viernes, 8 de marzo de 2013

Diario de una buena vecina - Doris Lessing


Janna es una mujer de mediana edad, viuda, atractiva y  sin ningún compromiso. Tiene un buen trabajo en una conocida revista para mujeres que le permite llevar un alto nivel de vida y atender con esmero una de sus principales preocupaciones, su imagen. No escatima en buenos vestidos, peluquería, manicura con tal de tener siempre una imagen perfecta y sofisticada. A pesar de su soledad su vida resulta agradable sin que estén presentes ningún tipo de sentimientos.

Un día por casualidad, conoce a Maudie. Una anciana arisca, frágil y desaseada que vive sola y bajo una condiciones precarias. No tiene agua caliente, calefacción, ningún tipo de comodidad ni nadie que cuide de ella. Se ha pasado toda la vida trabajando y se niega a ingresar en un asilo para que cuiden de ella.

Si en principio Janna se siente horrorizada por lo degradable que le resulta la anciana, poco a poco nace una amistad entre ellas.

Mi experiencia con la novela

A veces me llaman la atención tanto las novedades editoriales que olvido que hay muchos otros libros y autores que merecen la pena descubrir. Este es el caso de la premio Nobel en 2007 Doris Lessing, una autora con quién me inicié con El quinto hijo y cuya lectura me animó a conocer otros de sus libros. Un tan premio inesperado como criticado para una autora tildada de transgresora y feminista. Dos puntos esenciales que se reflejan en cada una de sus obras.

Diario de una buena vecina es una obra descarnada que es capaz de remover nuestra conciencia, de hacernos reflexionar y mirar una realidad cruda de la que muchas veces estamos tentados de huir.

El argumento se sostiene en la inesperada amistad de dos mujeres muy diferentes. El libro comienza de forma despiadada, a través de las palabras de una de sus protagonistas, Janna, que nos habla de sí misma. Sin remordientes ni contemplaciones nos cuenta como su marido, Freddie, y después su madre murieron tras una enfermedad letal sin que ella llegara a preocuparse ni involucrarse en sus cuidados. Se alejó cuanto pudo de la enfermedad e hizo lo único que sabía hacer, huir de lo desagradable y mundano.

Después de sus muertes Janna respiró de puro alivió y se concentró en cuidarse a sí misma y regalarse auténticos momentos de placer. Sin ninguna carga ni compromiso se dedicó a cuidarse en cuerpo y alma, a estar pendiente de su ropa y su maquillaje regalando a  su aspecto la mayor parte de su tiempo libre. En su vida no existen los sentimientos pero tampoco se le hacen necesarios. No se plantea demasiado las cosas.

Cuando casualmente conoce a Maudie inicialmente un sentimiento de repulsión la invade pero por alguna razón también siente lástima de ella, de su fragilidad e indefensión. Janna odia la vejez y su olor agrio, la pobreza y las condiciones insalubre en que vive la anciana. Maudie es una mujer que a duras penas se mantiene, acostumbrada a trabajar y al sacrificio diario su existencia es penosa. Vive casi aislada del mundo y es demasiado orgullosa para aceptar las prestaciones sociales que le ofrecen.

Poco a poco las mujeres van estableciendo una relación más cercana e íntima. Las visitas se vuelven diarias y mientras Maudie le confía a Janna su vida pasada, esta última le cuenta su día a día. Dos concepciones distintas de ver el mundo, una anticuada y otra actual.


Resulta asombrosa la claridad con la que estos personajes aparecen en la mente del lector. Personajes muy reales y humanos, con sus inmundicias y sus miserias. Llenas de matices y capaces de evolucionar ante los acontecimientos que viven. Sin demasiadas descripciones conocernos profundamente la psicología de estos personajes.

Poco a poco Janna va comprendiendo y asimilando la vida de otra manera,  encuentra la manera de ser solidaria y comprometerse con los demás aunque no resulte una tarea agradable. Sus sentimientos se contradicen. Por un lado Maudie le hace sentir repulsión pero por otro lástima. Y por primera vez en su vida es consciente de situaciones que hasta el momento habían pasado desapercibidas por sus ojos, como el sufrimiento y el abandono de las personas mayores. Pero además termina descubriendo que Maudie representa la persona en quién ella podría convertirse en un futuro. Un proceso de maduración personal irrevocable que le hace descubrir un mundo totalmente distinto del cual ella conocía.

A parte las dos protagonistas encontraremos figuras que representan otras problemáticas con las que se encuentran las mujeres en su día a día. Joyce, la directora de la revista en que trabaja Janna, que pasa por un momento delicado en su matrimonio, Georgie, hermana de la protagonista, que siempre cumple con sus obligaciones o Vera, la asistencia social entre otras.

La prosa de Lessing es áspera, ruda,  escueta y tan directa que llegar a doler. Conforma imágenes y sentimientos intensos pero reales. No hay adornos ni  busca la forma de suavizar lo que narra sino que arroja directamente sobre nuestras consciencias los sentimientos, a veces oscuros, a veces piadosos. Quizás las primeras páginas pueden llegar a chocar pero es imposible parar de leer esta novela. Está narrada a modo de diario por Janna, la protagonista, que nos cuenta de primera mano su experiencia sobre la cual no escatima en detalles por muy macabros que puedan parecer. La historia no presenta división en capítulos aunque no por ello su lectura resulta pesada.

La historia se sitúa en los años 70 y nos es narrada desde un punto de vista estrictamente femenino. Por esta época la mujer acaba de adquirir protagonismo como persona en la sociedad y su papel como ama de casa ya no es prioritario sino que tiene ganas de salir de casa y enfrentarse al mundo sin depender de un hombre al lado. Es el modelo que representa Janna independiente y dueña de sí misma.

Como os decía al principio se trata de una novela capaz de remover nuestra conciencia, de hacernos reflexionar sobre diversos temas. Lessing es capaz de sensibilizarnos con la problemática que supone el trato que la sociedad otorga a la tercera edad. Ancianos sin recursos abandonados a su suerte y la poca sensibilidad de las administraciones a la hora de proporcionarles ayuda.

Pero también es un análisis de la forma en que afrontamos nuestros compromisos con lo que nos rodea. Podemos huir y darle la espalda a los asuntos que tenemos delante o podemos involucrarnos y ofrecer ayuda en la medida de nuestras posibilidades.

Conclusión

Diario de una buena vecina es una novela compleja y dura como la vida misma. Un libro que no deja indiferente a nadie y una historia  de la que uno no se podrá despegar fácilmente. No se trata de literatura de entretenimiento ni de contar una simple historia. Se trata de explorar el universo femenino, los confines de la mente y ahondar en sentimientos universales.