Título: La maleta
de Ana
Autora: Celia
Santos
Publicación:
Ediciones B, junio de 2018
Páginas: 320
La maleta de Ana es la
historia dura pero emocionante de su protagonista, desde que sale de su pueblo
de Ávila con una pequeña maleta de cartón para trabajar en una gran fábrica de
Colonia. Es la historia de su juventud, sus dificultades, su complicidad con
las otras obreras y su lucha contra las desigualdades sociales, pero también es
el relato de su gran historia de amor.
Muchas décadas después de regresar de Alemania,
Ana conoce a Cora, una mujer actual a quien decide contar su vivencia antes de
que sea demasiado tarde. A través de los ojos y la sensibilidad contemporánea
de Cora, iremos adentrándonos en la aventura de una joven valiente que fue
capaz de tomar las riendas de su vida para salir adelante.
Celia Santos vuelve
la vista atrás hacia un episodio clave de nuestro pasado reciente, apenas
tratado en literatura, que conectará con la historia familiar y emocional de
muchos lectores.
Mis impresiones
Esta es la primera novela de Celia Santos quien hasta ahora se ha
dedicado a escribir para el público infantil y juvenil. Y en La maleta de Ana
se centra en los emigrantes que construyeron una parte de la historia de
nuestro país, los que tuvieron que irse para encontrar un futuro mejor del que
aquí se les auguraba.
“La tapa de la vieja maleta de cuero ocultó
las escasas prendas que Ana había preparado días atrás. Aseguró las correas,
una de las cuales había cedido por el poco uso y el mucho tiempo transcurrido.
Veinticinco años había permanecido en el desván acumulando polvo, desde que su
padre acabase el servicio militar. Pero este, hombre de recursos, había
improvisado el arreglo con un remache alargando así su vida útil.”
La novela comienza con el viaje de un joven llamada Ana
desde un pequeño pueblo de Ávila hacía Colonia en Alemania. Son los años
sesenta y en España no hay dinero, trabajo ni un futuro. Como muchos, Ana
espera poder conseguir dinero para enviarlo a su familia y trabajará duramente
en una fábrica que produce piezas para coches. En Colonia encontrará algunas
cosas y perderá otras. Pero sobre todo tendrá que aprender a hacerse fuerte y
luchar.
En el presente, nos encontramos a Cora cuya historia
también comienza con un viaje. Sin embargo su situación e historia son muy
diferentes. Cora siempre se ha considerado una mujer de éxito que con un buen
trabajo podía permitirse una buena vida. Cuando hace poco la despidieron cogió
el coche y viajó sin rumbo hasta dar con un pequeño lugar llamado Calarossa del
Port, en la Costa Brava, en el que conocerá la historia de una mujer a la que
llaman La Alemana. Una mujer que tiene Alzheimer, que apenas saber de su
presente pero no es capaz de olvidar su pasado.
En esta novela su autora, Celia Santos, aprovecha la
figura de una joven para hablarnos de muchos de aquellos que en los años
sesenta y plena forma del régimen franquista tuvieron que abandonar sus hogares
y emigrar a Alemania. En Colonia la joven Ana trabajará muy duro y se
encontrará con unas condiciones poco favorables. Allí llegan solos,
despistados, no conocen el idioma y echan de menos sus hogares. La fábrica de
piezas de automóviles en la que pasa ocho horas al día tiene las instalaciones
anticuadas y mal conservadas incluso suponiendo un peligro para sus
trabajadores. El alojamiento también es precario. Son barracones, ubicados
dentro de las fábricas, mal acondicionados en los que pasan muchas penurias.
Sin calefacción el frío se convierte en uno de los principales problemas que
les atacan a diario. Otros muchos huyeron porque era perseguida su condición política
o sexual. Y estos no llevaban un contrato regulado como Ana, sino que cruzaron
la frontera jugándose la vida.
En estas condiciones la amistad significa un gran tesoro
y un apoyo. Ana encontrará en Maricarmen, una joven en las mismas circunstancias
que ella, algo parecido a la familia que ha dejado en su pueblo. Hubo muchos
que se conformaron con lo poco que allí les ofrecían pero Ana sabe que no es lo
que merecen y comienza a introducirse en el mundo de los sindicatos,
compartiendo tiempo con aquellos que luchan para mejorar la vida de los demás. Este
acercamiento a esa época y circunstancias me ha gustado porque no había leído
nada sobre ello. Me parece que es un tema que se ha tratado muy poco en
literatura y se nota que su autora ha investigado y lo ha trabajado.
Pero esta novela no es solo una historia de lucha, de
supervivencia, de desarraigo y de reivindicación porque es también la historia
de un amor pero poco endulzada y que vemos en segundo plano. Se opta más por la
practicidad que por el romanticismo.
Con respecto a los personajes aunque están correctamente
construidos me ha faltado emoción o intensidad en ellos. Quizás hubiese
disfrutado más si la autora hubiese profundizado algo más en ellos para conocer
sus emociones y pensamientos. De esta forma me han resultado algo lejanos. No solo
es Ana un personaje a través del cual veremos esa necesidad, la soledad, sino
que también lo viviremos a través de otros como su amiga Maricarmen, algo más
frágil que ella. También tiene peso en la historia Rainer, el hijo del
propietario de la Ak Schultz, la fábrica en la que se desarrolla la historia. Cora,
protagonista del presente, aprenderá una valiosa lección con el relato de La
Alemana.
Aunque haya dos líneas temporales en La maleta de Ana prácticamente será una de ellas la que ocupe más
espacio y tenga mayor relevancia en la novela. Es por ello que a mí la historia
más cercana al presente me ha aportado poco e incluso no me hubiese importado
que la autora hubiese prescindido de ella. El estilo narrativo es correcto,
ágil y fluido aunque no es una novela que destaque por tener un gran ritmo se
lee de forma liviana.
Conclusión
Me ha gustado leer La
maleta de Ana por cómo nos acerca a la difícil vida que tuvieron aquellos inmigrantes
españoles que llegaron a Alemania a trabajar sin nada y se encontraron unas
condiciones muy duras. Esto me ha parecido muy interesante pero en general y
con respecto a los personajes e historia me ha faltado emoción o intensidad.