Título: Mi vecino,
su robot y yo
Autor: Israel
Campos
Ilustradora: Iris
Amaya
Publicación: Algar,
octubre de 2018
Páginas: 144
Edad: + 10 años
De Algar suelo traeros
al blog álbumes infantiles pero en esta ocasión os voy a hablar de un libro de
sus colección Calcetín, que es para niños uno poco mayores de lo que
habitualmente reseño. Yo creo que es adecuado para niños de a partir de diez
años más o menos. Mi vecino, su robot y yo me ha gustado muchísimo. Creo que es uno
de esos libros que merece la pena no perderse y que tiene cierto sabor a
clásico.
La historia sucede
en un edificio como otro cualquiera en donde viven vecinos de diferentes
clases. Sin embargo en este en concreto hay uno muy especial. Un anciano excéntrico,
solitario y misterioso que siempre hace cosas extrañas y a quien todos los
vecinos toman por loco por lo que nadie quiere relacionarse mucho con él. Hay muchas
ocasiones en las que de su piso salen ruidos y humos inquietantes que asustan
al resto de vecinos.
Sin embargo a
Samuel, un niño despierto e inteligente, don Pablo le genera más curiosidad que
el recelo que provoca en los demás. Don Pablo no suele salir mucho de casa así
que será Samuel quien tome la iniciativa y se acerque a su vecino. Así
descubrirá quién es realmente su vecino.
La verdad es que me
ha encantado leer esta historia de aventuras, con malos y buenos, con vecinos
entrometidos y con una bonita amistad. Tiene un punto de sentido del humor, es
muy dinámica, narrada con mucha cercanía, con bastantes diálogos y de forma muy
muy entretenida. De haber tenido el tiempo suficiente creo que lo hubiera leído
del tirón. A parte de ser divertida, tiene un punto de excentricidad y
fantasía. Porque aparte de don Pablo, Samuel y los vecinos del bloque nos encontraremos
un simpático robot, que se llama Hawking Einstein Newton.
Es una historia con
un trasfondo que hoy en día valoro de forma muy positiva. Vivimos en una sociedad
en la que cada vez en mayor medida nos centramos más en nosotros mismos y
apenas intentamos conocer a los demás o ser comprensivos con sus
circunstancias. En ese sentido Mi vecino,
su robot y yo nos hace pensar en que no se puede juzgar a los demás sin conocerlos.
Pero tanto para bien o para mal. Hay personas que aparentemente son extrañas y
nos sentimos intimidados por esa diferencia que muestran sobre lo que
consideramos dentro de la normalidad. Y esto nos provoca rechazo y la tendencia
de alejarnos lo más posible de ellos.
También hay
personas que aparentemente identificamos con estereotipos más acordes con
nuestro estilo de vida, nuestra forma de vestir, nuestras costumbres, etc… e
inmediatamente las aceptamos. Ello no significa que tengan un buen interior o
que sean precisamente lo que creemos.
Acompañando al
texto, nos encontraremos unas ilustraciones que son realistas, pero con
bastante sentido del humor como se nota en la historia. Son en blanco y negro
pero no por ello se desmerecen en absoluto.
En definitiva, creo
que esta es una de esas historias que se disfruta a cualquier edad. Un libro
con cierto sabor a clásico, con una historia sencilla pero honesta y que
infunda unos valores de tolerancia que nos hay que perder.