Título: En la noche de los cuerpos
Autora: Esther Ginés
Publicación: Adeshoras, mayo de 2017
Páginas: 181
Olivier es un
pintor obsesionado con la idea de crear una obra que trascienda. En un momento
de crisis creativa, decide buscar una musa que inspire su trabajo. Se fija en
una joven desconocida, Laia, en la que ve todo lo que lleva tiempo
persiguiendo. Toma la decisión de secuestrarla y convertirla así en el centro
de sus obras. Es Cecilia, la que hasta ahora ha sido su musa, la que le ayuda a
llevar a cabo este acto que cambiará las vidas de los tres y los unirá de un
modo peligroso y adictivo.
¿Hasta dónde se
puede llegar por una obsesión? ¿Cuánto estamos dispuestos a arriesgar por
alguien a quien se ama?
Mis impresiones
Hace algunos años tuve la oportunidad de leer El
sol de Argel, la primera novela de la escritora y periodista Esther Ginés,
a quien además podemos encontrar en el blog Un día en Macondo. En esa
primera novela nos contaba el periplo de un personaje que busca encontrar una
verdad que necesita para cerrar una herida. En
la noche de los cuerpos es su segunda novela y aunque conserva la esencia
de la autora nos cuenta una historia completamente diferente.
“Intento hacer que mi cuerpo reaccione, pero
está tan bloqueado como mi cabeza. A oscuras, me masajeo los tobillos, las
muñecas libres, me palpo los pies que alguien ha descalzado. El corazón parece
ir a otra velocidad, lo noto agitado, alerta, como si pudiera rasgarme para
abrirse camino y escapar de mi interior.”
Comienza esta historia con un capítulo narrado en primera
persona en el que comprendemos el sufrimiento, el desasosiego y la
desorientación que experimenta una persona que ha sido secuestrada y recluida
en un habitáculo oscuro. Su último recuerdo el del momento preciso en que en que
alguien le privó de su libertad.
En el siguiente capítulo cambiamos de voz y será a una
mujer llamada Cecilia a quien escucharemos una larga confesión. Porque es
Cecilia quien ha colaborado en perpetrar y mantener secuestrada a Laia. Ahora
su familia, a quienes nunca se ha sentido muy unida, ha conseguido borrar todo
rastro delictivo con dinero. Para recomponer la historia de su vida e indagar
en los motivos que la llevaron a participar en ese acto tendremos que
remontarnos muchos años atrás. Hasta el momento en que cortó el cordón
umbilical con los que se supone que eran los suyos y se mudó a París. Allí
conoció a un joven pintor llamado Olivier que está obsesionado con la búsqueda de
una obra de arte que se perpetúe en el tiempo y trascienda.
Estos son los datos que yo os voy a dar sobre el
argumento de esta novela. En mi opinión la sinopsis oficial desvela demasiado y
me parece más interesante ir descubriendo los pormenores durante la lectura.
Porque cuando esta historia comienza es poca la información que tenemos y su
autora va dosificándola muy bien. Una mujer que probablemente esté viviendo uno
de los peores momentos de su vida. Y otra mujer que abre su corazón para
confesar todo lo que hay en él.
Aunque partamos de un secuestro, En la noche de los cuerpos no es una novela de acción, suspense ni
un thriller. Es una historia de carácter intimista que explora el lado más oscuro
del amor, sopesando esos límites que somos capaces de cruzar por este
sentimiento tan universal y que en ocasiones puede llegar a ser devastador. Porque
no hablamos de un amor normal y plácido sino que hablamos de un sentimiento
obsesivo y enfermizo que se encona y que exige sacrificio. Esther Ginés también
toca temas como el desarraigo, la soledad, la culpa y la expiación de los
pecados. Y todo ello lo consigue en una novela intensa que no llega ni a las
doscientas páginas. Una extensión justa que te da la oportunidad de saber y de
evaluar. Y difícilmente una novela con este tono podría alargarse sin caer en
la redundancia o repetición.
Como ya os he dicho, Cecilia es la voz que conducirá su
propio relato dirigiéndose a Laia. Son víctima y verdugo. Como personaje
literario es muy potente y tiene una gran personalidad. Una mujer de buena
familia de la que se esperaba una vida convencional, que lo tenía todo pero
que, sin embargo, no encajaba en ese todo. Necesitaba algo más en su vida. A lo
largo de la novela y ese discurso introspectivo iremos conociendo quien es, sus
motivaciones y sus razones. Es obvio que es difícil comprender, aunque quizás
no sea esta la palabra más adecuada, a un personaje de tal magnitud y aunque
sin justificarla en el fondo podemos entenderla. Tendemos a querer ponerlos del
lado de estos pero lo cierto es que no es en absoluto necesario empatizar con
ellos para que nos fascinen.
La edición de En la
noche de los cuerpos de Adeshoras (editorial que no conocía hasta ahora) se
nos presenta con una imagen en la portada de un lienzo de Soledad Velasco, un
pintora figurativa expresionista que dentro de una serie de cinco piezas a
inspirado a Esther Ginés. El arte en general, ya no solo a través de la pintura
sino también a través de la música o la literatura con muchas referencias, está
muy presente en esta historia aunque sea el hilo conductor.
La novela está narrada con un estilo marcadamente
intimista y con mucha intensidad. Esther Ginés conduce su relato a través de
una voz en primera persona llena de odio y dolor pero también desgarradora. Cecilia será el personaje que prácticamente
vaya recreando su propia historia, la del secuestro y la del amor obsesivo que
antes mencionaba dando lugar a sus propias reflexiones y causando muchas
emociones en el lector. En teoría estas confesiones van dirigidas a la mujer a
la que ella misma ha privado de libertad y la autora no se olvida de que conozcamos
su sufrimiento, aunque no sea de su propia voz.
Conclusión