Cuando cumple los 15 años,
su madre decide que es el momento de que Gloria comience a recibir una
educación adecuada y a la altura de lo que todo el mundo espera pero sobre todo
que desarrolle sus actitudes como artista.
Poco después la muchacha es
enviada a un internado en Gran Bretaña donde estudiará diversas disciplinas. Como
Gloria es muy tímida y retraída deciden que su prima Lilian, hija de Elaine y
Tim Lambert, la acompañe en el internado.
Las dos muchachas son muy
diferentes y mientras Lilian es capaz de adaptarse perfectamente a las nuevas
circunstancias para Gloria el colegio supone una dura experiencia ya que la
muchacha ni es capaz de integrarse en el ambiente ni cuenta con el talento
necesario para sus estudios.
Mi experiencia con la
novela
Después de publicarse con
un éxito bastante notable en nuestro país las dos partes anteriores de esta
saga iniciada con En el país de la nube
blanca y continuada con La canción de
los maoríes la autora que se esconde bajo el seudónimo de Sara Lark ha
llegado a nuestras librerías con un tercer volumen denominado El grito de la tierra del que se espera
sea uno de los libros más vendidos estas navidades.
Con una portada parecida y
la misma estructura se repite la fórmula que en las dos anteriores ocasiones
funcionó muy bien. De nuevo serán dos las protagonistas femeninas que podemos
encontrar en un escenario tan exótico como Nueva Zelanda.
En este caso los dos personajes
principales son Gloria y Lilian, nietas de las dos mujeres que llegaron en 1852
a Nueva Zelanda en un barco cargadas de ilusiones y dispuestas a vivir la
aventura de sus vidas. Aunque en esta ocasión las muchachas tendrán que
recorrer el camino inverso hasta el viejo continente para iniciar sus estudios
en un internado británico.
Las muchachas son muy
diferentes y mientras Lilian se adapta perfectamente el estilo de vida del
colegio, Gloria no termina de encajar. Cuando comienza la primera guerra
mundial las dos jóvenes se verán obligadas a abandonar ese lugar y separarse.
Cada una de ellas tendrá un nuevo destino que marcará el camino definitivo a
seguir en sus vidas y sobre todo para Gloria, que vivirá unas situaciones muy
duras que harán de ella una persona complicada, oscura y taciturna.
Después de haber leído las
dos anteriores novelas y sin que esta cambie un solo ápice respeto a ellas se
ha perdido completamente la frescura y exotismo que irradiaba la historia. Si En el país de la nube blanca comenzaba
de forma vibrante y atractiva de forma que captaba tu interés al instante esta
novela carece totalmente del gancho de su predecesora y su comienzo resulta demasiado
convencional y típico. La novela muy lejos de sorprender se presenta como más
de lo mismo y en su lectura no he encontrado los alicientes que en las
anteriores. El argumento me parece mucho
más simple y aunque sigue basado en las tramas personales de los protagonistas
me ha interesado muchísimo menos. Algunas situaciones están bastante exageradas
y parecen estar cogidas por los pelos.
Las dos protagonistas de la
novela son, como ya he dicho, Gloria y Lilian. Dos muchachas que tienen poco
que ver y cuya reacción ante la vida es bien distinta. Lilian se caracteriza
por su carácter romántico y soñador pero a la vez es una muchacha practica y
desenvuelta capaz de adaptarse a cualquier situación y obtener lo mejor de
ella. Es hija de Elaine (nieta de Fleurette y descendiente de Helen y Gwyneira).
Gloria, en cambio, es una
muchacha poco agraciada, sensible, tímida e incapaz de encajar los
convencionalismos sociales. Hija de Kura y descendiente de maoríes, la muchacha
no ha heredado el talento ni la belleza de su madre. Su carácter retraído le
impide relacionarse correctamente con los demás y su evolución en la novela
será una de las significativas en cuanto al resto de los personajes.
