lunes, 18 de mayo de 2020

Las mujeres de Winchester - Tracy Chevalier


Tracy Chevalier es una autora que podéis encontrar frecuentemente en este blog porque disfruto ampliamente con ella. Sus libros tienen un estilo muy característico contando con unos elementos fijos y otros que van cambiando. Por ello, como digo, sus novelas tienen por decirlo de alguna manera un corte similar. Son lecturas más bien tranquillas, sin mucho ritmo, con una ambientación maravillosa y fiel a la realidad, unas protagonistas que reivindican el feminismo y un tema concreto alrededor del cual gira la trama.

 En este caso esa parte histórica de la novela aborda el tema de las mujeres que bordaban cojines y reclinatorios para la catedral de Winchester, que por lo visto se siguen utilizando a día de hoy. Quizás no sea el tema que a mí más me llame la atención o más interés me genere pero os puedo asegurar que he disfrutado de esta novela. Y además he aprendido una parte de la historia que no conocía.

 La novela arranca en algún momento del año 1932 en un pueblo del sur de Inglaterra llamado Winchester.  Violet Speedweell tiene treinta y ochos años y ya se puede asegurar que es una solterona. El único novio que ha tenido murió en la I Guerra Mundial en donde perdió también a uno de sus hermanos. Su madre es una viuda malhumorada, amargada y quejicosa con la que no se puede vivir por lo que ella ha abandonado el hogar donde ha crecido en Southamtpon y se ha trasladado a Winchester. Allí trabaja como mecanógrafa en una oficina de seguros y vive en una pensión de una forma tan modesta que apenas puede mantenerse.

 Su vida no tiene muchas alegrías hasta que en la catedral de Winchester se encuentra con un grupo de bordadoras que realizan cojines y reclinatorios. Bajo la supervisión de Louisa Pesel (un personaje histórico real) aprenderá esta labor. Poco a poco irá llenado su vida de cosas descubriendo que el matrimonio no lo es todo en la vida.

 Tras la I Guerra Mundial el número de hombres que habían fallecido en el frente fue tan notable que muchas mujeres no tuvieron opción para casarse. Y esto en los años treinta representaba un problema para muchas. La independencia como tal, era casi imposible. Los empleos a los que tenían acceso eran muy limitados con un sueldo insuficiente para vivir e impensables para los hombres. Habitualmente las mujeres los abandonaban cuando se casaban para cuidar la casa y el marido. Las que no “pillaban” marido solían cuidar de los progenitores. Es la situación de Violet y la forma en que Chevalier realiza una renuncia feminista.

 Violet quiere ser independiente. Simplemente. No es que haya renunciado al amor (u otro tipo de relaciones con los hombres) y no está cerrada a encontrarlo pero tampoco cree que es algo necesario para sentirse desarrolla como mujer. Es un personaje muy bien construido y con el que el que yo como lectora me he sentido cómoda. Me he puesto en su lugar y la he comprendido. NO es que resulte un personaje arrebatador si no que es un perfil muy realista y muy humano.

 Las mujeres de Winchester es una novela como anticipaba que tiene un argumento sencillo, que proporciona una lectura tranquila (no hay mucha acción ni muchos diálogos) y que creo que es más indicado para aquellos lectores que disfruten del estilo tan depurado, elegante y pulcro de la autora, de las bonitas descripciones y detalles de la narración y del trasfondo histórico.

 En definitiva, Las mujeres de Winchester no es la novela que más me ha gustado de la autora por, ya os decía, ese tema de los bordados que personalmente no me llama tanto la atención como otros que ha tocado. Lo innegable es que si he disfrutado de su lectura, su narración y ese personaje que busca la felicidad.