viernes, 29 de septiembre de 2017

Crónicas del desamor - Elena Ferrante



Título: Crónicas del desamor
Autora: Elena Ferrante
Publicación: Lumen, diciembre de 2015
Páginas: 536

Las tres piezas que encontramos en Crónicas del desamor tienen como protagonista a una mujer, y las tres indagan en el dolor femenino con mano firme, sin concesiones al sentimentalismo.

El amor molesto, la primera de las piezas, narra la relación de Delia con su madre Amelia. Mi madre se ahogó la noche del 23 de mayo, el día de mi cumpleaños..., escribe la narradora en la primera página, y de ahí en adelante todo será descubrir quién era realmente Amelia.

La segunda pieza, titulada Los días del abandono, cuenta la historia de una mujer joven, madre de dos hijos, que de repente es abandonada por su hombre y tiene que enfrentarse a un nuevo modo de vivir. Sola en Turín, la mujer cae en una espiral de dolor que la paraliza, y Ferrante consigue que sintamos esa angustia de una manera casi corpórea: sus gestos, sus palabras, todo su cuerpo es la pura expresión de un mal oscuro que va más allá de la traición, como si la tragedia griega se hubiera encarnado en el ánimo de una mujer de hoy. Luego, poco a poco, el resurgir, ese nuevo pacto con la vida que ya se hace desde otras premisas, esa madurez tan celebrada que sella con garbo nuestros errores.

Cierra la trilogía La hija oscura, donde encontramos a Leda, una mujer que se cree sola y libre en un pueblecito de playa, pero el encuentro con una familia muy peculiar la obligará a revisar las relaciones que ha mantenido con sus hijas y descubrir cuáles son los lazos que las unen.
Una y otra vez, una trama en apariencia banal se convierte en un arma en manos de Ferrante. Su modo de contar hace daño y alivia a la vez, y eso quizá porque ahí estamos todos, aunque duela reconocerlo.

Mis impresiones

Durante este año he conocido a la misteriosa Elena Ferrante con su gran saga de las Dos amigas, cuyos títulos fueron conquistándome poco a poco y terminé la lectura del cuarto volumen con la sensación de que había leído a una gran escritora, una historia brillante y con un gran apego a sus personajes. Me quede con ganas de más y por ello he cogido Crónicas del desamor. En este único volumen se reúnen tres novelas que han sido publicadas originalmente de forma independiente a lo largo de los años. Son: El amor molesto, publicada en 1996 en España, Los días del abandono, que vio la luz en el 2002  y La hija oscura en 2006. Ninguna de ellas tiene nada que ver con la anterior, siendo historias completamente diferentes.

En estos tres volúmenes se reflejan muchos de los rasgos que caracterizan a la autora. Personajes femeninos muy intensos, relaciones difíciles con los hombres, la huida de Nápoles, el tema de la maternidad con un peso importante en las historias y esas complicadas relaciones madres e hijas que encontré en la saga Dos amigas. Incluso hay algún nombre o escenas que nos pueden recordar la historia de Lila y Lenù.

De Elena Ferrante me gusta sobre todo esa capacidad que tiene de provocar sentimientos en el lector. Su narración te atrapa, te incomoda, te sugiere, te hace reflexionar con una forma completamente descarnada de contar. Esta autora no tiene remilgos ni tabúes, es capaz de llamar a las cosas por su nombre mostrándonos la realidad de forma desnuda, sin adornos ni embellecedores.

Los personajes de Elena Ferrante son siempre mujeres dibujadas con tal precisión que el lector las ve por dentro. Mujeres con un mundo interior complejo e intenso rodeadas por miseria, pobreza y ruindad. La verdadera alma de estas novelas son ellas más allá de la historia que tienen que contar. Sin ellas y sin su minucioso retrato psicológico no existiría la historia.

