Título: La esperanza del Tíbet
Autor: José Vicente Alfaro
Publicación: Círculo Rojo, abril de 2013
Páginas: 234
En semejante contexto, el Imperio mongol comandado por Gengis Kan, el más grande y sanguinario conocido hasta la fecha, alcanza sus fronteras y tras un periodo de tregua se lanza a saquear aldeas, monasterios y todo cuanto se va encontrando a su paso...
La esperanza del Tíbet conjuga con maestría realidad y ficción para narrar un momento clave en la historia del país en el que se hallaban en juego tanto el futuro del budismo como la identidad de los propios tibetanos, y en el que los líderes espirituales de la época tan solo podían hacer frente al invasor mediante las palabras y a través de la magia de sus creencias.
Una novela vibrante y emotiva que sumerge al lector en un entorno de leyenda donde el fervor de las gentes y la crudeza del paisaje se armonizan para conformar una sola piel.
Mi experiencia con la
novela
Tengo que confesar que cuando comencé la lectura de esta
novela no tenía muy claro que me iba a encontrar así como si me iba a gustar.
La novela catalogada como histórica siempre me produce ciertas reticencias y
hay ciertos periodos históricos que llaman menos mi atención o que me parecen
más complejos de entender en principio.
La esperanza del Tíbet
me ha parecido una novela sencilla tanto en su forma como en argumento pero de
contenido muy interesante e instructivo. Me ha gustado como José Vicente
Alfaro, su autor, recrea el contexto histórico con precisión y naturalidad. Aunque creo que es una novela a la que la sinopsis
de su contraportada no le hace justicia algún e incluso podría distraer a
potenciales lectores.
La historia se desarrolla en el Tíbet en el siglo XIII.
El Karmapa, líder de la escuela espiritual budista Kagyu, acaba de morir en el
monasterio de Tsurpu, donde se encuentra su sede. En el país el budismo ha
cobrado mucha importancia durante los últimos años y, mientras los monasterios
y lamas se asientan el territorio predicando la filosofía de Buda, resulta
vital la elección de un nuevo líder que sustituya al anterior. Este sólo podrá
ser elegido en la reencarnación del karmapa anterior que deberá ser encontrado
a través de la intuición y la interpretación de los sueños y visiones e los
monjes.
Tras seis años sin encontrar al niño que lo sucederá la
preocupación aumenta ya que el nuevo emperador mogol, nieto de Gengis Khan,
desea conocer al líder espiritual de los budistas. Su acercamiento a esta
religión puede resultar esencial para el futuro del país.
En este contexto el abad Lobsang llega al monasterio de
Batang del cual es el líder. Después de pasar algunos meses recorriendo la
región transmitiendo los principios del budismo a la población y captando
adeptos se encuentra con que algunas cosas no funcionan como deberían en el
monasterio.
Mientras el imperio Mongol arrasa aldeas y monasterios.
Hechos que provocan que dos hermanos sean separados por el destino tras perder
a sus padres en un aparatoso accidente mientras atraviesan las montañas cuando
huían de su hogar después de ser saqueado. El pequeño Chögyam de cinco años es rescatado
por un asceta que vive en un cueva en las montañas, aislado desde hace años
mientras su hermano Thupten, un año mayor, es recogido por un proscrito que le
obliga a trabajar para pagar su afición al alcohol.
La historia se desarrolla a través de varios hilos
temporales que se desenvuelven de forma paralela hasta fusionarse en una trama
de desenlace común. En cada una de ellas encontramos distintos personajes que
se enfrentan en unas situaciones particulares. Es una trama que destaca por su
sencillez pero a la que se le puede sacar mucho partido por los numerosos
detalles que el autor introduce en ella. Además esta novela cuenta con cierta
emotividad en momentos concretos que le proporcionan un valor añadido.
En La esperanza del
Tíbet existe un gran abanico de personajes de muy diferentes perfiles y
correctamente dibujados. Cada uno cumple su función y despierta algún
sentimiento en el lector. Muchos de
estos personajes me han resultado figuras amables y cercanas en contraposición
con otros que me transmitían mucha negatividad. Me gustaría destacar algunos como
el lama Lobsang, un hombre juicioso y sereno o los hermanos Thupten y Chögyam
muy diferentes entre sí.
Una de las cosas que más me han gustado de esta novela ha
sido la forma en que José Vicente Alfaro nos acerca a los principios que rigen
la vida de los monjes tibetanos a la vez que nos ofrece un acercamiento a los
principios de esta religión. La vida monacal está regulada por el Vinaya Pitaka, cuyos preceptos se
originan en el propio buda. Así vamos conociendo las obligaciones de ayuno de
estos monjes que comían una sola vez al día y siempre lo que obtenían de la
mendicidad, la meditación, las ofrendas o los rituales que realizaban así como
otras normas del código disciplinario. Este aspecto me ha resultado
especialmente interesante y muy ameno ya que está totalmente imbuido en la trama de la novela y apenas destacan los datos
sobre la ficción de la trama.
Un aspecto muy logrado en la novela es su ambientación.
Desde el monasterio de Tsurpu que compone una ciudad monástica formada por
diversos templos, escuelas y residencias que acogen a un millar de monjes
tibetanos hasta las cuevas en las montañas donde vivían los ascetas. Sin
describir cada escenario al milímetro ni complicarnos con tediosas y largas retahílas
de adjetivos consigue que los imaginemos perfectamente y visualicemos lo mismo
que sus personajes.
Atendiendo al contexto socio-económico su autor nos habla
del momento en que el imperio mongol siembra el terror en la población. Su
emperador Kublai Kan, nieto de Gengis Kan, busca una nueva orientación
religiosa para su pueblo y se encuentra dudando entre el budismo y el
cristianismo, cuyos lideres se lo disputan.
La esperanza del Tíbet
se estructura en seis capítulos con divisiones interiores que alternan las
narraciones de las distintas líneas argumentales, precedidos de una
introducción y coronados por un epílogo final. Su autor hace gala de un estilo
muy cuidado pero marcado por la sencillez y la claridad en sus exposiciones.
Además resulta una novela fluida, amena y muy agradable de leer. Sin llegar a
encontrar un ritmo trepidante en ella mantiene un buen compás y mucho
dinamismo.
Lo único que he echado de menos son las notas a pie de
página, necesarias en mi opinión en una novela donde se utilizan términos que
hacen referencias a aspectos, costumbres u objetos de la cultura propia del
budismo y que cuentan con sus propios vocablos para hacerlo. No es que existan
fragmentos que dejen de comprenderse por ello porque el autor de alguna forma
nos revela parte de su significado en el mismo pero a mí me hubiese gustado una
explicación más concreta.
Conclusión
La esperanza del Tíbet
resulta una lectura agradable, amena y entretenida narrada en su justa medida y
tras la cual se encierra una excelente recreación de un momento concreto de la
historia. En mi opinión el gran acierto de José Vicente Alfaro es coger un tema
interesante pero que puede resultar árido o complicado y convertirlo en una
lectura al alcance de cualquiera.