De Virginia Gil
había leído con anterioridad En
la calle mayor, una novela que tocaba un tema muy delicado y que me dejó
muy buenas sensaciones. Su última novela se titula Clara y como la anterior, pretende hacer visible un tema que es
importante que seamos conscientes. Es un problema muy grave en la sociedad y
cuanto más hablemos de él mejor.
La historia es protagonizada
por Clara, una niña de tan solo nueve años, que tiene una vida absolutamente
normal y corriente. Va a al colegio como cualquier niña de su edad, disfruta de
la compañía de sus amigas Esther, Elsa y sobre todo con Erika, con quien
comparte una relación especial. Además Clara tiene un don especial y es que en
el agua es como un pez. En la piscina se siente libre de todos los problemas lo
que le ha llevado a practicar la natación de una forma un poco más seria.
Pero un día Clara pierde
todo eso que tenía y es que sin saber muy bien la razón Erika, su mejor amiga,
la deja de hablar y además impide a las demás que jueguen y hablen con
ella. A partir de ese momento la vida de
Clara se transforma en un infierno, pierde la motivación y ni siquiera el agua
logra consolarlo.
Clara es una novela
muy corta, no supera las cien páginas, que tiene un argumento crudo y bastante
duro. Nos habla del acoso escolar, ese que desgraciadamente sufren mucho niños
y niñas a diario. Que afortunadamente a veces es detectado a tiempo y se
consigue encauzar pero que otras veces termina de forma trágica provocando
graves problemas psicológicos, de autoestima y de comportamiento en quien lo
sufren. E incluso puede llegar a tener consecuencias mucho más graves.
Hay niños que por
su carácter o por lo que sea son líderes naturales. Lo he visto en la clase de
mi hija. Son niños con altas capacidades de llevar a los demás, de convencerlos
e incluso de dictar que comportamientos tienen que seguir. Si estos niños no
tienen una buena base de respeto hacia los demás y empatía o se encuentran con
niños con poco carácter y débiles se pueden convertir en maltratadores.
Por eso es
importante en primer lugar que se hable del acoso que quizás es más invisible,
ese en el que no hay violencia física ni mental, al menos de forma evidente. Se
manifiesta dando de lado a una persona, haciéndola sentirse mínima incluso
invisible. Creo que es muy difícil que alguien se pueda defender de eso. Es lo
que le ocurre a Clara, una niña a quien nadie comprende. Nadie es consciente del
calvario que está sufriendo, ni profesores ni gente cercana. Su madre le
aconseja que no se preocupe, que ya volverán las aguas a su cauce - ¿Por qué a
veces incluso las mejores amigas tienen enfados? - o que encontrará nuevas
amigas. Poco a poco empieza a evadirse, a no rendir lo mismo, a estar
ensimismada y triste. Pero ¡Qué fácil es pensar que es lo propio de la edad! Y que
ya se le pasará y que llega la adolescencia y que todo esto pasa de forma
natural.
Virginia Gil una
vez nos demuestra lo importante que es estar pendientes de lo demás, que la
comunicación es básica y esencial y que no debemos confiarnos.
A pesar de que es
un tema muy duro, Virginia Gil lo toca con muchísima delicadeza y lanza un
mensaje de esperanza y es que se puede hacer frente a este tipo de situaciones.
Como os he adelantado, la novela no supera las cien páginas y se lee de un
tirón. Sí que es verdad que hay ciertos aspectos que me hubiese gustado, por
razones completamente personales, que hubiese desarrollado más a fondo pero
creo que Virginia va a lo esencial de la historia. No distrae al lector de su
mensaje incluyendo elementos superficiales.
En definitiva, Clara es una novela corta que se lee del
tirón y que trata un tema muy duro que la sociedad ha de tener presente y
luchar contra él.