Como os decía antes, uno de los temas habituales que trata Elena Ferrante en sus novelas es la maternidad. Nos muestra su cara más amarga. Muy lejos de esa imagen idílica de madres perfectas y entregadas, capaces de realizar sin sufrimiento cualquier sacrificio por sus hijos nos muestra mujeres agotadas que la asumen como una carga inevitable, mujeres que se ahogan, que necesitan su propia independencia y para quienes además de los hijos, la casa, las labores domésticas no resulta más que un yugo. Quizás por ello, las relaciones entre madres e hijas suelen ser tensas, distantes y complejas. Y descubrimos hijas faltas de amor, que tienen demasiados reproches contra sus progenitoras y que esperan impacientes ese momento de huir y alejarse de sus raíces aunque siempre recurrirán a ellas en momentos de necesidad. Un claro ejemplo es el uso que los personajes hacen del idioma. Los dialectos marcan el nivel cultural y representan el cambio de estado o estatus que suele ser más refinado en hijas que en madres produciéndose una evolución en el pensamiento.

En cambio la figura paterna se muestra como una sombra oscura y ausente. A menudo los hombres maltratan o abandonan a sus esposas e hijas. Las relaciones hombre-mujer están marcadas por las infidelidades, el desprecio, los celos o la incomprensión. La amenaza de ser sustituidas por una mujer más joven, más fresca es uno de los puntos que veremos que se toca en muchas ocasiones en las obras de Ferrante. Ante esta recurrencia obsesiva no puedo evitar pensar que todas estas cosas están dentro de la persona que se esconde tras el seudónimo y que forman parte de su biografía. Pero esta es solo una sensación mía y quizás me equivoque.

Estas tres novelas están escritas en primera persona cada una por su protagonista con un estilo evocador, intimista y utilizando en este caso un vocabulario muy crudo, a veces incluso despiadado. El ritmo de estas historias lo marcan las reflexiones. Además todas cuentan con un inicio potente que ya te atrapa desde las primeras líneas y que marca una narración en pasado que va desgranando lo que sucedió a partir de un detonante principal.


El amor molesto

“Mi madre se ahogó la noche del 23 de mayo, día de mi cumpleaños, en el trecho de mar frente a la localidad que llaman Spaccavento, a pocos kilómetros de Minturno. Justamente en esa zona, a finales de los años cincuenta, cuando mi padre todavía vivía con nosotras, en verano alquilábamos un cuarto en una casa de campesinos y pasábamos el mes de julio durmiendo cinco en unos pocos metros cuadrados mareados de calor.”

El amor molesto fue la primera novela que publicó Elena Ferrante en 1992 aunque no llegó a nuestro país hasta cuatro años más tarde. En ella conocemos a Delia, una mujer de cuarenta y cinco años, soltera y sin hijos, ilustradora de tebeos, que vuelve desde Turín a Nápoles, su ciudad natal, tras la muerte de su madre. A partir de ese momento la protagonista intentará descubrir quien fue realmente Amalia y porqué murió. Ella que fue una mujer pobre, que vestía andrajos y que vivía de forma modesta aparece ahogada en el mar con una única prenda: un sujetador de lencería fina.

No es una novela negra, no se trata de buscar un culpable o asesino ni seguir las pistas como si fuera un caso policial. Se trata más bien de que Delia recomponga los últimos días de su madre para conocer quién era realmente y qué fue lo que le llevó a la muerte ya que en vida apenas existía la comunicación entre ellas. Al ir indagando en el pasado descubrirá un aspecto desconocido de su madre y con ello también recordará algo de sí misma que tenía olvidado. Y con todos estos recuerdos aflorando Delia comienza a establecer un paralelismo inevitable que existe entre su persona y la de su madre. Al principio renegando, luego tendrá que aceptar la verdad. También nos llega a plantear como los hijos en muchas ocasiones desconocen esa faceta de hombre y mujer, no limitada a la relación, que tienen sus padres como personas.

Es una novela extraña hasta cierto punto que juega con la idea del subconsciente, del pasado y del presente y de aquellos actos que nosotros mismos queremos olvidar. En algún momento sentí que la historia iba a la deriva y que la autora perdía el control de sus personajes. Quizás fuese el hecho de ser una primera novela.

