Los asiduos al blog ya conocéis de sobra lo mucho que me gusta Ken Follet, sobre todo cuando se trata del tipo de novela que representa Los pilares de la Tierra. Novelas con un destacado fondo histórico, donde se aúnan la acción y el drama con unos personajes que en seguida te provocan reacciones: los quieres o los aborreces.
Hace ya mucho tiempo que leí Los pilares de la tierra, una novela que encumbró a su autor al éxito absoluto. Y lo hizo gracias al boca a boca porque yo creo que incluso Follett se sorprendió del resultado que consiguió con esa novela cuyo género no había tocado hasta el momento. Pero rápidamente se puso las pilas y se dio cuenta de que había encontrado la gallina de los huevos de oro, que había encontrado lo que le gusta al lector, hasta el punto en que se ha convertido en un escritor de best seller. Cada novela suya se convierte en la primera en las listas de venta.
Las tinieblas y el alba en la precuela de Los pilares de la tierra aunque, y al igual que sus secuelas (Un mundo sin fin y Una columna de fuego), pueden leerse de forma independiente ya que tienen un final cerrado con tramas y personajes diferentes.
De hecho esta novela comienza en el año 997 (unos ciento veinte años, más o menos, antes de que comience la acción en la primigenia). Estamos que se conoce como la Edad Oscura en Inglaterra enmarcado en el medievo europeo. Inglaterra es vapuleada por los vikingos, un pueblo bárbaro, violento y cruel contra quienes apenas tienen capacidad de defenderse.
Dentro de este contexto el autor se centra en tres personajes que serán el eje alrededor del cual nos explique cómo se desarrollaba la vida en dicha época explicándolo a través de diferentes clases sociales y estamentos. Por un lado tenemos a Edgar, el hijo de un constructor de barcos que, tras un horrible ataque vikingo, se ve obligado a despedir a la mujer que ama y con quien tenía pensado fugarse. Esa misma noche también pierde su hogar y el trabajo que ha alimentado siempre a su familia por lo que tendrán que empezar a buscarse la vida como granjeros en otro lugar. En cambio Ragna tiene una vida privilegiada. Es la hija de un noble y vive en un espléndido castillo en Normandía. Su padre le ha buscado un esposo muy conveniente para ella. Alguien que le ofrecerá una vida próspera y segura. Sin embargo la joven se enamora perdidamente del conde inglés Wilf, el gobernador de Shiring. Tal es su amor que abandona su hogar para seguirle. Por último conocemos a Aldred, un monje muy apegado a los libros que sueña con convertir su humilde abadía en un lugar de culto para la sabiduría.
Regencia, iglesia y pueblo. Tres personajes y tres estilos de vida diferentes como ya os he dicho. Estoy segura de que Las tinieblas y el alba volverá a entretener y emocionar a todos aquellos que lo hicieron con Los pilares de la tierra. Con ella además Follet captará la atención de nuevos lectores que aún no se hayan acercado a su obra.
A pesar de las casi mil páginas que tiene es una novela que lees sin darte cuenta. Es muy, muy entretenida, tiene muchísima acción porque no paran de suceder cosas de todo tipo y sus personajes logran involucrarte en sus conflictos y circunstancias. Además tiene un contexto histórico del que siempre puedes aprender muchas cosas. Tanto a nivel global como mas cotidiano. Es decir lo que ocurría a nivel socio-político echando un ojo general a la sociedad y la forma en que la gente vivía dentro de ella. Esta mezcla de ingredientes me parece todo un acierto. Porque además esta narrada de una forma cercana y sencilla pero a la vez cuidada, con una tensión argumental que en ningún momento decrece y que te invita a leer más y más. Necesitas saber el futuro de los personajes.
Además algo característico en el autor es que a pesar de todos esos ingredientes ya mencionados, otro que es importante es que no por ello descuida a sus personajes. Es cierto que normalmente pecan de ser muy buenos o muy malos pero al final eso mismo te engancha mas a la historia. En este libro la lucha entre el bien y el mal está muy presente en cada momento. Las injusticias, la ambición, la violencia, la hipocresía, la lucha de poder, la guerra, la traición chocan fuertemente con la lealtad, el amor, la compasión, la familia o los principios éticos.
Por supuesto no pueden faltar ciertas figuras en la historia como el constructor -que en los inicios fue encarnado por Tom Builder (Los pilares de la Tierra)- o quizás, más que constructor, la figura de un hombre emprendedor, imaginativo y con ganas de aportar algo a la sociedad. Alguien con capacidad de hacerla evolucionar. Y los villanos, imprescincibles, por supuesto.
Por otro lado es bonito saber cuales fueron los inicios de Kingsbridge (o como los imagina su autor), el escenario en el que se desarrollan las tres novelas que ya ha publicadas y que os he indicado más arriba. En realidad yo creo que lo que hace que este libro sea una precuela es realmente la ciudad de Kingsbridge.
Es imposible hablar tanto como una quiere de esta novela. Soy consciente de que hay muchos aspectos interesantes que me dejo en el tintero pero creo que cuando una novela te hace disfrutar se nota el entusiasmo que pones al hablar de ella. Y este es precisamente el caso, lo que yo os quiero transmitir. Os recomiendo encarecidamente Las tinieblas y el alba. No os vais a arrepentir de embarcaros en esta nueva aventura.
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