En menor medida siguen
apareciendo los personajes de sus novelas anteriores que se resisten a
abandonar la historia. Gwyneira y James Mckenzie, Kura y William Martyn, Elaine
y Tim Lambert y George Greenwood entre otros que tienen pequeñas apariciones en
la historia pero muy poca trama. Pero también hay personajes nuevos con cierta notoriedad
como Sara Bleachbum, Jack o Ben Biller.
Como siempre sus personajes
están muy bien perfilados y definidos y son capaces de transmitir muchos
sentimientos, incluidos los secundarios. Somos capaces de imaginarlos
completamente tanto en su interior como su exterior así como la evolución que
presentan a lo largo de la obra. Muy conseguido, en este caso en concreto con
Gloria cuyas vivencias le convierten en una persona huidiza, desconfiada y
siempre en alerta.
Pero una de las cosas que menos
me ha gustado respecto a ellos es como deja atrás y despacha el personaje de
Helen Davenport (una de las primeras protagonistas con las que empezaba la
saga). Ya en la primera novela fue perdiendo protagonismo paulatinamente hasta
convertirse en un personaje totalmente ausente más o menos a mitad del libro y
en este tomo, la autora, se deshace completamente de él en una simple frase que
nos anuncia su muerte. No nos indica como fueron sus últimos años ni algún otro
dato adicional.
Otra cosa que tampoco me
termina de convencer de estas novelas es que Sarah Lark siempre escoge dos
protagonistas para sus novelas y le cuesta mantener las dos al mismo nivel.
Siempre termina olvidándose de una de ellas y centrando todos sus esfuerzos en
la otra. Una circunstancia que se repite en El
grito de la tierra. Me ha dado la sensación de que Gloria acapara mayor atención
en la novela que su prima y aunque su personaje tiene mayor cantidad de matices
se echa de menos a Lilian.
La autora sigue sin
complicarse en cuanto al estilo. Un prosa lineal, sencilla incluso a veces
simplona, con amplia presencia de diálogos y muy centrada en las relaciones
personales nos acompañara a lo largo de sus más de 700 páginas. El principal
problema que he encontrado a lo largo de la lectura al igual que en las dos
anteriores y bastante más acusado en esta son las pérdidas de ritmo. Aunque en
líneas generales en este libro no hay demasiada acción hay partes que resultan
mucho más interesantes que otras. Incluso he encontrado partes que me han
parecido bastante aburridas. El final se alarga demasiado una vez se ve venir
el desenlace final.
La novela se desarrolla
entre 1907 y 1918 un periodo de tiempo que vuelve a dividirse en cinco partes
que marcan distintas etapas en la vida de los protagonistas. Aunque al inicio
las protagonistas viajan a Europa los escenarios que destacan vuelven a ser en
Nueva Zelanda. En este caso vuelve a mostramos una pequeña dosis de la cultura
y costumbres de los maoríes aunque intenta aproximarse más a ella. Si en las
anteriores conocimos como llegaron a
descubrir Nueva Zelanda y como llegaron los maoríes en siete canoas en esta
parte se acerca más a su forma de vida y su mitología a través de varios personajes
interesados en estudiar esta cultura.
Quiero dejar claro que no
se trata de una novela histórica sino de una novela de paisajes. Aunque
contenga algunos datos reales (por ejemplo la batalla de Galípoli dentro de la Primera
Guerra Mundial) y la ambientación sea muy buena sigue siendo una historia de
ficción solamente.
Aunque no es imprescindible
leer las novelas anteriores para seguir el argumento de esta y la autora va
aclarando ciertos aspectos de las anteriores yo recomiendo su lectura en el
orden establecido. ¿Por qué? Porque en la novela la autora nos recuerda muchas
de las cosas que sucedieron en las dos primeras partes y porque una vez leída
esta ya se puede intuir muchas tramas.
Conclusión
En mi opinión, El grito de la tierra es una novela que
no llega a la altura de sus predecesoras. Sigue siendo un relato ameno,
entretenido y fácil de leer pero le falta un toque de originalidad tanto en la
presentación como en las tramas.
Volveremos a encontrar
amor, desamor, redecillas familiares y odio dentro de lo que se denomina una
novela de paisajes.