Título: El jardín de las flores negras
Autora: Anna Rosenrot
Publicación: Autopublicado, marzo de 2018
Páginas: 384
Nadie sabe de lo que somos capaces hasta que algo o
alguien, despierta al monstruo que llevamos dentro.
Oviedo, 1948. Durante los duros años de la posguerra, en
una ciudad que como el resto del
país intenta recomponerse, el padre Arteaga, un joven
sacerdote con graves conflictos personales pero con un brillante futuro por
delante, intentará huir de las intrigas políticas y eclesiásticas que se
ciernen sobre él, pero no podrá escapar de los enredos de la sensual señorita
Peláez, ni de los misterios que le rodean, como los que oculta la discreta
maestra en esa llave de la que nunca se separa. Pero sobre todo se sentirá
atraído por los extraños habitantes de la casona de los Osorio: el desfigurado
Bastián al que su padre, don Pelayo, mantiene encerrado como si fuera parte de
su colección de mariposas, o la inquietante Llara con su belleza sobrenatural.
Decidido a descubrir la verdad sobre la familia de don
Pelayo, el padre Arteaga se verá atrapado en un laberinto de mentiras, miedos y
oscuros secretos que desvelarán una historia sórdida, oscura y siniestra, como
una inquietante flor negra en medio de un jardín.
Mis impresiones
De Anna Rosenrot ya he leído un par de novelas y ambas me
hicieron disfrutar por lo que no he dudado en leer su última novela: El jardín de las flores negras, cuyo
título ya nos dice mucho. Si las flores representan armonía y alegría la
oscuridad del negro no trae connotaciones positivas.
“Angustiosa y jadeante. Así es la
respiración de un moribundo. Con el esfuerzo que suponía mantenerse viva a pesar
de los estertores de la muerte, Eulalia consiguió reunir las fuerzas necesarias
para garrar a la joven por la muñeca y atraerla hacía sí.
La joven se acercó inmediatamente
facilitándole el gesto a la mujer mientras que sus tías, que velaban incansables
al lado de la cama como dos pájaros de mal agüero esperando lo inevitable,
trataban de escuchar lo que la mujer trataba de decir.”
Esta historia comienza en Oviedo en 1948. Pablo Arteaga
es un joven inteligente y despierto al que su tío ha obligado ordenarse como
sacerdote. No tiene vocación y está pagando por lo que su tío considera un gran
pecado además de por los conflictos familiares con su padre. Ahora lo han
destinado a una parroquia para que, mientras termina sus estudios en la
universidad, ayude al Don Toribio en la parroquia de San Gerónimo, el cual ya
es mayor y pronto se espera que se jubile.
Quizás para otro joven sería un gran premio pero Pablo
tiene sus propios sueños. En el nuevo mundo que conoce se encontrará con
diversos personajes inmersos en su propia supervivencia al igual que ocurre en
todo el país, empobrecido y embrutecido por la posguerra. Entre ellos se
encontrará con la familia Osorio, en torno a los cuales se ciernen demasiados
secretos. Don Pelayo es un hombre viudo al que respetan y temen, su hijo
Bastián vive encerrado en la casa por una deformidad que sufrió durante un
extraño accidente ocurrido años atrás y Llara, una chica tan bella como
misteriosa. Para ellos trabaja también una profesora, Nieves, que lleva siempre
una misteriosa llave al cuello. O Buenaventura, un administrador sin
escrúpulos. Desvelar todos los secretos y descubrir que ocurre en la casa de
los Osorio será una de sus principales motivaciones.
El jardín de las
flores negras es una novela, que compartiendo con la esencia de las
anteriores novelas de la autora, tiene un toque muy oscuro. En este caso no es
a través de lo sobrenatural sino de varias tramas en las que encontraremos
mentiras, abusos, violencia, sensualidad, intrigas políticas o conflictos de
intereses.
Es cierto que ha sido una novela en la que me ha costado
entrar en sus primeras páginas que sirven de introducción y presentación de
escenarios y personajes. Son tan abundantes las tramas con las que se abre que
en algún momento me sentí un poco perdida. Quizás no por el hecho de que la
novela sea complicada sino porque la cogí en un momento en que me costaba
centrarme. Sin embargo, una vez que logré hacerme con todos los personajes y
situar todas las tramas comencé a disfrutar mucho con la novela. Esa variedad
de tramas y personajes que al principio me costaron hacen que sea una novela
muy dinámica y con muchísimos puntos de interés y numerosos conflictos los que
se tienen que resolver.
Los personajes creo que están muy bien creados y en todos
ellos hay algo que interesa al lector. Sus historias pueden ser duras,
conmovedoras o puede que terminemos odiándolos. Pero todos ellos van causando
sensaciones y emociones en el lector. Ninguno de ellos es un mero figurante en
esta historia que podríamos considerar coral. A pesar de ello el libro es
conducido por el Padre Arteaga, un joven a quien le espera un prometedor futuro
que no es el que él desea. Al principio sabemos que está cumpliendo con un
castigo pero no sabemos que hizo para que le condenaran a tal. A parte de tener
que lidiar con sus fantasmas y conflictos personales tendrá que enfrentarse a
las situaciones comprometedoras en que le ponen el resto de los personajes. Ya
he mencionado a los Osorio y sus oscuros secretos. Pero habrá otros personajes
como Araceli Peláez que intentará seducirle. A parte de los citados hay algunos
personajes más que complementan el hilo argumento.
Otra cuestión interesante en la novela es como la autora
nos muestra la sociedad en los años de la Guerra Civil y posguerra. No se
centra en el conflicto sino en cómo lo vivieron las personas de diferentes
estatus social, ideales o posiciones. Un momento en que muchos se aferraron al
régimen y lograron privilegios y otros lucharon contra él, porque no podían
concebir ni aceptar lo que estaba ocurriendo. Pero no solo lo veremos desde el
plano político o del idealismo. También veremos los problemas más cotidianos
que tenía mucha gente. La escasez de trabajo, de alimentos, la pobreza, la lucha
por superar el día a día, las injusticias, su situación de desventaja…
Como es habitual en Anna Rosenrot, es una novela que
intriga e inquieta. Una novela oscura cargada de secretos truculentos. La
novela abarca dos planos temporales. Uno es en 1948 y es el verdadero cuerpo de
la novela. Y el otro retrocede en el tiempo al año 1936 en que conoceremos la
vida anterior de Pablo para explicar cómo ha llegado a ese presente que vive.
Conclusión
El jardín de las
flores negras es una novela en la que confluyen diversas tramas y
personajes que nos muestran lo mejor y lo peor del ser humano. Una novela de
estructura compleja, bien narrada y que te atrapa entre sus páginas con secretos
y conflictos que van saliendo a la luz.