martes, 20 de noviembre de 2012

El tiempo que nos une - Alejandro Palomas

Mencía tiene noventa años, y aunque está cansada y la edad no perdona, sigue en guardia, rabiosamente empeñada en velar “por los suyos” a cualquier precio, hasta que el tiempo y las fuerzas se lo permitan. Menorca, Madrid, Barcelona, Copenhague…, ningún lugar es demasiado lejos si hay que acudir en ayuda de la callada Lía para que acepte la muerte de su hija mayor y librarla por fin de la culpa que no la deja vivir, o de la arisca Flavia, para que apueste por su propia felicidad en el otro extremo del mundo y conozca por fin un amor que la haga grande. Nada ni nadie será capaz de poner freno a la inconmensurable Mencía cuando, sacando fuerzas de flaqueza, decida salvar a su nieta Inés de un triste final y la recupere para la vida, ni cuando se empeñe en labrar para Bea y su pequeña Gala un futuro mejor por el que nadie parece apostar.

Novela conmovedora y coral, he aquí la historia de cuatro generaciones de mujeres que ríen y lloran, que viven y sufren, pero que sobre todo se necesitan por encima de todas las cosas. Con mil matices y registros, Alejandro Palomas nos ofrece con El tiempo que nos une una historia que entrelaza el amor de madres a hijas, dea vuelas a nietas y entre hermanas: una novela de emociones sobre unas mujeres únicas que desborda humor, cariño, sabiduría y valor.

Mi experiencia con la novela

Esta lectura llegó a mis manos a través de un sorteo publicado en el blog Libros que voy leyendo, del cual afortunadamente fui ganadora de un ejemplar. Y hoy vengo con la lectura conjunta que se ha organizado desde el mismo blog. Así que si mi punto de vista no resulta determinante sobre la lectura o no de esta novela siempre podréis recurrir a otras reseñas.

Después de leer la novela puedo decir que me he quedado con dos sensaciones distintas. Una me acompañó durante gran parte de la misma y la otra es la que me dejó el final de la historia. Me parece que la novela tiene un buen comienzo, muy emotivo y muy profundo, incapaz de dejar indiferente a nadie. Incluso ha llegado a conmoverme y emocionarme en varias ocasiones (y esto es muy difícil que me ocurra) pero en el último tercio la novela se me hizo un poco cuesta arriba. Quizás la falta de movimiento que tiene llegó a cansarme. Es cierto que es una novela dominada por los sentimientos, que explora los corazones de cinco mujeres y se podría llegar a pensar incluso que la acción no tiene cabida pero, en mi opinión, de las casi seiscientas páginas que tiene algunas están de más. En la novela ocurren muy pocas cosas en sí y llega un momento en que la historia no avanza, los personajes evolucionan mínimamente y se vuelve un poco repetitiva. Eso sí, a pesar de ello, la historia cuenta con suficientes alicientes para acercarse a ella.

Se trata de una novela coral que narra la historia de cinco mujeres muy especiales. Cinco mujeres de la misma familia que viven atormentadas por la pérdida de dos seres queridos. Estas personas desaparecidas son hijos, nietos, sobrinos y hermanos de las protagonistas. ¿Cómo se puede superar la pérdida de un hijo? No, sencillamente no se puede y estas cinco mujeres lo tienen muy claro.

Mencía, Flavia, Lía, Inés y Bea. Cinco nombres, cinco mujeres. Cada una de ellas tiene una manera distinta de enfrentarse al dolor. Unas lo hacen huyendo en el más absoluto silencio, alejándose de todo aquello que les hace sentir mal y que les trae recuerdos que dañan el corazón, otras deciden encerrarse en sí mismas y otras deciden sacar toda su fuerza y su temperamento hacía el exterior.

