lunes, 20 de mayo de 2019

Las hijas de otros hombres - Richard Stern


Título: Las hijas de otros hombres
Autor: Richard Stern
Traductor: Laura Salas
Publicación: Siruela, 2019  
Páginas: 246

Hace poco que tuve entre las manos una novela que hablaba de la ruptura de una pareja. Y una de las cosas que más me habían llamado la atención era como afectaba la sociedad actual, con los condicionantes que tenemos, a sus dos miembros. Hoy os traigo una novela que también trata sobre el doloroso tema de una separación sentimental. Y sin embargo su contexto temporal es completamente distinto. Stern la escribió en los años setenta y se ha convertido en todo un clásico.

Al abrir el libro entramos en la casa de los Merriwether y comenzamos a conocer a sus personajes. Nos encontramos a finales de los años sesenta en Cambridge, Massachusetts. El doctor Robert Merriwether se ha dedicado durante mucho a la investigación de la sed pero ahora da clases en Harvard. Lleva muchos años casados con Sarah pero ya apenas comparten una vida de pareja. Simplemente se dejan llevar por la rutina que ambos han creado con los tres hijos que tienen.

Hasta que Robert conoce a la joven Cynthia Ryder, de quien tras una serie de encuentros y coincidencias acaba rendido a la frescura y la juventud de la muchacha. Ella le corresponde. Y cuando Sarah y sus hijos se van de vacaciones para alejarse del calor de la ciudad aprovecha para iniciar una relación con ella.

Este es el argumento inicial de la novela. Tenemos un matrimonio sumido en la desgana y la desidia. De puertas para afuera parecen una pareja comprometida y bienvenida. De puertas para adentro hace mucho tiempo que se cansaron el uno del otro. Mientras, él decide volcarse en su trabajo ella se dedica a la casa y sus hijos.

Empezaba hablándoos del momento en que se desarrolla la historia (a finales de los sesenta) porque eso ya marca el tono de la historia. Quizás ahora estemos acostumbrados a parejas que después de muchos años se separan. A familias que se descomponen y vuelven a componerse con otros miembros distintos. Pero hace más de cincuenta años no era tan habitual. Y el protagonista de esta historia llevará el peso moral por la educación recibida que le hará tener que auto justificarse. Es un hombre culto, reflexivo y serio pero dentro de su hogar ya no recibe nada. Se siente solo, desmotivado e incluso intuye rechazo en su mujer. La relación con la joven no será un camino de rosas, habrá dudas, decepciones y culpabilidad. Incluso yo creo que un deseo de borrar todo eso y conformarse con su matrimonio.

Sarah es la esposa, santurrona y llena de odio. Una mujer que abandonó, como era habitual en la época, su trabajo y se dedicó en cuerpo y alma a su familia. A una casa horrible y un hombre que no tardó mucho en dejarle de interesar. Es por ello que su carácter se ha ido agriando, sobre todo con Robert. Porque su vida ha sido también una desilusión.

Y como último vértice tenemos a Cynthia cuyo carácter es muy diferente al de los anteriores. Una joven de pensamiento más moderno, que en la veintena de su vida ha optado por dejarse llevar y tomar sus propias decisiones independientemente de lo que la sociedad espera de ella. Representa todo lo contrario a Robert y Sarah.

Las hijas de otros hombres es por completo una novela de personajes. Sus circunstancias, pensamientos, emociones y su forma de actuar es lo que va desenvolviendo una trama. Y a lo largo de ella vemos cómo evolucionan. Una de las cosas que más me han gustado de la novela es que el autor expone los hechos y es cada lector quien deber sacar sus propias conclusiones. Como fondo observamos la sociedad, su moral, sus costumbres e incluso su hipocresía. Pero no hay drama en la novela.

Y es una novela que está maravillosamente escrita. Tiene un uso de la lengua elaborado, culto y con mucha personalidad. No es un estilo simple en absoluto. Y con una estupenda recreación de la época. Una delicia narrativa.

En conclusión, Las hijas de otros hombres me ha resultado una lectura enriquecedora, cargada de reflexiones que nos muestran la ética de una época pasada en el seno de un matrimonio donde el amor se ha acabado.