Título:
Señora
Autora:
Ana Belén Rivero
Publicación:
Ediciones B, noviembre de 2018
Páginas:
Algunas de vosotras, que como yo hayáis pasado la
treintena, seguro que recordáis ese terrible e incómodo momento en que a una la
llaman por primera vez SEÑORA. SIN PALABRAS. Así es como me dejaron. Y es que a
partir de ese día una ya se empieza a plantear ciertas cosas. La primera es que
ya te vas alejando de esa etapa más joven para convertirte en todo una adulta.
Parece ser que los demás se han dado cuenta antes que tú, que sigues pensando
que eres una adolescente alocada. Y es que un día eres joven y al día siguiente
vas por la calle recogiendo gatos.
Pues algo parecido le sucedió a Ana Belén, la autora de
este libro cómic, en el que desgrana la transición de una etapa a otra golpe de
humor, ironía y sarcasmo. Porque nadie viene y te avisa. Nooo. No ocurre nada
especial, no hay fiesta, ni se tira confeti, no ocurre nada que indique el
cambio. Porque siendo realistas, tu si que te das cuenta de que fulanita, que
ha echado culo como cagar fuera del desierto, o menganito, en cuya cabeza te
puedes retocar el colorete, que fueron contigo al colegio parece que tienen
mucha más edad que la que representan, que por cierto, es la tuya. Pero por
fortuna tu sigues mirando el espejo y viendo un bollycao muy tierno (pero de
los de antes esos que estaban realmente ricos aunque abusaran de grasas
animales).
Se dan algunas paradojas durante ciertas etapas que vamos
cubriendo. Hay momentos en que queremos ser mayores para poder hacer algunas
cosas y cuando lo somos añoramos la niñez y la placidez de la despreocupación,
inocencia y libertad (en su sentido más amplio, no como creemos que realmente
es). Una vez creces, ya no ha vuelta atrás, las responsabilidades te agarran y
no te vuelven a soltar. Ya no hablo de tener hijos o pareja, sino que uno tiene
que buscarse la vida para mantenerse (ya es hora de dar a mamá y papá un
descanso), cuidarse o alimentarse...en fin, lo que significa una vida
independiente.
Siempre he pensado que somos una generación de blanditos,
comedores de “petisuises”, de soñadores de estereotipos imposibles e
idealización de vidas. Señoritas criadas para ser femeninas, recatadas, para
ser dulces y preocuparse por el que dirán. Vamos, a ser “viejovenes”.
Una de las razones por las que no queremos cumplir años
es que llega un punto en que sabemos que el cuerpo, a no ser que te desgañites
en el gym, va a comenzar a dejarse llevar por la gravedad. La piel
pierde tersura, las primeras canas aparecen, pelos en sitios indeseaos y un
montón de ropa en el armario en la que solo cabe la mitad del cuerpo.
De todo esto y mucho más nos habla Señora, un libro que
nos enseñará a mandarlo todo al cuerno y hacer lo que nos de la real gana. A
querernos y aceptarnos como somos. Porque por mucho que se empeñen en decirnos
lo que tenemos que hacer somos las dueñas y señoras de nuestra vida. Y las
malas lenguas que sigan hablando. Porque los clichés los podemos cumplir o
romper sin remordimientos. Un libro divertido, desenfadado, con el que
seguramente nos veremos identificadas y que nos hará reír.