Título: La primera mano que sostuvo la mía
Autora: Maggie O´Farrell
Publicación: Libros del Asteroide, 2018
Páginas: 339
Cansada de
someterse a la voluntad de sus padres, Lexie Sinclair decide abandonar la casa
familiar en el campo e instalarse en Londres. Allí conoce a Innes Kent, el
editor de una revista de arte que la introducirá en los ambientes bohemios del
Soho de mediados de los años cincuenta, y empezará una vida completamente
distinta a la que estaba prevista para ella.
Años más tarde, en
el Londres actual, la maternidad ha trastocado la vida de Elina: un día se
olvida de los zapatos al salir de casa y al otro es incapaz de recordar el día
del parto. Mientras, Ted, el padre de su hijo, se va encerrando en sí mismo y
empieza a recordar episodios de su infancia que había olvidado.
Con su habitual
pericia narrativa, Maggie O’Farrell entrelaza la vida de dos mujeres separadas
por varias décadas: el arte, el amor, la traición, los secretos y la maternidad
establecen extraños paralelismos entre ellas. Galardonada con el premio de
novela Costa, La primera mano que
sostuvo la mía confirmó a su autora como una de las más prometedoras
narradoras británicas.
Mis impresiones
Maggie O´Farrell se ha convertido para mí en una apuesta
segura. Este es el cuarto libro que he tenido (La
desaparición de Esme Lennox, Tiene
que ser aquí e Instrucciones
para una ola de calor) la oportunidad de leer de la autora y con todos me
ha conquistado.
“Verás. Los árboles de esta historia empiezan
a agitarse, tiemblan, se recolocan. Soplan unas ráfagas de brisa marina y se
diría que los árboles, por su inquietud, por la impaciencia con la que mueven
la copa, sepan que va a pasar algo.
No hay nadie en el jardín, en el patio
tampoco; solo unos tiestos de geranios y espuela de caballero se estremecen con
el viento. Hay un banco en el césped y, a una distancia prudencial, dos sillas
frente a frente. Una bicicleta reposa apoyada contra la casa.”
La primera mano que
sostuvo la mía se desarrolla a través de dos líneas argumentales que se van
desarrollando de forma alternativa. En los años cincuenta conocemos a una joven
llamada Lexie Sinclair que vive en Devon, una zona rural de Inglaterra. Cansada
de su vida en el campo, de sus muchos hermanos y de unos padres que no la
comprenden decide mudarse a Londres y encontrar la oportunidad de llevar una
vida diferente. Y lo consigue gracias a un hombre llamado Innes Kent que, entre
otros empleos, se dedica a dirigir una revista.
En el Londres actual tenemos a una pareja llamada Elina y
Ted, que acaban de ser padres por primera vez. Aunque para ambos el proceso de
adaptación será duro es ella quien realmente sufre mayores consecuencias. Algo ocurrió
durante el parto que la ha dejado extremadamente debilitada y que le hace no
recordar nada de lo sucedido. Mientras Ted, también superado por el cansancio,
comienza a rememorar episodios de su infancia.
Como ya me ocurrió en ocasiones anteriores me ha gustado
mucho como la autora refleja la naturaleza del ser humano y sus relaciones. En esta
novela crea unos personajes notables para hablarnos de historias de amor, de la
libertad y triunfo personal o la maternidad. Sobre este último tema, que la
autora explora a fondo, encontraremos el cansancio que produce las exigencias
de un bebé recién nacido con el agravante de un parto que no ha salido del todo
bien. La falta de sueño que produce un cansancio permanente, el agobio de las
continuas visitas cuando en las primeras semanas apetece estar sola, el posible
distanciamiento de la pareja, el dejar de lado su trabajo como pintora, los
dolores físicos de la cesárea y a los psicológicos de un alumbramiento traumático.
Eline solo puede recordar que había demasiada sangre. No idealiza ni suaviza,
sino que nos presenta el proceso de una forma bastante cruda pero también
natural. Lo malo y lo bueno. Lo más complicado y lo más tierno. Pero para Ted,
tampoco será un camino de rosas y aparte de soportar también ese cansancio
físico, se va agotando mentalmente con la llegada de unos extraños recuerdos de
su infancia que no sabe dónde colocar.
Lexie abandona su pueblo rural y se traslada a Londres en
donde aprenderá a vivir con libertad, a tomar sus decisiones y convertirse en
una profesional del periodismo. Conocerá el ambiente del Soho en los años
cincuenta. Es una mujer diferente a la común en su época. Independiente,
comprometida, trabajadora y con sus propias ideas muy presentes. Lo cual
tampoco elimina la posibilidad de tener una pareja, Innes, y que todo sea
compatible.
Tengo que decir que prácticamente hasta la tercera parte
del libro no he sido capaz de encontrar el nexo que unía ambas historias. Y no
es de esas novelas en las que una te atrae más que la otra sino que ambas lo
han hecho por igual. Disfrutaba cada una por diferentes razones y por los
acontecimientos que sucedían pero también con cierta intriga de conocer la
razón por la cual la autora nos hablaba de personajes tan diferentes, con
vivencias tan diferentes en dos hilos temporales también tan relativamente
lejanos. Esto también nos hace ver cómo ha cambiado la sociedad aunque en
principio los personajes parecen descolados de la época que les ha tocado
vivir.
O´Farrell es una narradora con talento y oficio. Me gusta
mucho como aborda sus historias. Es pulcra, detallista y a la vez sus historias
son cercanas y muy humanas. Me encanta como da vida a unos personajes muy
humanos, llenos de matices y de formas muy sutiles. No hay blancos ni negros, sino
una enorme gama de grises para construirlos. Creo que es la forma en que los personajes
se hacen más realistas a los ojos del lector.
Será un narrador en tercera persona omnisciente quien
conduzca ambas historias. Lo cual nos permite ver los personajes desde fuera y
desde dentro así como manejar bien sus relaciones. Estos personajes están muy
trabajados y muy bien concretados. De forma que los comprendemos bien, vemos
sus emociones y consigue que empaticemos con ellos. Es una novela que nos habla
del amor en diferentes variantes y de diferentes formas, de la soledad, de la
pérdida y en la que también irán saliendo secretos.
Conclusión
Me ha encantado leer y he disfrutado mucho con La primera mano que sostuvo la mía. Una
historia narrada con talento y de forma inteligente sobre las vivencias y
emociones de dos mujeres en dos momentos diferentes. Una novela realista, con
muchos matices y una lectura estupenda.