Título: Fuego y
Sangre (Canción de hielo y fuego)
Autor: George R. R.
Martin
Publicación: Plaza&Janés,
noviembre de 2018
Páginas: 880
Soy una fan
incondicional de la serie de Juego de tronos lo cual me llevó a leer los dos
primeros volúmenes de su versión original en libro. Esta colección de novelas
de fantasía y aventuras, llamada Canción
de hielo y fuego, comenzó en 1996 y aún están por culminar con los que serán
el sexto y séptimo volumen para desesperación de sus fans que no entienden una
larga espera desde 2011.
Pero mientras tanto
el autor ha decidido escribir la precuela que será una bilogía en la que George
R. R. Martin sitúa la acción 300 años antes del comienzo de Juego de Tronos y
en la que nos va a narrar la historia de los Targaryen, un clan que ha luchado
por conquistar y mantener el trono de hierro así como el poder en Poniente. Voy
a intentar no descubrir mucho de su contenido ni tampoco de la pentalogía
publicada hasta el momento para que quienes tengan pensando hacerlo, puedan sin
ninguna revelación importante. Porque si por algo es por lo que se caracterizan
estas historias es por la cantidad de sorpresas y giros asombrosos que vamos a
encontrarnos en ella.
En este volumen,
como he dicho, vamos a conocer la increíble historia de los Targaryan, de pura
sangre valirya, cuyos sucesores reinaron en Poniente durante trescientos años. Creo
que sin duda es una de las dinastías más enigmática y que más curiosidad genera
tanto en los lectores como en aquellos que siguen la serie. La historia de este
clan, señores de dragones asentados en Rocadragón, comienza con Aegon y su
conquista de los Siete Reinos de Poniente. Sus hermanas y a la par esposas (el
matrimonio entre hermanos era la tradición en la dinastía para conservar la
pureza de sangre), Rhaenys y Visenya, fueron imprescindibles en todo lo que
aconteció en aquel momento. Pero su victoria no fue inmediata porque pasarían
dos largos años desde su llegada a Desembarco del Rey (uno de los siete reinos)
hasta que finalmente y allí mismo fuera coronado.
A lo largo de esta
extensa novela, contada a modo de libro de historia, conoceremos las batallas,
guerras, alianzas entre reyes, traiciones, muerte, alzamientos, revoluciones,
rivalidades, pasiones, amor, triunfos, fracaso, poder o ambición entre muchas
otras cosas que suceden en este mundo ficticio creado por el autor. Podríamos equiparar
su contexto temporal a edad media aunque en realidad esto no se puntualiza en
ningún momento. Aunque con un toque, o algo más que un toque de fantasía. Nos
encontraremos la magia de los dragones y su fuerza bélica entre otros aspectos
que aportan ese punto de mitología que suma algo especial a la historia.
Al empezar el libro
tuve una sensación extraña (ni buena ni mala solo extraña) y era la de
acercarme a ese mundo tan conocido pero a la vez tan diferente a como lo dejé. Un
mundo habitado por otros personajes de las mismas casas que son los antecesores
de aquellos que me resultan tan familiares. Una sensación que se fue esfumando
a medida que avanzaba en su lectura y me atrapaban las maravillosas fábulas de
Martin. Porque es un libro extenso pero del que no te cansas. Son muchos y muy
diferentes los personajes con los que te vas cruzando y sus historias tienen
sus respectivas peculiaridades que dan lugar a reinados completamente
diferentes uno de otros. Algunos estarán marcados por la sangre y la crueldad y
otros, en contraste, por los tiempos de paz. Porque al final podemos resumir
esta saga en la lucha por un trono y en aquello que la esencia del ser humano
es capaz de hacer por ambición y poder.
No puedo obviar la
maravillosa edición con la que ha salido a la luz. Tapa dura, gramaje de
páginas perfecto y sobre todo las geniales ilustraciones de Doug Wheatley. Me
han parecido perfectas para ilustrar la historia. En blanco y negro son tremendamente
detallistas.
La narración
corresponde con la voz del archimaestre Gyldayn, de la Ciudadela Antigua, con
las posibilidades que tiene a su mano. Es decir no todo lo que cuenta tiene
porque ser verdad o quizás su versión son solo conjeturas. Su estilo es detallista,
escrupuloso, incluso a veces analista y con todo es un voz entretenida y muy
amena que hace que el libro pase volando. Teniendo en cuenta que conlleva
cierta complejidad a la que hay que acostumbrarse debido al numerosísimo conjunto
de personajes y nombres raros que nos vamos a encontrar, fechas o lugares. Es complicado
retener todo aunque no necesario recordarlo al dedillo para seguir la historia
con fluidez, dinamismo y con sentido. Me han encantado los guiños al futuro, a
que nos demos cuenta como el pasado y el futuro están íntimamente relacionados.
Son muchos los
personajes que pasan por ella y es difícil quedarte con ellos, sobre todo
porque algunos lo hacen con mucha brevedad. Sin embargo y a pesar de que no
llegas a implicarte emocionalmente con la mayoría hay algunos cuyas historias
son muy humanas.
En conclusión, creo
que todos los seguidores de George R. R. Martin disfrutarán ampliamente de esta
precuela. Es una historia muy bien contada, con multitud de detalles, con
fantasía y una gran variedad de personajes que nos muestra la naturaleza del
ser humano cuando hay demasiado en juego.