lunes, 16 de enero de 2017

Piel de lobo - Lara Moreno




 Título: Piel de lobo
Autora: Lara Moreno
Publicación: Lumen, octubre de 2016
Páginas: 272

Dos mujeres, dos hermanas, dos personajes complejos enfrentados a sus contradicciones que comparten un mismo pasado del que es mejor no acordarse.

Un viejo caballito de plástico blanco y azul espera a las dos hermanas cuando entran en casa del padre, un hombre solo que murió hace un año, dejando tras de sí pocos recuerdos y algunas manchas de café en el mantel. Sofía y Rita han venido al pueblo para recoger lo poco que queda de aquellos años en que eran niñas y pasaban los veranos allí, en el sur, cerca de la
playa.

Rita, tan esbelta ella, tan hermosa, tan lista, parece dispuesta a despachar el asunto y volver a lo suyo, pero Sofía sabe que esa casa será el refugio donde ella y Leo, su niño de cinco años, van a instalarse para curar un desamor que la ha dejado sin fuerzas. Allí se quedan madre e hijo, paseando esa nueva vida por las calles donde se abren las primeras sombrillas, masticando arroz y fruta limpia, intentando imaginar un futuro que tenga sabor.

¿Y Rita? Rita se va pero vuelve porque hay recuerdos que queman y el rencor pide paso. Finalmente, encerradas en esa casa que parecía muerta, las dos hermanas nos van a contar una historia dura, algo que nadie quería saber, un secreto del que quizá sería mejor olvidarse, y que solo la buena literatura sabe rescatar para que ese dolor, esa rabia y la ternura que de repente asoma sean también nuestros.

Mis impresiones

Piel de lobo es la segunda novela de la escritora sevillana Lara Moreno, la cual ha tocado también otros géneros como el relato o la poesía. Su obra anterior Por si se va la luz obtuvo tanto el reconocimiento de la crítica profesional como de los lectores. Una novela que aún no he tenido la ocasión de leer a pesar de que no me faltan las ganas.

“Solía dormir rodeada de muñecos de peluche que me provocaban alergia. A veces se me hinchaban los ojos y la nariz por los ácaros del polvo. Dormía con ellos porque tenía miedo, dormía enterrada entre bolsas de felpa rellenas de algodón sintético con ojos de plástico y bigotes de lana. Tenía miedo del espíritu santo, por ejemplo, una paloma tétrica de pico sucio y garras afiliadas que entraba volando en un oscuro pajar, aleteando a traición, robándote algo muy valioso que había dentro de ti, algo irrecuperable.”

Al comienzo de la novela conocemos a dos hermanas, Sofía y Rita, que se encuentran en la casa de su padre en un pequeño pueblo de playa de Levante, donde ellas pasaron muchos veranos cuando solo eran unas niñas. Hace un año que su padre había muerto y ambas creen que ha llegado el momento de encargarse de las cosas de este. Cada una de estas hermanas, siempre tan diferentes, tiene pensados distintos destinos para la casa. Sofía cree que deben conservarla mientras Rita solo piensa en venderla y volver a su vida.

Sin embargo algo ocurre que hace que definitivamente la casa no se ponga a la venta. Cuando Sofía regresa a su hogar, su marido la abandona y se marcha. Y es a esa misma casa en la que murió su padre donde acude a refugiarse acompañada de Leo, su hijo de cinco años, sin saber muy bien el camino que ha de tomar.

Puede parecer que Piel de lobo no represente, contando simplemente su sinopsis, ninguna idea novedosa pero sin duda solo hay que leer unas cuantas páginas para que cualquiera que lea esta novela se dé cuenta de que no va a ir por los derroteros esperados. Esta es la historia de dos hermanas cuya relación es tensa e incómoda. Quizás porque la presencia de la otra traiga a una recuerdos amargos. Durante su estancia en la casa de su padre Sofía se irá abriendo y revelará a su hermana el momento en que comenzó la destrucción de su matrimonio pero a la vez irá rememorando algunos episodios significativos de su infancia y de este modo llegará a que su hermana confiese algo que lleva años callando. Y no puede ser otro lugar que una casa neutral donde han compartido juegos de niñas.

No es una novela donde aparezcan muchos personajes. Prácticamente todo gira en torno a las dos hermanas. Dos personas que han vivido en la misma familia, educadas de igual manera, por cuyas venas corre la misma sangre. Sin embargo no tienen por qué haber tenido las mismas vivencias ni tampoco conservar los mismos recuerdos. De hecho Sofía y Rita (una frágil e insegura y la otra tan desenvuelta y fuerte) son dos personas con caracteres muy distintos que han vivido algunas cosas en común y otras que cada una ha experimentado por sí mismas. Pero algo, en algún momento, enturbió la relación que tenían e instaló un silencio invulnerable. Ahora son adultas y entre las dos hay un sentimiento que las incomoda, que les hace distanciarse una de la otra y que prácticamente las convierte en desconocidas. Pero siempre hay puertas que deben cruzarse y silencios que deben romperse. A veces es tan necesario contar que se vuelve una prioridad.

Además de conocer a Sofía como la hermana mayor  también la conocemos en su faceta como madre aunque también pueda haber algo implícito de maternidad en ese término de hermana mayor. A veces estas protegen, cuidan y enseñan a las más pequeñas. Y la autora se aleja del tópico del ideal de maternidad para mostrarnos una mujer perdida, descordada, con sus debilidades y con sus momentos de culpabilidad. De esa necesidad de elegir lo mejor para su hijo pero también de esos momentos en que necesita liberarse de él y tomarse un respiro huyendo de los juegos y los caprichos del pequeño.

Lara Moreno utiliza un estilo intenso y envolvente para meternos en la historia. A través del cambio del narrado y perspectiva va hilando una historia que va mezclando momentos amables y muy poéticos con otros que nos incomodan y nos perturban por su crudeza. Incluso y a parte de ese lado emocional de sus personajes se ocupa de la carnalidad y necesidad de sus cuerpos.  Sea cualquiera de estos casos ha logrado una mezcla efectiva que va creando muchas sensaciones en el lector. Al mismo tiempo transmite perfectamente al lector esa confusión que siente la protagonista mediante el retorno de esos recuerdos de forma desordenada creando en algunos momentos un ambiente asfixiante de tensión.

Piel de lobo es una novela de carácter introspectivo e intimista que hay que leer sin prisas a pesar de la aparente agilidad en su forma narrativa. Lara Moreno utiliza un estilo muy personal y único en el que no se pierde en florituras ni adornos y nos deja un relato sobrio y directo pero cargado de intenciones. Me ha llamado mucho la atención la forma en que aborda las conversaciones entre dos personajes. A veces como si fueran monólogos omitiendo uno de las dos partes.

Conclusión

Quizás Piel de lobo no sea una novela para todo el mundo. Sin embargo creo que es una lectura de construcción muy interesante en la que encontremos muchos matices y una clara complejidad en su historia. Una novela que hay que leer con los cinco sentidos para apreciar todo lo que la autora quiere contar, que no son pocas cosas.
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