Los detectives de la línea morada es la opera prima de la periodista hindú Deepa Anappara. Una obra que ha escrito basándose en lo que vivió durante los años que trabajó en la India. Hacía mucho tiempo que no leía nada que se desarrollase en este país y como os he dicho muchas veces, es una de mis localizaciones favoritas. Me parece un lugar tremendamente exótico y muy atractivo pero también un lugar que tiene una parte de la sociedad vive en condiciones muy complicadas. Y esto es justamente lo que nos vamos a encontrar en este libro. Esa parte mas cruel y dura de la realidad que se vive en la India.
La novela nos cuenta como cambia la vida de Jai, un niño de nueve años, cuando desaparece un niño que va su misma clase. Jai vive en un barrio muy humilde (un basti) con su familia que está a punto de ser demolido. Un barrio junto a las vías del tren, desordenado, con construcciones pobres y gente que se gana la vida como puede.
Algunos metros más allá, Jai sabe que existe otro tipo de vida. La de la cuidad, con sus rascacielos y luces. Cuando Badahur desaparece decide que tiene que encontrarlo (se inspira en los detectives de la televisión a los que tanto admira) y traerlo de vuelta a su hogar en donde sus padres esperan desesperados. En su periplo contará con la ayuda de dos de sus mejores amigos, Pari y Faiz.
Este es el punto de partida de la novela. La desaparición de un niño a la que se sucederán la de otros. Nadie parece saber que ha sido de ellos pero todo el mundo teme que les ocurra a los suyos propios. La policía no parece estar muy interesada en resolver el misterio y algunos piensan que es obra de los djinns, los espiritus que viven entre los humanos.
En esta novela la autora nos enseña como es la vida es uno de los barrios más pobres de la India con sus gentes de vidas desafortunados con quienes a menudo se ceba lo peor que existe en el mundo. A pocos metros quizás muchos duerman en sus camas tranquilamente pero para ellos siempre habrá un motivo para la inquietud. Quizás un día sea no tener para comer o vestir y al día siguiente será que sus niños están desapareciendo. Gente con pocas o nulas oportunidades cuya gente joven parece estar condenada desde el nacimiento.
Los detectives de la línea morada es una de esas novelas que te dan un golpe de realidad. Quizás no sea cercana pero es como digo, lo que se vive en otras partes del mundo a diario. Niños que trabajan entre las líneas del tren enviados por alguien que de "alguna manera" cuida de que no les pase nada porque no tienen ningún adulto que se ocupe de ellos, otros que lo hacen en el puesto del mercado mientras que otros piden limosna. Algunos tienen más suerte y pueden estar algunos años en el colegio. Aún así no lo viven como un drama sino que, como Jai, lo afrontan con inocencia y curiosidad pensando que todo puede cambiar. Algunos incluso lo logran.
Esta novela nos habla de los cientos de niños que desaparecen a diario en la India ahondando en que ocurre con estos niños, el enfrentamiento religioso entre hindús y musulmanes, la corrupción del poder, el castigo de inocentes, etc. Si os interesa el tema tendréis que leer la novela y personalmente os lo recomiendo. A parte de esta dosis de realidad también es una novela que a uno le puede llevar a plantearse ciertas cosas como la forma en la que se puede encontrar esperanza, el salir adelante cuando todo parece demasiado torcido.
Se trata de una obra para paladear tranquilamente y sumergirse en esas decadentes estampas y tumultuosas calles de la India. Con sus gentes, sus mercados, sus creencias y sus convicciones. Una novela que además consigue que el suspense flote en el aire durante toda la novela hasta descubrir el más puro horror.
Una novela cruda y dura pero necesaria para dar visibilidad a un problema que debería ser universal pero que solo preocupa a unos pocos.