miércoles, 11 de diciembre de 2013

Las olas del destino - Sarah Lark



Título: Las olas del destino
Autora: Sarah Lark
Publicación: Ediciones B, noviembre de 2013
Páginas: 604

Isla de Jamaica, 1753. Deirdre, la hija de la inglesa Nora Fortnam y del esclavo Akwasi, lleva una vida protegida en la plantación de su madre y de su padre adoptivo.
Pese a los orígenes poco claros de la joven, los muchachos de la isla beben los vientos por ella. Deirdre, sin embargo, no siente el menor interés por ninguno de ellos hasta que el joven médico Victor Dufresne pide su mano.

Tras una espléndida ceremonia nupcial, la pareja de recién casados zarpa hacia Saint-Domingue, en La Española. Los sucesos que allí acontecerán transformarán sus vidas por completo…

Mi experiencia con la novela

Sarah Lark se ha convertido en una de las autoras que más me hace disfrutar con las novelas de paisajes. Leí al completo la Trilogía de los maoríes y cuando se publicó La isla de las mil fuentes tampoco dudé en sumergirme en su lectura y me gustó más que las anteriores. Las olas del destino es el título que cierra la bilogía del Caribe y que en mi opinión se encuentra completamente a la altura de su predecesora.

Las olas del destino me ha resultado una lectura emocionante y absorbente capaz de trasladarte completamente a los escenarios donde se desarrolla. Como siempre algunos de sus personajes se ganan nuestro corazón de forma instantánea y se mueven en un contexto histórico interesante.

La historia comienza en Cascarilla Garden (Jamaica) en 1753. Nora Fortnam ya no es la joven inglesa que llegó a la isla cargada de ilusiones y se quedó horrorizada con el trato que se dispensaba a los esclavos.  Ahora es ella misma junto a su marido Doug quien regenta la plantación y ha establecido un sistema de gestión de los esclavos en que sus condiciones de vida y su trato hacia ellos es mucho más civilizado. Esto ha convertido la plantación en una de las más prosperas de Jamaica.

Deirdre, la hija que Nora tuvo con el esclavo Akwasi, ha sido adoptada legalmente por Doug Fortnam y se ha convertido en una joven muy hermosa, de piel clara pero un carácter indómito. Deirdre ha cumplido los dieciocho años y la pareja comienza a preocuparse por su futuro. Aunque ha sido criada y educada como cualquier joven de su posición muchos comentan su dudosa procedencia y a sabiendas de que es mulata la muchacha es excluida por ello frecuentemente de las reuniones sociales.

Sus problemas parecen solucionarse cuando Victor Dusfresne, un joven médico afincado en la isla La Española, se enamora de ella y pide su mano. La separación será dura para los Fortnam pero en su nuevo hogar en Saint-Domingue, territorio francés, las cosas son mucho más fáciles para los mestizos.

En Islas Caimán vive Jefe el hijo de Máanu y Akwasi, dos esclavos que pertenecieron en el pasado a Cascarilla Garden. Al igual que su madre Jefe ahora es libre pero su padre le inculcó el odio hacia los blancos y no se conforma con la humilde vida que le espera en la isla. Por ello decide unirse a la tripulación de un barco pirata junto a su amiga Bonnie, que se hará pasar por un chico después de asesinar a su backra, un carnicero despiadado y cruel al que odia por su manera de tratarla y abusar de 
ella.

A pesar de que todos estos personajes han elegido caminos muy distintos el destino terminará por unirlos...


Las olas del destino es una novela repleta de emociones y sentimientos en la que su historia es tremendamente adictiva, intensa e impredecible. En esta ocasión me ha dado la sensación de encontrarme con una historia fresca aunque Sarah Lark repite más o menos las características de sus anteriores obras también presenta ciertos aspectos que han mejorado. 

Uno de ellos se encuentra entre los personajes. Sarah Lark ha abierto todo un abanico de posibilidades al crear una novela prácticamente coral. No se centra tanto en las protagonistas femeninas y amplia el elenco a los masculinos y esclavos de forma que resulta mucho más dinámica y con distintas subtramas que captan la atención del lector. Además todos ellos ocupan posiciones y caracteres diferenciados.