Los días del abandono

“Un mediodía de abril, justo después de comer, mi marido me anunció que quería dejarme. Lo dijo mientras quitábamos la mesa, los niños se peleaban como de costumbre en la habitación de al lado y el perro gruñía en sueños junto al radiador. Me dijo que estaba confuso, que estaba atravesando una mala época, que se sentía cansado, insatisfecho, quizá también ruin. Habló largo y tendido de nuestros quince años de matrimonio, de nuestros hijos, y admitió que no tenía nada que reprocharnos, ni a ellos ni a mí. “

Los días del abandono da comienzo cuando Olga es abandonada por su marido. Los primeros días no se preocupa por esta ausencia puesto que ya había pasado anteriormente por otras crisis en los quince años que llevaban casados y después había vuelto a ser el mismo. Por eso decide mantener la calma, no darle demasiada importancia a la espera de que todo vuelva a su cauce. Pero el paso de las semanas le revela que la decisión de su marido es permanente y que Mario se ha ido para siempre. Este es el momento en que se produce una revolución interior en Olga y su mundo comienza a oscurecerse. Ella ha abandonado todo por dedicarse a su familia, se ha abandonado hasta a sí misma, y ahora sin Mario, nada tiene ya sentido.

De las tres novelas, esta ha sido sin duda la que más me ha gustado. Me ha resultado una historia brutal. En ella Elena Ferrante nos sumerge en la mente de una mujer que está sufriendo una enorme metamorfosis. Cuando su marido la abandona, Olga pretende mantener la serenidad pero poco a poco y al ir descubriendo las verdaderas razones el dolor se vuelve insoportable hasta el punto de casi perder el control de sí misma y la noción de la realidad.  Sigue teniendo las mismas obligaciones, la casa, los hijos, el perro y todo ello se vuelve una carga demasiado pesada. El miedo, la desesperación, la violencia, la humillación, los celos la llevarán a realizar actos inquietantes. Hay escenas durísimas que es lector percibe como una realidad estremeced1ora. Es una novela cargada de tensión, de momentos inquietantes que te hace sentirte en la piel y la mente de su protagonista.

La hija oscura

“No hacía una hora que conducía cuando empecé a encontrarme mal. Reapareció el ardor en el costado, aunque al principio decidí no darle importancia. Solo me preocupé al advertir que no tenía fuerzas ni siquiera para agarrar el volante. Al cabo de pocos minutos la cabeza empezó a pesarme, las luces de los coches me parecían cada vez más pálidas y terminé por olvidarme incluso de que estaba conduciendo”

Esta novela arranca con el accidente de tráfico que Leda, su protagonista, ha sufrido a causa del sueño que le hizo perder el control del coche. Después, comienza a recordar aquello que le ocurrió inmediatamente antes de sufrir el accidente. Recuerda cuando sus dos hijas deciden irse a vivir a Toronto con su padre. Muy lejos de sentirlo como una perdida se siente por primera vez en su vida libre. Libre para tomar sus propias decisiones y no tener que contar con nadie decide tomarse unas vacaciones en la playa. Allí pronto se torna una rutina sus estancias en la playa y comienza a encontrarse con una ruidosa, amplia y molesta familia de la que comienzan a obsesionarle dos de sus miembros. Una madre joven y su hija pequeña que acostumbran a jugar con una muñeca. Viendo a las dos no puede evitar comparar y  11113analizar cómo ha sido la relación con sus hijas.

La hija oscura es la más breve en extensión de las tres novelas. Esta me ha gustado por las reflexiones en torno a la maternidad que Elena Ferrante nos plantea. Los temas que he señalado al principio se hacen patentes a través de todos sus personajes. Enfrenta a una mujer madura, con hijas mayores y ya independizadas de ellas a una madre joven que se encuentra en la situación contraria. Con una pequeña completamente dependiente de ella. La protagonista tiene cambios de humor y de idea de forma repentina mostrándonos quizás ese quiero y no puedo, ese añoro pero a la vez me sobra. Sentimientos contradictorios que en ciertas ocasiones todos experimentamos. Quizás el final de la novela me dejó un poco fría porque en mi opinión le hubiese venido bien algunos capítulos más. En la última página la historia se me quedó coja, con la sensación de que me había quedado a medias.

Conclusión

En Crónicas del desamor se reúnen las tres primeras obras de Elena Ferrante que yo creo que ya marcan el camino o en los que se intuyen muchos rasgos de las historias que encontraremos en la saga Dos amigas. Personajes potentes, historias vibrantes, una realidad descarnada y una inigualable forma de narrar nos vamos a encontrar en su interior. Aunque creo que son tres buenas novelas sin duda Los días del abandono me ha parecido absolutamente redonda y que sobresale entre las demás.