Título: Una familia decente
Autora: Rosa Ventrella
Publicación: Lumen, febrero de 2019
Páginas: 360
Fue esa maravillosa portada en blanco y negro y las
similitudes que encontré con la saga de las Dos
amigas de Elena Ferrante lo que me llevó a desear con insistencia la
lectura de esta novela. Es cierto que Rosa Ventrella comparte algunos elementos
con Ferrante (como un contexto temporal similar) pero también es cierto que
tiene un interior y un estilo propio que la hacen muy diferente.
La historia tiene lugar en un barrio obrero y pobre de
Italia llamado Bari durante de la década de los ochenta. Allí sus habitantes se
buscan la vida como pueden. Entre ellos está la pequeña María, que a sus doce
años se revela contra su familia lo cual ha hecho que su abuela la llame
Malacarne, un apodo que le acompañará durante muchos años. Su padre, tozudo y bruto, es conocido
como Tony Curtis por su parecido físico con el actor y la madre se dedica a
cuidar de los hijos a la sombra de su esposo.
María es rebelde pero también una niña inteligente y
despierta que domina con soltura el italiano y que saca buenas notas. El primer
día de colegio la sientan con Michele, el más pequeño del clan de los
Sinsangre. Su padre le advierte que no debe relacionarse con él pero al final
es inevitable la amistad entre dos niños.
Decadencia, violencia, supervivencia, hastío, mentira,
venganza u odio son emociones que se nos muestran cómo se desarrollan entre los
vecinos de un barrio empobrecido y embrutecido de Italia. Aunque también es un
relato que llena de luz y de esperanza la vida de una niña llamada María. Ella
es como las flores que crecen entre la inmundicia. No se deja contaminar por lo
que sucede a su alrededor e iremos presenciando como esa flor va cambiando y
cómo se abre al mundo.
Los padres de María harán todo lo posible para que ella
escape de su presente y lo que parece ser el futuro de todos aquellos que
permanecen en el barrio. Esperan qua a diferencia de ellos mismos, María se
aleje de la miseria, de la violencia y la necesidad. Es por ello por lo que
tampoco quieren que se relacione con el hijo más pequeño de una de las familias
más peligrosas del barrio y que se dedica a asuntos poco claros.
Una familia decente
es una novela que me gustó desde el principio. Creo que la autora tiene una
forma muy personal y muy acertada de contar su historia. Me gustaría destacar
la gran capacidad que tiene de meterte de lleno en ese barrio italiano y de que
poco a poco vayas conociendo con mucho detalle a sus vecinos y el ambiente en
el que viven. Sin embargo y aunque estaba disfrutando mucho de ella me faltaba
esa explosión que la hiciera especial. Y ha sido en la segunda mitad el momento
en que lo he encontrado y realmente me he implicado en la historia, la comencé
a vivir y la he terminado con la emoción a flor de piel.
Me ha dejado un buenísimo sabor de boca y la sesnación de
haber leído una novela que te va ganando poco a poco y que, a un ritmo tranquilo,
te va calando más hondo de lo que te das cuenta. Creo que su autora es una gran
narradora, que primero te pone en antecedentes, te explica, te cuenta y luego
pasa a la parte más emocional cuando tienes la capacidad de comprender cómo y
porque ha sucedido.
Al final a parte de una historia de superación y
supervivencia también en una novela en la que el amor tiene una importancia
fundamental. Pero no es una novela que nos habla de un romance como otro
cualquiera entre dos personas sino que nos habla del amor real y verdadero. Ese
que prescinde de aspavientos, de palabras de amor, de escenitas edulcoradas. Tan
solo se puede demostrar de una forma y es siendo generoso con la otra persona
por mucho que suponga para uno mismo.
Creo que ya no hace falta decir que Una familia decente es una novela que me ha gustado mucho, más y
más conforme me adentraba en su historia. Tiene buenos personajes, una
ambientación excepcional y una historia que emociona.