Su construcción está bien definida de forma que el lector no sólo los identifica y llega a entender fácilmente sino que llega a conectar y empatizar completamente con ellos. Sarah Lark siempre introduce características muy humanas en sus personajes y aunque en esta novela las volvemos a encontrar también ha diversificado más caracteres. La línea entre la maldad y la bondad ya no está tan definida y no atiende a su estatus sino que radica en mayor medida a las circunstancias que les rodean, las creencias que les han inculcado o sus propios impulsos. Así por ejemplo Jefe actúa movido por el odio que siente hacia los blancos y que le han transmitido desde que era un niño, Deirdre es una muchacha pasional que sigue los dictados de su corazón o Bonnie, una esclava a quien han tratado muy mal pero que no alimenta el odio hacia los amos.

Uno de los aspectos por los que destacan y a mí me gustan especialmente las novelas de Sarah Lark es su cuidada y detallada ambientación que te hace soñar con tierras lejanas y aventuras en lugares exóticos. Como siempre gracias a sus precisas pero sugerentes descripciones es capaz de trasladarte por completo a los escenarios salvajes en que transcurre la novela, llenos de color, exuberantes y atractivos como las playas cristalinas, e calor y la humedad del ambiente, la vegetación espesa que te hace sentirte dentro del paisaje. En La isla de las mil fuentes conocimos Jamaica y en esta ocasión viajamos hasta la La Española (que actualmente se corresponde con Haití y Santo Domingo) otra isla del Caribe donde se sitúan sus personajes.

Una parte esencial y destacable en las novelas de la autora también es la recreación del contexto histórico que fusiona a la perfección con la parte ficticia. La historia se desarrolla a mediados del siglo XVIII en las colonias caribeñas explotadas por los europeos que buscaron fortuna a base del trabajo de los esclavos. Lark nos describe el contexto de forma detallada incluyendo interesantes detalles sobre las costumbres sociales de la época, la moda europea que adoptaban a pesar de la diferencia del clima o las lujosos edificaciones de las plantaciones.

No sólo nos habla del trabajo en las plantaciones de café o caña de azúcar y la vida de sus señores sino que buena parte de su contenido se centra en el mundo de la esclavitud. Si en la anterior conocimos como vivían los esclavos bajo el protectorado inglés en La Española conoceremos la legislación y punto de vista de los franceses algo menos restrictivos en su Code Noir, que regulaba las relaciones entre blancos y negros, pero también tajantes y ocupando estratos sociales bien diferenciados.

Con anterioridad conocimos a la abuela Nanny que fundó un asentamiento en las montañas para luchar contra la esclavitud y en esta ocasión nos habla de otra figura histórica. François Macandal,  a quien muchos llamaban el “mesías negro”, fue un cimarrón que luchó de forma violenta contra la esclavitud. A través de peculiares discursos o ceremonias, autoproclamándose a sí mismo inmortal, consiguió que muchos de sus seguidores envenenaran a blancos.

Otro tema que destaca en la novela es la recreación de las figuras de los piratas de aquella época y su vida en los barcos. La jerarquía entre los bucaneros, la tolerancia entre distintas razas y su organización que se regulaba bajo un código llamado Mermaid con el que contaban las embarcaciones.

De nuevo el estilo narrativo de Lark conquista por su marcada sencillez, la fluidez de sus frases y la agilidad con que trata la historia. Está narrada en tercera persona por una voz  omnisciente que ajusta mucho sus descripciones y donde los diálogos son abundantes. La novela se estructura en cuatro partes divididas a su vez en capítulos no muy extensos que marcan un ritmo generoso en la novela.

Conclusión

Os recomiendo Las olas del destino si os gustan las novelas de paisajes y disfrutáis con narraciones sencillas, entretenidas, con personajes muy humanos y como siempre un entorno inigualable. Una novela para dejarse atrapar desde el principio y soñar.