Título: La mujer de mi marido
Autora: Jane Corry
Publicación: Planeta, 2018
Páginas: 526
Me apetecía mucho leer esta novela porque la sinopsis me
sugirió que iba a ser de esas lecturas entretenidas, con suspense y que te
enganchan con facilidad. No me he equivocado mucho en mis impresiones.
Lily es una abogada que está casada con un pintor llamado
Ed. Su carrera parece prometedora pero asciende de forma imparable cuando recae
en ella un controvertido caso de asesinato. Un hombre fue acusado de matar a su
mujer de una forma un tanto peculiar. Ahora, dos años después de permanecer
cumpliendo condena en la cárcel, ha contratado al bufete de abogados de Lily
para que revisen su caso y organicen una defensa con nuevas pruebas. Aunque
Lily es una mujer profesional no puede evitar implicarse emocionalmente en el
caso y será algo de lo ya no pueda desprenderse en el futuro.
En el mismo edificio donde viven Lily y Ed también lo
hace una mujer de ascendencia italiana con su hija. La madre mantiene una
relación con un hombre casado y viven de forma austera. Carla, la pequeña de
diez años no se siente integrada en el colegio ni comprendida por su madre. Por
ciertas circunstancias Carla comienza a quedarse en casa de Lily y Ed en la
cual encuentra este último la inspiración para la pintura.
Este es el comienzo de La mujer de mi marido. Tiene una trama de la que apenas he contado
nada porque, aunque quisiera, ni siquiera podría resumir todo lo que ocurre en
este libro sin destrozarlo. Es una de esas novelas en las que no dejan de
ocurrir cosas y tiene giros que te dejan desconcertada. Una vez que la empiezas
no puedes dejar de leer. Hay diversas subtramas que te intrigan al máximo y que
mantienen tu interés. Quizás tantos temas en algún momento resulten un poco
excesivos pero sin embargo la he disfrutado ampliamente.
En ella se tocan temas como la infidelidad, la lealtad a
las personas que alguna vez te ayudaron las enfermedades mentales, el acoso
escolar, la manipulación, las crisis personales o las traiciones y las
mentiras. Porque en esta novela hay muchísimos secretos que van saliendo a la
luz poco a poco. A parte de todos estos temas más convencionales también es una
novela donde hay crímenes que resolver.
Los personajes que la habitan no son demasiados, al menos
los que están en el centro de la trama principal pero creo que la autora ha
hecho un buen trabajo con ellos al evitar el maniqueísmo y mostrarnos su lado
bueno y el malo. Algo que yo creo que casi todos tenemos. Nunca somos ángeles o
demonios absolutos sino que nos comportamos de una u otra manera según nuestras
circunstancias y el momento en que nos encontremos. Además se nota un clara
evolución en ellos. Todo aquello que les va ocurriendo pasa factura y les va
transformando.
Al inicio de la novela Lily está empezando su carrera
como abogada. Ed se dedica a la pintura y no tienen demasiados ingresos. Una vida
modesta pero relajada y feliz. Sin embargo dos hechos que suceden a la vez van
a dar al traste con toda esa tranquilidad. La aparición de un caso que le hará
ver su trabajo de una manera totalmente distinta y la de la pequeña Carla, una
niña que encontrará en ellos un gran cariño. Pero poco a poco las cosas se irán
torciendo.
Carla es una niña que se siente un poco sola. Su madre
está más pendiente de encontrarse con su amante que de ella y no se preocupa de
sus necesidades. Además en el colegio los niños la acosan y ella se sentirá
fuera del mundo. Un personaje de los que más evolucionan en la novela y
aprenderá poco a poco a buscar su lugar en el mundo.
La novela está narrada con sencillez, agilidad y frescura
y de una forma que es imposible no engancharte a ella. Hay varias subtramas que
se van entrecruzando entre si y no tienes ni un solo segundo de aburrimiento. Algunos
de estos giros son predecibles y sin embargo, otros son más bien sacudidas te dejan bastante
sorprendida. Llega un momento en que la novela cambia y supone un punto de
inflexión en la historia. La autora lo aprovecha para avanzar doce años en el
tiempo. Y en estos años las cosas han cambiado mucho para los personajes. En
conjunto se nota el esfuerzo de la autora por darle una coherencia y un sentido
a la historia que no era fácil desde mi punto de vista.
Conclusión
Si os apetece leer una de esas novelas que te arrastran
sin remedio, que te intrigan, te entretienen y te hacen devorar una página tras
otra, La mujer de mi marido es una
buenísima opción. Una novela con giros brutales que gustará a los amantes de
thriller psicológico.