Frankenstein es la primera palabra que nos viene a la cabeza cuando escuchamos nombrar a la autora Mary Shelley. Y es que ha pasado a la historia, como muchos otros, por pertenecer a ese grupo de escritores cuya obra cumbre ensombrece y anula todo lo demás. Escritores que se relacionan inmediatamente con un título y pocos son los que se atreven a ir más allá.
A pesar de su notoria relevancia no hace mucho que leí Frankenstein. Pensé que ya sabía todo lo que tenía que saber sobre el mismo y para mí sorpresa fue una obra que superó mis expectativas. Pero ese no fue el único trabajo de Mary Shelley y hoy os traigo al blog una colección de relatos que siguen por ese camino que hace referencia a la ciencia ficción, lo inquietante, lo oscuro y a la vez lo bello.
Fue una mujer con una vida difícil. Vivió la muerte muy cerca durante toda su existencia hasta que ella misma fue dominada por la misma. Sin embargo antes de todo ello tuvo una imaginación prodigiosa, un buena fuente de inspiración (como Lord Byron y otros amigos), una obsesión extraña por lo siniestro y un gusto exquisito a la hora de narrar.
Amar y revivir viene de la mano del sello Hermida y de Gonzalo Torné su editor quien además escribe el prólogo a la edición. Es, como digo, una compilación de trece relatos (¿estarán tentando su suerte o es que no son supersticiosos?) que merodean el género de terror, lo gótico y lo inquietante. Trece cuentos que más que asustar yo creo que quieren perturbar. No hay historias de fantasmas, pozos, agujeros sombríos ni seres de otro mundo. Hay una realidad más patente y estremecedora.
En estos cuentos nos vamos a encontrar con una Shelley que juega con la psicología de la mente humana y hace que nos estremezcamos por lo que ella es capaz de hacer. Nos habla de cosas que persisten en ella y que la envenenan. Trata temas universales como el (des)amor, la pasión, los deseos, el paso del tiempo, ambición, la lealtad, la traición o la penitencia, incluso temas un poco más peliagudos que se mezclan con ese interés por la ciencia tan evidente que sentía la autora. Encaminada a experimentar truculentas ideas...
Y todos ellos ambientados en Italia. Un país que en algunos momentos resulta esplendoroso y otras veces siniestro mostrándonos que cualquier cosa puede suceder en cualquier lugar. Lo que es innegable es la elegancia a la hora de narrar, de escoger el lenguaje. La sutilidad a la hora de plantear las ideas, de afilar la pluma para que estos relatos tengan dobles lecturas.
Obviamente no voy a explicar de qué va cada relato. A parte de alargar innecesariamente estaría desvelando el alma de esta obra. Con breves pinceladas os hablaré de dudosos filtros de amor, de robo de identidades, una amarga inmortalidad, del sufrimiento que provoca la indecisión, la expiación de los pecados, pactos con el diablo, del poder del dinero, lo obsceno de la religión... En fin temas muy jugosos a los que Shelley sabe sacarles muy bien el jugo y además, algo muy importante, todos ellos son muy disfrutables sobre todo para alguien que sepa apreciar la literatura de calidad.