Título: Las hijas
de la villa de las telas
Autora: Anne Jacobs
Publicación: Plaza
& Janés, noviembre de 2018
Páginas: 624
A principios del
año pasado se publicó La villa de las
telas, la novela con la que empezaba una trilogía que es una saga familiar.
Ese primer volumen nos llevaba a Augsburgo en 1913 y nos situaba en una mansión
en donde la familia de los Melzer vive cómoda y holgadamente gracias a una fábrica
de telas. Hoy os voy a hablar de su segundo volumen.
En esta ocasión la
historia da comienzo en 1916, inmediatamente después del momento en que dejamos
la anterior con las nuevas circunstancias en que quedaron sus personajes. El
tiempo pasado cambió la vida de todos ellos y sin embargo ahora se enfrentan a
un cambio mayor, más poderoso e inevitable. Y es que la declaración de la I
Guerra Mundial hará que las cosas dejen de funcionar como hasta el momento lo
habían hecho y se vean obligados a adaptarse a los nuevos tiempos. Esto ocurre
en la gran mansión de los Melzer que ahora estará al servicio de la contienda
como un hospital. Pero ¿Qué será de sus habitantes?
Tal y como esperaba
y al igual que su predecesora Las hijas
de la villa de las telas no es una lectura en la que vayamos a encontrar
nada novedoso ni nos va a sorprender y sin embargo es una historia que se lee
de forma gustosa, que entretiene y que se encuadra dentro de mis géneros
favoritos: la saga familiar. Esto significa que nos vamos a encontrar
conflictos personales entre sus personajes que viven historias de amor, de
lealtad, de perdida, esperanza, traición, supervivencia y secretos. Y además, por si no fuera poco, todos ellos
van a vivir condicionados por la guerra. Np es que la autora nos vaya a contar
la parte bélica sino que veremos cómo unos y otros se vieron afectados por ella
o como la vivieron.
Es obvio que en
tiempos de sangre, hambre y hombres ausentes de sus hogares la fábrica textil
de la que viven los Melzer se pondrá en peligro. Pocos pueden pensar ya en
telas, ropas, fiestas y bailes como habían hecho hasta ahora cuando sus propias
vidas corren peligro y es difícil hasta conseguir haría para hacer pan.
Las hijas de la villa de las telas también es una novela coral prácticamente. Nos
vamos a encontrar con muchos de los personajes que ya conocimos en la entrega
anterior (junto a otros nuevos) aunque en algunos casos sus vidas han cambiado
sustancialmente. Han encontrado su
camino, han madurado y son personas diferentes. Un buen ejemplo es Marie, una
muchacha de origen humilde que llegó a la casa con afán de ganarse la vida. Un
personaje al que vimos luchar y que seguiremos observando en la misma tesitura.
En esta ocasión al frente de la mansión en la que se ha instalado un hospital
para los heridos de guerra mientras que intenta que la fábrica no se venga
abajo. La vida del resto de los Melzer así como la del resto de personal de
servicio de la casa también ha cambiado. No os puedo hablar mucho de su
situación actual y sus objetivos porque sería desvelar el final de la anterior.
Con respecto a su
estilo narrativo tampoco nos vamos a encontrar con ninguna novedad. Una prosa
funcional, agradable, en la que no cuesta entrar y que resulta muy fácil de
seguir. Destacar de nuevo la lograda ambientación con la que la autora recrea
la vida en torno a sus personajes. Veremos resueltos como se desvelan algunos
de los que ya nos intrigaron en la primera parte aunque de nuevo quedarán otras
incógnitas por descubrir reservadas para el tercer y último volumen.
En definitiva,
aunque a veces es peligroso acercarse a segundas partes. En esta ocasión merece
la pena porque vamos a encontrar una continuación que está completamente a la
altura de la primera conformando de nuevo una historia que te atrapa, cuyos
personajes te seducen y con tramas que la hacen muy entretenida.