miércoles, 9 de diciembre de 2015

La casa de la muerte - Sarah Pinborough



Título: La casa de la muerte
Autora: Sarah Pinborough
Publicación: Alianza Editorial, septiembre de 2015
Páginas: 248

Un rutinario análisis de sangre trastocó por completo la vida de Toby. Apartado de su familia, vive ahora en la Casa de la Muerte con otros jóvenes bajo la atenta mirada de la supervisora y su equipo de enfermeras. Esperan la aparición de los primeros síntomas de la enfermedad. Cualquier signo de que algo ha cambiado en ellos. Entonces es el momento de llevarlos al sanatorio. Nadie vuelve del sanatorio.

Toby pasa los días absorto en sus recuerdos y preguntándose cuánto tiempo le queda. Hasta que llega alguien que rompe esa frágil calma y hace que todo cambie.

Mis impresiones

Tanto el título como la portada de esta novela me llamaron la atención de forma inmediata aunque confieso que inicialmente catalogué esta novela dentro de otro tipo. Pensé, quizás por su portada, en una novela de terror y aunque La casa de la muerte finalmente no ha resultado ser una novela del género sí que tiene algunos aspectos inquietantes aunque yo destacaría de ella otras características.

La historia transcurre en un lugar llamado “la casa de la muerte”, una especie de hospital en el que viven aislados unos cuantos adolescentes que han sido catalogados como “defectuosos”. Al igual que le ocurrió a Toby, el protagonista de esta historia que llevaba una vida completamente normal antes de llegar, todo comienza cuando en uno de esos análisis rutinarios que realizan a los niños y adolescentes hasta que son mayores de edad detectan que tienen ese gen que les hace diferentes.

Todos son trasladados a la casa de la muerte en donde el tiempo transcurre esperando a que aparezcan los primeros síntomas de la enfermedad, momento en el cual serán trasladados al sanatorio y donde terminan por desparecer para siempre.

Esta es la premisa inicial de La casa de la muerte y en la que iremos viendo día a día el funcionamiento de la casa y las relaciones de sus habitantes entre sí. Aunque la novela tiene ese toque de fantasía del gen defectuoso y el aislamiento de seres humanos por una enfermedad que tira incluso hacía la distopía en realidad su trama no se conduce por ese género. En mi opinión es una historia sobre seres humanos, sobre sus reacciones ante el dolor, la impotencia de sentirse encerrados, la interrupción de una vida por una enfermedad, la forma en que se vienen abajo todos sus sueños e ilusiones y lo que con ello se plantean. También es una historia que nos habla de amistad, de lealtad y sacrificio.

Todo esto nos puede hacer reflexionar en como el ser humano huye o se enfrenta a sus propios miedos. Algunos ni siquiera lo hacen, se enfadan o entristecen mientras otros deciden plantarle cara, mantener la esperanza o incluyo cobijarse en la fe religiosa. Los chicos son conscientes de su final y cada uno de ellos utilizará un arma para autoprotegerse del miedo. En realidad es una novela que nos plante situaciones muy duras. Sus personajes van viendo como desaparecen el resto de sus compañeros, conocen los síntomas de la enfermedad y saben que en cualquier momento ellos mismos los pueden sufrir. Y en este punto no habrá salvación ni vuelta atrás.

Los personajes que nos vamos a encontrar son un grupo de adolescente que prácticamente se relacionan dentro del internado como lo harían en la calle. Forman grupos de amigos (en este caso condicionados por su separación en dormitorios), planean aventuras, se enamoran o surgen enemistades y rivalidades entre ellos. Yo creo que la autora ha conseguido crear personajes creíbles y humanos que el lector llega a entender y ponerse en su lugar. El protagonista que conduce la novela es Toby, un chico que prácticamente ha tirado la toalla y mira hacia su futuro con melancolía. Su actitud ante lo que ve y le rodea es bastante negativa y ha decidido no tomarse la medicación y aprovechar las noches vagando por la casa sin que nadie se entere. Pero cuando llega Clara, una nueva interna del centro, con mucha energía, una actitud positiva y cierto optimismo comienza a cambiar su forma de concebir su propia realidad. De forma inmediata se convierte en compañeros de aventuras y se descubrirán a si mismos.

Toda la novela transcurre dentro de la casa de la muerte en donde el lector respira una atmosfera opresiva y deprimente. Sabemos que los chicos son alejados de sus familias a la fuerza y encerrados allí para siempre mientras esperan que aparezca la enfermedad que los ha de conducir a la muerte. Los profesores, enfermeras y supervisoras, que no tienen entidad algunas como personajes, les dan un trato frío y mecánico de forma que solo pueden contar con ellos mismos. No son muchos los que se encuentran allí y están agrupados en dormitorios que funcionan a modo de pandillas. Los muchachos juegan a competir a ver cuál es el dormitorio que permanece más tiempo intacto, con todos sus miembros a salvo.

La historia está escrita y narrada en primera persona por Toby, el protagonista de la historia, con algunos fragmentos distinguidos en cursiva y narrados en tercera persona que evocan acontecimientos de su vida antes de llegar al centro. La prosa es sencilla y pausada haciendo hincapié en la construcción de los personajes y sus emociones pero atrapa desde su comienzo y la autora sabe mantener la expectación durante todo su desarrollo. Hay en ella escenas muy inquietantes y oscuras que te perturban sin llegar a tocar el género del terror (porque es otro miedo más profundo) para llegar a un final que a mí me ha resultado un tanto agridulce.

Conclusión

La casa de la muerte ha sido una novela completamente distinta a lo que esperaba. Un historia dramática en la que se recalcan las emociones de sus protagonistas y en la que encontraremos  claroscuros porque a pesar de la situación dramática que viven sus personajes también son capaces en ciertos momentos de encontrar la luz.