Róterdam, 1850
Julie Van Vanderberg tiene nueve años. Después de perder a sus progenitores en un trágico accidente su tío, como único familiar, asume su tutela con cierta desidia y con el objetivo de poder alcanzar su cuantiosa herencia. Para deshacerse de la muchacha dispone de inmediato su ingreso en un internado femenino donde la muchacha crece sin ningún vinculo familiar y con el afecto de alguna compañera.
Cuando Julie cumple dieciocho años su tío decide casarla con un prospero productor de caña de azúcar asentado en Surinam. De esta forma que no solo se quita a la muchacha de en medio sino que encuentra la manera de sacarle provecho a la herencia. Gracias a su dote consigue saldar una deuda que amenaza con su ruina.
En poco tiempo se celebra la boda y Julie embarcará con su recién estrenado marido hacia Surinam. Karl Leevken es un hombre encantador y atractivo pero con cierto aire misterioso. Una vez en su nuevo hogar Julie deberá adaptarse al nuevo clima, a la vida en la plantación y sobre todo al trato que en ella reciben los esclavos.
Mi experiencia con la novela
Vengo observando de un tiempo a esta parte que han surgido un tipo de novelas que han sido denominadas como “landscape novels” o “novelas de paisajes” (prefiero nuestra nomenclatura) cuyo corte e incluso muchas de sus portadas resultan similares. Se trata de historias protagonizadas por mujeres y situadas en parajes muy exóticos. Estas novelas suelen contener un poco de todo, historia, algo de aventuras, romance e incluso pueden resultar en cierto modo instructivas a la hora de conocer nuevos paisajes. Bajo estas características se encuentran títulos como “En el país de la nube blanca”, “En la tierra de fuego” o “El río de la fortuna” entre otras. A mí, por ahora es un género que me convence.
“El reino del azahar” pertenece a este tipo de novelas. Es verdad que su argumento, a estas alturas, no resulta novedoso pero en su lectura podemos encontrar amor, emoción y aventuras con unos personajes capaz de infundirnos distintos sentimientos. No es una obra que se caracterice por tener una calidad altísima pero son perfectas para dejarse llevar y soñar. Yo he disfrutado mucho con su lectura y me he dejado atrapar complemente por la historia.
La editorial Temas de Hoy se desmarca del resto y nos sorprende con una portada de esas que te entran por los ojos. Me parece preciosa. No nos ofrece mucha información sobre la historia que contiene pero resulta evocadora y nos hace pensar en que nos llevará a un lugar exótico como en realidad resulta.
Aunque os voy a hacer una advertencia. Si tenéis pensado leer esta novela mi recomendación es que no os acerquéis a la sinopsis que propone la editorial porque resume casi el libro al completo y proporciona muchas claves de su desarrollo. Yo creo qu es mejor ir descubriendo la historia por uno mismo y a medida que avanza la lectura.
La historia narra como Julie, una niña de clase acomodada, pierde repentinamente a sus padres y cuando la tutela pasa a su tío este únicamente tiene el objetivo de hacerse con su cuantiosa herencia. Para desentenderse de ella la ingresa en un internado femenino hasta que cumple los dieciocho años y encuentra la manera de sacarle partido al capital que debería recibir Julie en un futuro. Para saldar una deuda termina casándola con un importante productor de caña de azúcar afincado en una plantación en Surinam en el continente Americano.
Julie tendrá que adaptarse a su nueva vida con un hombre que le atrae pero que en el fondo no conoce de nada. En la plantación el calor tropical y la humedad son insoportables, su vida social inexistente y el trato a los esclavos muy duro. La protagonista no puede evitar sentirse confundida sobre algunas de las costumbres de su nuevo país. Además tendrá que lidiar con los desaires de Martina, la hija de Karl y su prepotente novio Pieter que intenta hacerse un hueco en la plantación.
Pero allí no todo resulta tan malo porque Julie se encuentra muy a gusto entre los esclavos y siente que estos necesitan su ayuda. Amru, Kiri o Jenk que viven condenados a cumplir las órdenes de los blancos.
Como he dicho a priori el argumento no resulta novedoso y el punto de partida tampoco es espectacular pero cuando la historia avanza y comenzamos a conocer los personajes y los enredos que se producen entre ellos resulta una lectura muy amena y entretenida. Aunque todo gira en torno a la protagonista y su vida en la plantación hay otros tramas paralelas que también captan nuestro interés. Sabemos que la primera mujer de Karl murió en extrañas circunstancias, conocemos algunos misioneros que llegan al país para impartir la doctrina de la iglesia evangélica y las historias personales de algunos de los esclavos.
