viernes, 27 de noviembre de 2020

La lista de ofensas - Dilruba Z. Ara

 


Antes de nada me gustaría aclarar que aunque la propia editorial clasifica esta novela como saga familiar creo que no es el género más adecuado. Para que sea una saga creo que una novela debe tratar sobre varias generaciones de una familia y en este caso la historia se centra solo en un personaje. 

De hecho comienza con el nacimiento de Daria en una zona rural de  Bangladesh en los años cincuenta. Una niña tardía y muy deseada por el matrimonio que forman Azad Chaudhury y Jharna Begum que habían tenido ya cuatro hijos varones pero ninguna chica. Daria nace con el pelo plateado y mancillada por la partera que la gente del pueblo señalará como un mal augurio durante sus primeros años de vida. Con el tiempo, su pelo cambia de color y a la gente comienza a olvidar esas pequeñas cosas. 

Sin embargo su madre llevará con pesar la culpa por la forma en que consiguió que la niña viniese al mundo. Cuando la niña comienza a hacerse mayor Jharna, quizás por sus creencias y los tabúes inculcados, se siente incapaz de apoyarla y ayudarla en ciertos temas y se aleja definitivamente de Daria. Mientras que su padre decide que es mejor que la niña sea instruida y estudie para que en el futuro pueda ser independiente. 

Sin embargo por mucho que su padres hayan intentado darle lo mejor, una mala decisión de Daria cambiará el rumbo de su vida.

Empezaba diciendo que esta no es una saga familiar aunque si una novela que narra las relaciones familiares de la protagonista Daria con quienes le rodean. Una novela que no tiene demasiado ritmo pero cuya historia es tremenda. Me han parecido muy duras las vivencias de Daría, un personaje que me ha dado una tremenda lástima. Sin embargo, hay otros personajes que son el contrapunto y que te causan sentimientos de rechazo. Me gusta cuando los personajes de una novela son capaces de despertar emociones y sentimientos porque de alguna manera creas vínculos con ellos. 

La autora nos la narra de una forma sencilla y detallista de modo que vemos todo el sufrimiento que le infligen a Daria a pesar de que ella intenta mantenerse incólume, intentando ser "la buena chica" que su madre siempre ha querido que fuese. Y es que es una novela que nos habla de la lealtad a la familia, del orgullo, de lo mucho que puede modicarnos la educación que recibimos, las creencias que nos inculcan  o los valores que nos transmiten. Tanto en sentido positivo como en negativo. 

La sociedad de Bangladesh - con la que confieso que no estoy muy familiarizada - está muy bien retratada en la novela marcando con mucha exactitud la diferencia entre las costumbres del campo y la ciudad que existía en el siglo pasado. Daria será criada en un entorno rural en el que se mantiene la cultura ancestral y siguen fieles a determinados ritos. Sus habitantes se encuentran muy aferrados a la religión mientras que en la ciudad ciertos valores se han perdido. Se creen y sienten más libres por seguir sus propias normas. Lo que sigue de manifiesto es que aun ni hombres ni mujeres han perdido el pensamiento machista y que libertad no significa justicia, razón o equidad.

Según su cultura las niñas se criaban en el hogar materno hasta que se casaban, momento en el cual pasaban a estar a disposición de su familia política. Debían ser obedientes, trabajar para ellos y tener hijos con los que honrar el matrimonio. Sin embargo ellas no tenían un mundo propio hasta que no les llegaba el momento de ser madres o suegras. 

He disfrutado mucho de la trama de la novela. Es el tipo de historia en la que me siento muy cómoda. La narración de al autora es muy detallista y tranquila. Cuando estoy disfrutando una historia no me importa que sea un pelín lenta pero a mitad más o menos de la novela comenzaron a sobrarme tantos detalles. Se hace repetitivo las miles de veces que la autora describe la naturaleza, las flores, pájaros, los rayos de sol... hasta el punto de saltarme párrafos enteros porque me aburrían. 

Una segunda pega que puedo ponerle a la novela es que no entiendo porque introduce un recurso que de alguna manera se acerca al realismo mágico -como en otros momentos que parece que va a ir por ahí pero no- pero que luego desaprovecha. Es el momento en que nace Daría. Lo hace con el pelo plateado pero luego es un detalle que queda en la mínima expresión y casi irrelevante en la historia. 

En definitiva, a La lista de ofensas le sobran muchas palabras. Muchas descripciones innecesarias y páginas sin los que la historia no hubiese perdido. Sin embargo a mí me ha gustado leerla, la he disfrutado y la he sentido.