Las relaciones entre ellas son muy complicadas. Los silencios, los secretos, lo no dicho en muchas ocasiones termina por  levantar una barrera entre las protagonistas pero al final son conscientes de que se necesitan las unas a las otras porque ninguna cuenta con otro apoyo posible. El principal problema que tienen es su falta de comunicación, la incapacidad de expresarse y sacar sus problemas a flote. Esas cuestiones y sentimientos imposibles de describir, esas palabras que cuesta tanto pronunciar en voz alta y que hacen que algo de repente se vuelva realidad. En ocasiones parece que si nos callamos un secreto no existe. Si nadie conoce su existencia pierde importancia. Pero, si en cambio, lo pregonamos al viento se vuelve más tangible, más complicado de superar.

“Me pregunto quién coño les habrá dicho a estas mujeres que sufrir en silencio te hace mejor. Cómo meterles en la cabeza que el silencio no engrandece que eso es mitología griega. El silencio coarta, desquicia, enmudece, enferma. Eso lo sabemos bien las viejas. Y, bien pensado, y después de todo lo vivido, qué paradoja tener que llegar a mi edad para entender tantas cosas. Qué paradoja tanta lucidez rodeada de tanto callar” (Página 97)

Quizás la que mayor peso o protagonismo tenga en la historia sea Mencía, una anciana de noventa años a quien el paso del tiempo y las vivencias sufridas han forjado un carácter muy fuerte. Su principal preocupación es ayudar a los suyos en el tiempo que le queda, desplegar un manto protector en su último aliento. Ha sufrido con la perdida de una nieta y ha visto como su propia hija, Lía se hundía con ello. Su otra hija, Flavia, mantiene una extraña relación de amor-odio hacia ella que le hace alejarse y volver a su lado continuamente.

La historia se repite cuando Inés, hija de Lía y nieta de Mencía, pierde a su hijo de ocho años. Toda la familia intenta arroparla pero su primer impulso es huir de todo lo que cause daño, de los recuerdos. Esta dispuesta a abandonarse y permitir que el dolor la coma e impida seguir con su vida. ¿Qué se puede decir a alguien que ha sufrido semejante desgracia? ¿Qué palabras de consuelo existen para estos casos?

Es imposible quedarse indiferente ante esta novela, porque rebosa sensibilidad y emociones. Es un relato duro, como lo es la propia vida. Es muy complicado ponerle palabras a los sentimientos, analizar el interior con exactitud.

Alejandro palomas es capaz de recrear un universo femenino con mucha maestría. A la vez que avanza el relato iremos conociendo a estas cinco mujeres. Todas ellas muy diferentes entre sí. Para sobrevivir tienen que librar algunas batallas, en ocasiones en solitario y en ocasiones podrán unir sus fuerzas. Destaca la capacidad del autor para definir estos cinco personajes de forma asombrosamente clara. Sus miedos principales, su forma de actuar, sus metas (si es que ya les queda alguna) son los puntos clave que nos ayudaran a hilvanar toda la historia.

No he sido capaz de conectar con Mencía incluso me ha resultado bastante desagradable en algunas escenas en concreto. Es una anciana con una inusual vitalidad a su edad capaz de luchar para defender a los suyos. Pero lo cierto es que es un personaje hiriente y en ocasiones maleducado capaz de arrojar sin pudor una verdad desnuda a cualquiera que ella considere necesario. Haciendo daño a los demás de forma gratuita uno no gana nada, ni siquiera me parece que es la forma de defenderse.

La historia está contada en primera persona con capítulos que otorgan la voz a sus distintas protagonistas. Como conocemos todo lo que ocurre desde distintos ángulos accedemos a una información a varios niveles y nos ayuda a darnos cuenta de que un mismo gesto o una simple palabra puede interpretarse de distintas formas según se mire.

Me ha dado un poco de pena que la novela se alargara tanto. Como os he dicho, lo que comienza como una historia capaz de encogerte el corazón termina siendo una novela que se alarga demasiado en su extensión.

Conclusión

A pesar de mi sensación final es una novela que recomiendo y que creo que merece la pena leer. Es un relato cargado de sentimientos, de emociones que analiza con bastante crudeza las relaciones familiares entre cinco mujeres tocadas por la desgracia y el dolor.

Aunque a esta novela no podría darle la máxima nota, me apetece mucho seguir descubriendo a este autor y seguro que en un futuro me aproximaré a otras de sus novelas.