dinero que le pagan le permite vivir y seguir con sus clases de pintura. Todo se va a desmoronar cuando los Morel son acusados de impostores y ladrones, y la propia Maud es imputada en el robo de unas joyas. Sólo podrá escapar recurriendo a todas las artimañas que se le ocurren entre gentes para los que la vida no vale nada.

Invierno en París es una novela histórica, de aventuras, de intriga, negra..., rocambolesca. Una novela de mentiras y traiciones, enigmática y elegantemente evocadora, que recrea de manera sin igual aquel París de fin de época, con sus luces y sombras, en el que el arte y la bohemia convivían entre la decadente aristocracia de media Europa y ambiciosos sin escrúpulos, maestros de la apariencia, que no dudaban en recurrir a las mayores vilezas para mantener su estatus.

Mis impresiones

Invierno en París representa la clásica novela a la cual no me puedo resistir. No es solo por su enigmática portada sino también por el hecho de que sea una protagonista femenina la que conduzca la historia y sobre todo la atractiva ambientación en que se desarrolla.

La historia comienza en París en el mes de noviembre del año 1909. En ese momento la joven inglesa Maud Heighton estudia en la Academia Lafond con el objetivo de cumplir su sueño: ser una gran pintora. París es una ciudad bulliciosa y llena de vida pero Maud no puede disfrutar de todos los placeres que la ciudad ofrece. Su situación económica es tremendamente precaria y entre los gastos que suponen las clases, el alojamiento en una cara ciudad y el frío del invierno apenas tiene dinero para comer.

Gracias a un golpe de suerte y la recomendación de una compañera de la academia, la rusa Tanya, consigue un buen empleo con el que todas sus preocupaciones se disipan. Cuando entra a trabajar en casa de los adinerados Morel dando clase a Sylvie su vida se vuelve muy placentera y la joven se deja llevar por el optimismo. Pero unas semanas más tarde se producen unos terribles sucesos que vuelven a dejar a Maud en una situación complicada. Los Morel no son quien aparentan y la joven es acusada del robo de unas joyas.

Invierno en París es una novela entretenidísima que cuenta con suficientes ingredientes para gustar a cualquier lector. En ella he podido distinguir dos partes diferenciadas que  suponen un punto de inflexión en la historia. Durante casi la primera mitad de la novela la autora nos presenta a la protagonista y nos narra su vida en París para después sorprender con un hecho que cambiará el curso de los acontecimientos y el tono de la novela. Es el momento en que comienza la acción y la intriga propiamente dicha. He podido disfrutar de diferente manera de cada una de estas partes y no sabría elegir una en caso necesario. Si el comienzo es muy agradable, evocador y está lleno de optimismo el cambio nos lleva hacia la oscuridad.

Como ya os he adelantado la protagonista de la novela es Maud, una joven huérfana que sueña con ser una gran pintora y sobrevive gracias a la escasa herencia que ha conseguido tras la muerte de su padre. Es una joven curiosa y solícita que emplea todas sus fuerzas en conseguir su sueño. A lo largo de la novela y debido a las propias experiencias que va sufriendo evoluciona hasta convertirse en una joven capaz de cualquier cosa con tal de saciar sus deseos de venganza. Un cambio en la protagonista que a mi modo de ver la humaniza y le otorga realismo, pues su reacción es muy lógica y consecuente.

Si Maud está desamparada y sola en la vida un ejemplo contario es Tanya Koltsova, una adinerada y joven rusa que también sueña con ser artista. Para ella todo es muy fácil porque todo lo consigue con dinero. Tiene un carácter muy peculiar pero un buen corazón. Pero a diferencia de Maud no puede ejercer ningún control sobre su propia vida. No solo sus tías vigilan constantemente todos sus pasos sino que incluso la han elegido un futuro marido con el que ella no desea contraer matrimonio. Otro personaje con cierta relevancia en la novela es Yvette, modelo francesa que se mueve en los bajos fondos de la ciudad en ambientes sórdidos y peligrosos. Personajes muy distintos entre sí, dibujados con precisión y unidos por la amistad.

Un aspecto realmente cuidado y que sobresale en la novela es su excelente ambientación. París es una ciudad mágica y encantadora que actúa como una protagonista más. La autora retrata con exactitud y de forma detallista la vida de la ciudad en los pocos meses en que se desarrolla esta historia (desde noviembre de 1909 hasta enero de 1910) transmitiendo al lector un mundo fascinante donde el lujo, los cabarés, los cafés, los artistas, la  inspiración, las fiestas y los excesos contrastan por otro lado con la precaria situación de otro estrado de la sociedad que sumida en la pobreza pasaba por muchos apuros para sobrevivir. En esta novela también nos encontramos con un acontecimiento histórico real. Se trata de la inundación de París en 1910 cuando las intensas lluvias invernales desbordaron el Sena anegando sus calles y  provocando la evacuación de muchos de sus habitantes.

En Invierno en París también encontraremos muchas referencias al arte. A principios del siglo XX no estaba bien considerado que una mujer estudiase esta disciplina. Pero aún así hubo valientes que lucharon por conseguir sus sueños y abrirse un hueco en un mundo de hombres.

Imogen Robertson cuenta con un estilo evocador, cuidado y detallista a través de un narrador en tercera persona en el que además no faltan dialógos. A lo largo de la novela el ritmo, más bien pausado al principio, fluctúa acentuándose en las últimas páginas. Su estructura es en dos partes bien diferencias que se dividen a su vez en un total de cuarenta capítulos numerados y fechados correspondientemente. Intercalados en el relato la autora plasma algunos de sus momentos a través de la descripción de los cuadros que va pintando Maud.

Conclusión

Invierno en París es una novela de luces y sombras que nos habla de amistad, de lealtad, de sueños y esperanzas pero también de falsas apariencias, deseos de venganza y traiciones. Enmarcada en una lograda y evocadora ambientación que nos lleva a París de principios del siglo XX. Una lectura con la que es disfrutado mucho y que os recomiendo.