Los personajes son uno de los puntos fuertes de la novela. Incluso los secundarios están perfectamente perfilados y definidos. A lo largo de su novela resulta casi imposible no empatizar con algunos de ellos, y odiar a otros en cambio porque la autora siguiendo ciertos arquetipos los convierte en muy buenos o muy malos. Como suele suceder en este tipo de obras la presencia femenina está mucho más marcada, aunque sin los protagonistas masculinos no habría historia porque son esenciales. A diferencia de otras novelas, en esta sí que podemos disfrutar de su buena caracterización.
Julie es la protagonista indiscutible y todo en ella hace que nos pongamos inmediatamente de su lado. Cuando comienza la historia es una chica joven, ingenua, conformista y maleable que nunca ha contando con el cariño y afecto de una familia. A medida que la novela avanza vemos como el personaje evoluciona, aprende a sacar sus garras y defender sus derechos. Pero sobre todo destaca por su gran humanidad, capaz de ayudar a quien la necesita y ponerse en el lugar de otros a pesar de que sus acciones normalmente conllevan unas consecuencias negativas.
Karl Leekven es un hombre marcado por la desgracia que le sucedió a su primera esposa. Un hombre de carácter voluble, recto y autoritario pero que sabe resultar encantador y atractivo según las circunstancias. Martina, su hija, es una joven caprichosa y testaruda que está a punto de casarse con su novio, un médico interesado y ambicioso.
También conocemos a la Kiri, una mulata que será la esclava de Julie, Amru, la vieja criada y su marido Jenk entre otros muchos personajes. A algunos de ellos es imposible no cogerles cariño.
El libro destaca por la sencillez en que se narra, sin frases complicadas y con las descripciones precisas que son aquellas que nos ayudan a profundizar en la historia sin resultar tediosas. La prosa es muy directa y en ocasiones algo pobre aunque lo compensa con la sensación de cercanía que produce en el lector y la sensación de agilidad en su lectura. Aunque hay bastante dialogo la parte narrativa se impone sobre ellos y gracias a su narrador en tercera persona podemos contar con mucha información sobre todo lo que ocurre.
La historia comienza en 1850 cuando Julie es tan solo una niña y abarca hasta el año 1863 cuando concluye la historia. Un periodo de tiempo corto pero muy intenso en el que los personajes sufren todo tipo de reveses. La lectura comienza de forma pausada y va adquiriendo fuerza a medida que avanza para terminar con un final donde hay muchísima más acción.
El contexto es otro punto fuerte de la novela. Se desarrolla en Surinam, un país del Sudamérica que en la época en que transcurre la historia fue una colonia de los Países Bajos y una de las principales proveedoras a Europa de caña de azúcar, café y algodón. Destacar las perfectas ambientaciones que podemos encontrar en la novela. La selva, las plantaciones, los viajes por el río e incluso la ciudad de Paramaibo están perfectamente descritas de forma que nos es muy fácil imaginar donde están los protagonistas.
A la vez introduce como fueron los últimos años en que la esclavitud estuvo vigente en este país cuando en el resto de Europa había sido abolida. Claro que no hay que olvidar que no deja de ser una novela de ficción situada en un contexto real y la autora se toma ciertas licencias literarias al respecto. La situación de los esclavos, la relación con el hombre blanco y el abuso por su parte está ampliamente tratado en la novela. Los cimarrones, los esclavos libres y los cautivos conviven y se relacionan con los colonos a muchos niveles. Además nos ofrece algunos datos sobre su forma de vida, sus costumbres y algunas de las creencias de esta etnia.
Conclusión
“El reino del azahar” es una novela que va de menos a más. Comienza con una trama discreta que va enredándose poco a poco y lo completa con unos personajes atrayentes y una buena ambientación.
Como en toda novela de paisajes hay amor, desamor, secretos, odio, venganza. Un libro muy entretenido y absorevente que hará las delicias de los amantes del género.
Y recordar que aún tenéis tiempo de apuntaros al sorteo de esta novela que se celebra en este mismo blog.
** Gracias por el ejemplar a Temas de Hoy