Título: Hacia la
belleza
Autor: David
Foenkinos
Publicación:
Alfaguara, febrero de 2019
Páginas: 197
David Foenkinos me
conquistó absolutamente y creo que para siempre con La
delicadeza, una novela que contiene muchas emociones en su interior, que me
resultó exquisita por esa delicadeza al tocar ciertos temas con los que hace
honor a su título. No ha sido la única novela que me ha gustado del autor
francés. Charlotte fue otro acierto
en mi opinión y de las que considero es su mejor trabajo. La última
publicación, La
biblioteca de los libros rechazados, tenía un tono bastante distinto aunque
no por ello me defraudó ni me hizo disfrutar menos. Por todas mis experiencias
anteriores es obvio que estaba esperando como agua de mayo tener entre las
manos su último trabajo del cual os voy a hablar hoy.
Esta novela es una
historia de historias y comienza cuando Antoine Duris, un prestigioso profesor Artes
decide abandonar su magnífico y enorme apartamento en Lyon y su importante
trabajo en la Escuela de Bellas Artes para dedicarse a ser vigilante en el
Museo de Orsay. Nadie extiende esta decisión. Su jefa sabe que está
sobrecualificado para el trabajo y no entiende sus motivos. Su hermana Leonor
intuye que es por la reciente separación de su pareja que ha vivido. Pero lo
cierto es que Antoine huye de algo mucho más grave, pero ¿Qué puede ser que
para olvidarlo intenta refugiarse en la belleza?
Así es como vamos a
conocer la historia de Antoine y también la de Sabine, Mathilde o a de Camille
entre otros personajes aunque dos de ellos destacan por su fuerza. Son figuras
tremendamente humanas, con sus mochilas, con sus defectos, ilusiones, sus
equivocaciones y en definitiva todo lo que llevamos encima o hacemos los seres
humanos. Partimos en la historia con intriga. Sabemos que Antoine huye de algo.
Pero no de qué.
En esta novela de nuevo
vemos la cara más delicada, sutil y sensible de David Foenkinos. Un autor que
además tiene la capacidad de expresar muchísimo con muy pocas palabras o actos.
No le hace falta ser demasiado explícito ni obvio para que el lector capte a la
perfección lo que quiere decir. Sus historias no suelen ser muy extensas pero
son muy directas en el sentido de que siempre van a lo más esencial y puro. Nos
encontramos con una voz tan emocionante, tan llena de matices, de detalles exquisitos,
de reflexioens, de capacidad de poner palabras a sentimientos que son difíciles
de expresar que al final esta novela está llena de lirismo.
Y a pesar de todo son
novelas con aparente liviandad, que se leen en un suspiro y que al llegar al
final te dejan con más ganas de leer al autor. El final me ha encantado. Os decía
antes que Hacia la belleza es una
historia de historias. No tiene una trama sino varias que están interconectadas
de una forma que me ha parecido muy original e inesperada.
En Hacia la belleza aborda a través de las
diferentes tramas que viven sus personajes temas de gran calado y profundidad
como el sentimiento de culpa, el malestar con uno mismo, los remordimientos
autoinflingidos y los contrapone a la belleza. Pero no la belleza como un elemento
superficial sino como algo único, particular y personal capaz de curar
corazones. Y aquí la belleza se expresa mediante la pintura (en otra ocasión ya
mezcló arte y pintura) porque algunos de sus personajes se aferrarán a este
arte para obtener lo que quieren o para aferrarse a algo. Ya sea pintando u
observando. Y son temas realmente duros los que llega a tocar. Elige un cuadro
que Modigliani en el que retrató a una de sus amantes y cuya historia es tan trágica
como la de uno de los personajes de esta historia.