Título: Pasó la noche, amor
Autor: José Miguel Núñez
Publicación: Carena, abril de 2014
Páginas: 304
Mis impresiones
Me sorprende que a pesar de lo tratado que está el tema de que rodea los años anteriores y posteriores a la Guerra Civil Española aún existan autores capaces de darle una vuelta de tuerca al mismo y contarnos algo que no lo haya hecho ningún otro autor. Es el caso de José Miguel Núñez que a través de su primera novela recrea la vida de un personaje real que nos ofrece otro punto de vista de la contienda. La novela resultó finalista en el Permio Hispania de novela histórica 2013.
Pasó la noche, amor está construida a través de dos líneas argumentales relacionadas entre sí que se suceden de forma paralela y se desarrollan con un periodo de casi cincuenta años de diferencia. La primera de ellas tiene lugar a comienzo de la década de los años treinta en Pozoblanco, donde vive Bartolomé Blanco, un joven que apenas ha cumplido lo veinte años pero tiene sus objetivos muy claros. Es un activista comprometido con Acción Católica y sueña con casarse y fundar una familia con Maruja, la muchacha de quien está muy enamorado. Pero la causa que defiende Bartolomé es contraria a los ideales del gobierno de la República y él está dispuesto a mantenerla hasta sus últimas consecuencias.
La otra línea argumental se sitúa a principios de los ochenta. Cuando Carmen encuentra entre los objetos personales de su madre, la cual sufre la enfermedad del Alzheimer, una caja con algunas cartas, una foto y un manuscrito que cuenta una historia de amor sospecha que hay algo que su madre nunca llegó a contarle. Dispuesta a desvelar que ocurrió en el pasado comienza a investigar obteniendo como resultado un descubrimiento sorprendente.
"Hubo más noches como aquella. O mejor, no hubo ninguna igual. Cada encuentro era diferente. Se amaron con ternura y sin ficciones, con verdad y pasión, con transparencia y vigor. Se acariciaron la mirada y aprendieron los pliegues del alma." (Página 53)
Pasó la noche, amor es la historia de un amor en un momento social y político muy complicado en el que el mundo que rodea a sus personajes puede cambiar en cualquier momento y sus vidas seguir otro rumbo diferente. Pero también es una historia que nos muestra la convicción de ideas, el compromiso con las creencias y la lucha por ideales. Una historia trágica que llegará a conmovernos y a la vez nos mostrará uno de esos episodios escondidos que pertenecen a nuestra memoria histórica y desde una perspectiva diferente que ha sido menos tocada en el tema.
Como digo, nos encontramos ante una historia inspirada en la realidad en la que su personaje principal fue de carne y hueso. Bartolomé Blanco fue beatificado por Benedicto XVI por su compromiso con el catolicismo. Fue un joven de gran entereza que perdió a sus padres de forma prematura y cuidado por sus tíos trabajó en el oficio de sillero. Estudió en los salesianos donde obtuvo una gran influencia que determinaría su posterior entrada como secretario en de la Juventud Masculina de Acción Católica en Pozoblanco, su pueblo natal. Un joven trabajador, honesto, generoso, vital que terminó encarcelado y condenado a muerte por defender sus ideas. Un joven muy religioso convencido de la existencia de la justicia social y comprometido con la causa obrera. A pesar de que no comparto en absoluto esa religiosidad o esa radicalidad en los ideales que el personaje defiende no me ha costado simpatizar con él y en cierto modo comprender su estoicismo ya que su autor se esfuerza en que comprendamos sus motivaciones de forma que se perfila de forma muy exacta a la par que humana.
Carmen protagonizada la otra línea argumental. Es una mujer de media edad que ha llegado un punto en su vida en el que comienza a plantearse todas sus vivencias. Estuvo veinte años embarcada en un matrimonio anodino que solo le aportó sinsabores y ahora a través de la historia de su madre va a experimentar un profundo cambio en su forma de concebir la vida.
La novela se desarrolla principalmente en escenarios del sur de España (Pozoblanco, Córdoba, Jaén o Sevilla) en dos contextos históricos distintos. En el primero de ellos nos situamos en los años precedentes a la Guerra Civil, momento en el que en España estaba instaurada la Segunda República y se llevaban ciertos cambios que no resultaban buenos para todos. En esta obra se nos muestra un país dividido en dos ideales políticos irreconciliables que no podían convivir en paz y que causaban muertes injustas, traiciones entre personas de confianza, miedo, castigos y dolor. El otro contexto es en plena transición cuando el país intenta evolucionar, desprenderse del sentimiento de represión y pérdida y que aún está barajando sus posibilidades porque no ha encontrado el camino que seguir.
Pasó la noche, amor está narrado con una prosa muy pulcra y depurada creando el autor imágenes con cierto lirismo en muchas ocasiones. La novela se desarrolla, como ya he dicho, a través de dos líneas argumentales con una voz narrativa en tercera persona omnisciente que se apoya constantemente en los diálogos para desarrollar su historia y que el lector acceda a una información que le será muy útil para comprender lo que defienden sus personajes pero a la vez en ocasiones me han resultado demasiado directos o explícitos como si el autor se saliera de la línea argumental (o lo necesario para que el lector comprenda la historia) para defender algunas de sus ideas propias y que de alguna manera el lector se posicione a su favor. Y aunque en mi caso, y a pesar de no comulgo con ellas, no me han resultado molestas creo que pueden tener otro efecto más negativo en otro tipo de lector.
Conclusión
Pasó la noche, amor es una historia real novelada que me ha resultado interesante conocer. Construida con determinación, con unos personajes muy humanos, una excelente ambientación que nos sirve como testimonio de una época lo recomiendo a aquellos que disfruten con las historias escondidas que pertenecen a la de nuestro país.
