domingo, 15 de enero de 2017

Érase una vez la Volátil - Agustina Guerrero



Título: Érase una vez la volátil
Autora: Agustina Guerrero
Publicación: Lumen, diciembre de 2016
Páginas: 160

¿Alguna vez has deseado romper con todo y empezar de nuevo?, ¿escapar lejos sin mirar atrás?

La Volátil también...

La Volátil se presentó al mundo con Diario de una Volátil, un libro en el que dibujaba el día a día con su pareja y su vida de treintañera, unas viñetas con las que se han identificado más de medio millón de personas en todo el mundo. Pero ¿qué sucedió antes de todo esto?

En Érase una vez la Volátil la chica con camiseta de rayas nos habla de la vida, de volver a empezar, de su lucha por alcanzar un sueño, de sus aventuras y desventuras para poder sobrevivir en la gran ciudad: el piso compartido, las fiestas, los amigos y algún que otro lío sentimental.

Este libro es una ventana al pasado que nos permitirá conocer mejor a la Volátil y quererla un poco más.

Mis impresiones

A Agustina Guerrero la conocí en 2015 con la publicación de su anterior novela gráfica titulada La volátil. Mamma mía! la cual me encantó y fue mi primer acercamiento a este género que siempre había pensado que no iba conmigo. Luego leí Diario de una volátil, que se publicó en 2014, y también me dejó encantada. Ambas historias fueron creadas por su autora a través de un blog autobiográfico que comenzó a escribir la autora y que tuvo un gran éxito.

En Diario de una Volátil nos presentaba a una chica de treinta años muy característica con camiseta de rayas, un moño, braguitas a lunares y unos mofletes sonrosados que estaba siempre en las nubes soñando e imaginando. En Mamma mía! la misma chica iba a ser madre y nos relataba como vivvía los nueve meses que dura el embarazo, con todas sus incomodidades, sus miedos y sus nuevas emociones. Su último trabajo es Érase una volátil y es la precuela de las dos anteriores.


En ella nos muestra a una Volátil aún más joven que tras una decepción amorosa tiene que empezar de nuevo y lo hace en una cuidad nueva también. En este caso ya hace unos cuantos años que Agustina Guerrero llegó a Barcelona. Así que iremos viendo cómo fue su proceso de adaptación, la experiencia de compartir piso, las fiestas, conocer gente nueva y las pequeñas aventuras cotidianas que la llevan en una u otra dirección. Pero sobre todo nos muestra ese momento de encontrarse a sí misma, de superar sus miedos e inseguridades, de no dejarse amilanar por los problemas y al final seguir hacia delante.


Yo creo que uno de los grandes logros de esta autora es que consigue de forma divertida y desenfadada que el lector se refleje en muchas de las situaciones que vive la protagonista o que se identifique con algunas de sus emociones o estados de ánimo. Por eso las dos novelas anteriores me gustaron mucho. Una de ellas porque representaba la vida cotidiana de una pareja joven y la otra el momento en que ambos se preparan para tener un hijo, una situación que yo había vivido unos meses antes.

Aunque Érase una Volátil es una novela muy divertida que te arranca sonrisas, que muestra el mismo desparpajo y sentido del humor que las anteriores quizás está me ha gustado un poquito menos. Y puede que la razón sea que no me he identificado tanto con el personaje o que no he encontrado tanto humor como en el anterior. Me ha parecido una novela un poquito más “seria”. Aun así el personaje sigue estando lleno de fuerza y vitalidad además de lanzarnos un mensaje repleto de positividad. Nos muestra que todos pasamos momentos de bajón pero que poco a poco las cosas se solucionan y se abren nuevos caminos que aportarán otros momentos para disfrutar.


Al ser una novela gráfica obviamente el mensaje visual tiene que ser potente y muy expresivo y a mí me encanta como la autora ha creado las ilustraciones. Son sencillas en el aspecto de que no necesita demasiados colores ni demasiados elementos para que resulten atractivas. De hecho se caracteriza por sus impolutos fondos blancos. Aunque de vez en cuando nos sorprende con la magia del color de forma que incluso es más efectivo al contrastar tanto con las demás escenas. Los escenarios no tienen mucha importancia y así casi todo lo focaliza en el personaje convirtiéndose su expresión corporal y la facial en el punto de referencia máximo para el lector.

Quizás a diferencia de las otras dos historias anteriores en esta ocasión me ha dado la sensación de que la historia tiene una trama más definida en vez de ser una especie de recopilación de anécdotas y situaciones que vive el personaje. Me gusta la falta de pudor (con sus desnudos, sus momentos en el cuarto de baño y otras intimidades) que muestran los dibujos de Agustina Guerrero, su originalidad y frescura.

Es un libro que entre las manos dura una media hora ya que apenas tiene texto y tampoco resulta necesario porque aún así entendemos a la perfección lo que la autora nos quiere contar.

Conclusión

Creo que Érase una Volátil es un libro que puede gustar a todo el mundo independientemente que sea aficionado o no a la novela gráfica. La Volátil es un personaje muy humano, lleno de contradicciones y ocurrencias en el que muchos de nosotros nos podremos sentir identificados. Además su sentido del humor y el optimismo se contagian.



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