Título: Veneno para la corona
Autora: Toti Martínez de Lezea
Publicación: Erein, 2011
Páginas: 329
Marzo de 1452, Juana Enríquez segunda mujer de Juan deTrastámara, el
Usurpador, rey viudo de Navarra, se hace llevar desde Sangüesa a Sos a fin de
dar a luz al hijo por quien ambos infringirán las leyes del Reino y también las
de la Corona de Aragón, vulnerando así los derechos del verdadero heredero,
Carlos Príncipe de Viana.
Por curiosas circunstancias, las vidas de Juana Enríquez y de Jordana
Gorria, unamujermarcada por la deshonra, se cruzarán y quedarán ligadas durante
años, aunando en dicha relación la ambición de la primera y el deseo de
venganza de la segunda.
Desde Navarra hasta Sicilia, pasando por Aragón, Catalunya y Nápoles, la
presente historia recrea una época de intrigas, real, dura, en la que el uso
del veneno era una práctica habitual para eliminar a los enemigos e, incluso, a
quienes no lo eran.
Mis impresiones
La primera novela que leí de Toti Martínez de Lezea fue Itahisa, una autora de la que después de
leer excelentes críticas sobre ella en la red tenía muchas ganas de conocer de
primera mano. De todas las novelas que tiene publicadas (y no son pocas) fui a
elegir por la simple cuestión de disponibilidad la novela que hoy os traigo. Si
bien, no ha sido la lectura que yo esperaba y me he decepcionado un poco
volveré a reencontrarme con esta autora esta vez haciendo caso de las
recomendaciones sobre sus novelas.
La novela comienza en marzo del año 1452. Doña Juana Enríquez, segunda
esposa de Juan de Trastámara, apodado el Usurpador, infante de Aragón, duque de
Peñafiel y rey viudo de Navarra, está a punto de dar a luz. El acontecimiento
ha comenzado en tierras navarras y para hacer cumplir el juramento hecho por el
rey de que su hijo nacería en el reino de Aragón y a la vez cumplir con las
normas respecto a los herederos, Juana es trasladada de urgencia hasta el
primer pueblo de la corona aragonesa, Sos.
Allí nace Fernando, el primer hijo de la pareja y del que su madre
espera sea el futuro heredero de la Corona, desfavoreciendo al heredero
legitimo que es Carlos, Príncipe de Viana, el primer hijo de Juan concebido con
Blanca I de Navarra.
Cuando doña Juana conoce a Jordana Gorria, cuando se presenta ante ella
para denunciar una violación que ella y su hija han sufrido por parte de los
soldados reales, ambas mujeres crean la alianza perfecta. Una unión que
conseguirá dejar atrás enemigos, que satisfará sus deseos de venganza y que les
permitirá conseguir sus objetivos.
Y es que leer Veneno para la corona ha sido para mí como estar en una montaña
rusa en la que he encontrado momentos muy distintos en todo su recorrido. A
pesar de que a la historia no le faltan intrigas palaciegas, conspiraciones,
traiciones, antiguos amores y conflictos de intereses mi atención solo era captada
en algunas tramas para encontrarme totalmente distraída y fuera de la historia
en otros fragmentos. El principal problema que yo le encuentro a la historia es
que no hay demasiado argumento propiamente dicho. Es decir ocurren algunas
cosas pero en realidad lo único que hacemos durante toda la extensión de la
misma es seguir a las protagonistas en sus ansias de lograr sus objetivos para
lo cual irán recorriendo distintos lugares y ciudades haciendo uso del veneno
como principal arma.
Los personajes destacables en la historia
son tres mujeres movidas por motivos muy concretos. Quizás el personaje que me
ha parecido más completo es el de Jordana Gorria, una mujer de quien se decía
que era una bruja. Había llegado a Val d´Orselle sola y embarazada, fruto de
una violación, y se había establecido en
una chabola dejos del pueblo, el lugar donde procuraba a los vecinos y clientes
remedios curativos, consejos o medicinas. Es un personaje un tanto frío a quien
ni siquiera la maternidad le ha hecho emocionarse de forma que no le ha podido
procurar a su hija el calor de una madre. Tanto su hija Munia como ella
llevaban las caras cubiertas por lo que muy pocos habían podido ver la
deformidad de una y la extraordinaria belleza de la otra. Un personaje que
encuentra la horma de sus zapatos en la reina Juana Enríquez que está empeñada
en que la corona caiga en manos de su hijo y hará lo posible por conseguirlo.
Por ello no tardará en abrigar bajo su protección a Jordana y su hija. En la novela se mezclan personajes históricos
reales, como, este con los de ficción creados por su propia autora (al inicio
de la novela se nos aclara su procedencia).
A pesar de que estos tres personajes
principales, Jordana, Juana y Munia, están bien construidos y ensamblados en la
historia quizás no están diseñados para que el lector empatice al completo con
ellos porque de algún modo me han resultado algo lejanas a pesar de que sus vidas han sido lo
suficientemente duras como para que despierten nuestra compasión.
Un aspecto en el que he vuelto a
encontrar a la escritora que me conquistó con Itahisa es en su estilo narrativo, que en esta ocasión vuelve a ser
impecable. De nuevo la sencillez, que no simpleza, combinada con la pulcritud
son el gran baluarte de la escritora. Veneno
para la corona cuenta con un narrador en tercera persona que intercala
ficción y realidad pero que no consigue establecer una relación adecuada entre
ambos a la vez que se producen constantes perdidas de ritmo que ralentizan una
historia que ya de por sí no tiene demasiada acción.
También hay que destacar la
excelente ambientación y recreación del mundo medieval. En los años en que se
desarrolla la historia, desde 1452 a
1479, conocemos los tejemanejes de los palacios, los entramados que se montan
en relación a las herencias y la sucesión de los tronos así como las conspiraciones
y alianzas que se forman en torno a reyes y dirigentes. No solo viajaremos por
los reino de Navarra y Aragón sino también por Cataluña, Nápoles o Sicilia por
donde sus personajes viajan.
Conclusión