Madison Etchart es una niña de once que años que un día es engañada y secuestrada por un hombre que viaja en un Volvo negro. A Madison su madre le había dicho infinidad de veces que no debía fiarse de un desconocido pero ese hombre necesitaba un veterinario para asistir a un gatito, y como daba la casualidad de que el padre del chico que le gustaba era veterinario Madison por una vez confió.
A partir de ese día Madison encerrada en un cubículo minúsculo nos contará a través de su diario en que se ha convertido su existencia, como era no solo su vida sino ella misma antes del secuestro y que espera de su futuro.
Pero en “Nunca olvides que te quiero” no solo oiremos la voz de Madison porque en esta novela también hay otros dos personajes a través de las cuales podemos ver sus propios puntos de vista de este suceso.
Una es la madre de Madison quien no se resigna a perder a su hija y le escribe
cartas en las que expresa sus más profundos sentimientos y como no se resigna a perder a su única hija.
La tercera persona es Stanislas, el profesor de tenis de Madi que no solo nos ofrece su visión del traumático suceso, sino que nos va contando una parte de su vida, en la que mantiene una extraña relación amorosa que no resulta fácil.
Personajes
Madison Etchart, es una niña vivaz, inteligente e imaginativa pero también inocente y confiada. Hasta que es secuestrada su vida es como la cualquier otra niña de su edad, va al colegio, tiene un gato y está enamorada de su profesor de tenis.
Cuando Madi se ve privada de su familia y su libertad su única vía de escape se convierte en la escritura y va plasmando en un cuaderno sus sentimientos y como lamenta lo que sucedió aquel día en que se cruzó con el Volvo negro. Además aquel día tenía pensamientos negativos porque se había enfadado con su madre.
A pesar de su situación sigue preocupándose por las cosas típicas de los adolescentes de su edad, de cómo va cambiando su cuerpo, de su aspecto. No pierde la esperanza de salir con vida y mostrando gran inteligencia experimenta con su verdugo juegos psicológicos para presionarle.
A lo largo de la novela la relación con su captor va evolucionando y sufriendo altibajos, Madi cree que la única forma de conseguir ventajas en propiciando que ese hombre confíe en ella pero al final los nervios la traicionan y de vez en cuando los nervios hacen que de un paso atrás en sus logros.
Leonore, es la madre de Madi. La única forma que tiene de soportar el dolor de la pérdida de su única hija es escribiéndole y contándole todo aquello que le gustaría decirle, de cómo se siente y de todo lo que ocurre en la familia. Leonore se niega a aceptar que su hija este muerta, como muchos piensan, y en el fondo espera recuperarla.
La única forma que tenemos de conocer a este personaje es a través de las cartas que va escribiendo.
Stanislas es un joven de 21 años cuya aspiración es ser escritor. Es el profesor de tenis de Madison. Su historia está relacionada con el secuestro porque conocía a la niña, participó en su búsqueda y de vez en cuando se acuerda de ella pero no nos aporta demasiada información sobre ella. Sin embargo si que nos habla de su propia vida, sobre todo de su relación con Louison, una mujer con la que mantiene una extraña relación, en la cual los dos no salen igualmente beneficiados y cuyos sentimientos no son mutuos ni están al mismo nivel. Mientras ella es una persona que necesita mucha libertad, a él le apetece mantener una relación estable.
R., como la protagonista le llama, es el secuestrador de la niña. Madi le llama R porque cuando se presentó le dijo que llamaba Raphael, como el padre de Madi, aunque ella nunca llegó a creérselo. Quizá intentaba sembrar una similitud paternal al elegir así el nombre. R. es un tipo introvertido, desconfiado y solitario que parece no querer hacer daño a Madi pero que no permitirá que ella salga del zulo donde la mantiene oculta. Para asustarla y persuadirla de que intente escapar le cuenta un montón de historias de las cuales la protagonista duda de su veracidad.
Contexto, estilo, estructura
Podemos situar la acción en cualquier momento actual. Se desarrolla en Francia.
El libro tiene 328 páginas en formato bolsillo que es el que yo tengo, y está dividido en tres libros a su vez que no lo entiendo bien porque cada libro no pertenece a partes bien diferenciadas, me parece más capricho de la autora que otra cosa. Yo entiendo que cada parte debería caracterizarse por algo o al menos que se produjera un cambio entre ellas pero me parece más un recurso de a la autora para construir con una introducción, un nudo y un desenlace de forma que a ella le sirviera de guía.
La novela está narrada de tres formas diferentes, la que nos cuenta la vivencia de Madison a través de su diario, la de la madre que es de forma epistolar y la de Stanislas en forma narrativa. Esto depende de cómo se mire puede ser o no un punto a su favor, porque es cierto que innova introduciendo tres técnicas distintas pero a su vez corre el riesgo de que le falte continuidad a la historia.
Creo que está bien escrito, y la autora sabe moverse entre el cambio de estilo, de carta a diario y también a narración. La novela se entiende perfectamente aunque considero que hay puntos que no quedan suficientemente desarrollados.
La prosa es cuidada, el registro no parece utilizado al azar. La autora se adapta perfectamente al personaje que nos narra los hechos. Mientras el lenguaje de Madi es mas infantil y sencillo, la narración de Stanislas se adecua mas a este personaje.
Podemos encontrar también en el libro, poesías y canciones que la autora introduce, a mi gusto, no muy afortunadamente. A mi realmente me ha parecido un poco pesado y que no venía a cuento, ya lo he dicho a mi gusto la historia requería otros puntos.
Mi opinión
Me decidí a comprar este libro por la portada que, junto con el título, me llamó mucho la atención, me pareció muy bonita. Y al leer la contraportada pensé que sería uno de esos libros a los que apenas se les da publicidad pero que podía ser muy interesante. El hecho de que una niña encerrada nos cuente sus pensamientos me parece original pero este libro está poco logrado.
La historia de Madison está bien pero las otras dos historias hacen que el libro resulte de lo más aburrido hasta el punto que me ha costado bastante terminar de leerlo y he hecho un constante esfuerzo por no dejarlo pues suponía que un libro con un argumento tan interesante tarde o temprano terminaría por alcanzar un punto clave pero no ha sido así el libro es monótono de cabo a rabo y lo que hay en la pagina uno, es lo mismo que en la veinte y que en la doscientos.
La parte de la madre está bien conseguida pero no ha despertado en mi demasiado interés y la historia de Stanislas me parece soberanamente aburrida y no solo creo que sobra sino que durante todo el libro me he estado preguntando qué relación tenia con la historia, al final para mi gusto no ha quedado suficientemente justificada como para incluirla en la novela.
Al final me he quedado con la sensación de que al libro le falta intensidad, la historia de Madi es cruda, pero la autora se debería hacer centrado más en ella y dejar el relleno a parte porque lo demás parece simplemente para completar páginas y páginas. Me parece que ante la seriedad del secuestro de una niña contarlos una historia de amor que no sale como se espera es un frivolidad.
Me hubiera resultado más interesante, si por ejemplo, la tercera voz hubiese sido la del secuestrador, que nos hubiese adentrado en una mente enferma, sus razonamientos y su forma de pensar.
En cuanto a los personajes me parece que están bien configurados en líneas generales pero si ahondamos no parecen tan logrados. Madison me parece demasiado madura para su edad. Es una chica inteligente pero sus razonamientos son en ocasiones apabullantes y me hubiese gustado que se viera más esa evolución de niña a adolescente, que se debe estar preguntando qué ha ocurrido en el mundo, que pasa con su familia y no tanto empeño en conseguir tal o cual cosa material.
El personaje de la madre, al final del libro nos resulta una perfecta desconocida cuyo sufrimiento sería el de un madre cualquiera. Es decir al final no sabemos como es, sabemos que sufre pero ya está. Ya que se la ha incluido en el libro, debería habernos mostrado más de ella, su forma de ser, sus miedos. Debería haber ahondado mas en este personaje. Y eso que de alguna manera, ha logrado en ocasiones que me metiera en su piel. Quizá porque ahora soy madre he entendido algo mas este personaje, la angustia de ver un hijo desaparecer, el no resignarse a darla por muerta. Lo único que este libro ha generado en mí ha sido cierta angustia al pensar lo horrible que debe ser la desaparición de un hijo, la incertidumbre de no saber si está vivo o muerto, si está sufriendo, si tendrá frío… en fin al menos ha despertado algo en mi la novela.
Lo que realmente he echado en falta es el personaje del secuestrador visto desde su interior, conocer sus motivaciones, su forma de pensar, su niñez que podría explicarnos mucho de su comportamiento, pero la autora ha decido prescindir de ello y sustituirlo por una historia de amor. Al final la relación de Madison con él ha quedado un poco empañada con otras cosas menos interesantes.
No es un libro de esos que cada página te invita a leer la siguiente, no te va atrapando ni te hace sentir la necesidad de saber qué es lo que va a pasar. Es un libro demasiado lineal al que no le hubiese venido mal algo de misterio. Desde el principio se nos muestra la situación y no deja nada para la imaginación.
El final de la novela es el lógico, el que cabría esperar, pero me ha resultado precipitado y lo que podría haber sido un aporte muy interesante, la autora lo trata como un pequeño detalle por el que pasa sin apenas hacer ruido.
Es un libro que me ha dejado muy decepcionada. Tanto la portada como el titulo me parecían de lo mas sugerente pero se ha quedado ahí, en una portada preciosa.
A la historia le ha faltado profundidad, Bertholon debería haber arriesgado mas con un argumento tan crudo y haber construido un libro sorprendente y sobrecogedor pero se pierde con la tercera historia que no aporta nada al argumento principal y que descentra nuestra atención, quizá su objetivo es restar dramatismo al introducir este elemento y quitarle hierro pero no se puede pasar de puntillas por ciertos temas y ya que se tocan hay que hacerlos con todas las consecuencias.